El director Scott Derrickson y el actor Ethan Hawke se reúnen de nuevo, tras el éxito de Sinister (2012), en Black Phone (The Black Phone, 2021). En esta ocasión, Hawke es un inquietante asesino psicópata que oculta su rostro tras unas demoníacas máscaras.
Finales de los años 70. Finney (Mason Thames) y Gwen (Madeleine McGraw) son hermanos viviendo una típica infancia, con el ocasional encontronazo con abusones y los problemas que causa tener un padre alcohólico (Jeremy Davies). Esta existencia se ve alterada cuando Finney es secuestrado por el Captor (Ethan Hawke), un psicópata que se dedica a matar niños. Encerrado en un sótano insonorizado, Finney se comunica con las anteriores víctimas del Captor a través de un teléfono negro desconectado. ¿Podrá Finney escapar o se convertirá en una víctima más del Captor?
Scott Derrickson adapta en esta película el relato El teléfono negro de Joe Hill, incluido en la antología del autor Fantasmas. En el film se mezcla el terror y el thriller, con una trama a la que se le añaden toques fantásticos para lidiar con un monstruo muy humano. Estos toques fantásticos, que incluyen no solo el misterioso teléfono negro sino también los peculiares sueños que tiene Gwen, convierten la historia en un oscuro cuento de hadas con un toque moderno, siendo el ogro del folclore transformado en un psicópata asesino. Así se puede interpretar la película como una historia de iniciación, ya que el enfrentamiento con el Captor representa el paso de la infancia a la madurez del protagonista.
Para dar vida al guion, Derrickson cuenta con un estupendo reparto. Mason Thames y Madeleine McGraw hacen un gran trabajo dando vida a los infantiles personajes principales, haciendo que resulten auténticos y reales, no “niños de película”. Pero, obviamente, Ethan Hawke es quién más destaca, creando un asesino realmente inquietante y perturbador. Sin embargo, debido a que el personaje se pasa la mayor parte del metraje cubriendo su rostro con distintas máscaras, para apreciar su trabajo debe verse el film en versión original.
Black Phone no cuenta una historia particularmente original (el teléfono desconectado usando por fantasmas es un motivo clásico del género), pero gracias a la efectiva dirección de Scott Derrickson y a un sólido guion, el film logra una personalidad propia que hace que sea tremendamente entretenido, absorbiendo al espectador de principio a fin.