El director Colin Trevorrow regresa, tras su ausencia en la segunda parte, para concluir esta trilogía de Jurassic World que inició en 2015, completando así la saga que no olvidaba todo lo sucedido en la trilogía original de Parque Jurásico. Sam Neill, Laura Dern y Jeff Goldblum de la clásica y Bryce Dallas Howard y Chris Pratt de la nueva, se reúnen para el colofón final que es Jurassic World: Dominion (Colin Trevorrow, 2022)
Tras los eventos de Jurassic World: El reino caído (Jurassic World: Fallen Kingdom, J. A. Bayona, 2018), nos encontramos en un mundo en el que los dinosaurios viven libres, lo que ocasiona no pocos problemas. Desde accidentes mortales a la creación de un nuevo mercado negro. La doctora Ellie Sattler (Dern) investiga un desastre ecológico provocado por una especie de langosta prehistórica con la ayuda del doctor Alan Grant (Neill), mientras Claire Dening (Howard) y Owen Grady (Pratt) deben rescatar a la joven Maisie Lockwood (Isabella Sermon) que ha sido secuestrada por su valor genético.
Colin Trevorrow repite la fórmula que le funcionó en Jurassic World, contando la misma historia de siempre, pero dándole un toque fresco para que no parezca lo mismo de siempre. Esto se traduce aquí en que la primera parte parece una película de James Bond con dinosaurios (que hay que admitir es algo que no encontramos en las pelis de James Bond). La segunda parte regresa al terreno más conocido y habitual de la saga, aunque no por ello deja de ofrecer entretenimiento y diversión al espectador.
El único punto negativo sería que llena el film de “huevos de pascua” y alusiones a la primera entrega que dirigió Steven Spielberg, siendo algunas excesivas y algo obvias, como el guiño al hecho de que se haya convertido en meme la imagen de Jeff Goldblum descamisado de la primera entrega. Un exceso de guiños que realmente solo será detectado por los fans de la saga, de modo que no entorpece en exceso la principal misión de la película: montar al espectador en una montaña rusa y, como buen blockbuster veraniego (en primavera), cumple su misión de manera tremendamente efectiva.
El guion tiene mucho cuidado en que todos los personajes principales de la franquicia, tanto los originales como los modernos, tengan algo que hacer que haga avanzar la trama o salvar una situación peliaguda, lo que puede hacer que sea algo predecible. Por suerte, cuando se cuenta con un reparto que hace que la previsible estructura de la historia no afecte al interés de la misma, esto no es un problema. De todos modos, es una película bastante clásica, en la que los malos son muy malos y los buenos muy buenos, así que tampoco es que el final sea una tremenda sorpresa.
Tras la decepcionante entrega que dirigió Bayona, esta nueva y, de momento, última entrega es un retorno a la diversión jurásica que hizo que la primera trilogía se convirtiera en clásica (sí, incluso la tercera). Pero incluso para los que no son seguidores de la franquicia, Jurassic World: Dominion es una manera fantástica de pasar algo más de dos horas de pura y simple diversión con mensaje ecológico añadido.
