La fiebre por las películas y series provenientes de la península coreana viene de lejos, hasta el punto de ser una opción hoy en día más que aceptada en el amplio mercado occidental. El éxito de producciones como la serie Moving (2023) o la película ganadora del Óscar Parásitos (Gisaengchung, Bong Joon Ho, 2019) dan buena muestra de ello. El más reciente ejemplo que respalda la calidad del cine coreano es Concrete Utopia (Konkeuriteu yutopia, Tae-hwa Eom, 2023).
Un cataclísmico terremoto azota Corea y la deja completamente devastada. Un edificio de apartamentos se mantiene milagrosamente en pie, los propietarios de los pisos se unen para sobrevivir en este nuevo mundo derruido. Basado en la segunda parte del webtoon Pleasant Bullying (유쾌한 왕따) creado por Kim Sungnyung, el director Tae-hwa Eom toma este punto de partida para dar comienzo a su película. El título, obviamente, adquiere un sentido irónico, al principio realmente parece una utopía de hormigón, pero no tarda en convertirse en una distopía.
El microcosmos en que se convierte el edificio da pie a una fuerte alegoría política y social, algo inevitable teniendo en cuenta el régimen totalitario de la cercana Corea del norte. Pero el film no se detiene ahí. El drama de supervivencia da pie a mostrar lo mejor y lo peor de la naturaleza humana, creando personajes complejos que afrontan situaciones igualmente complejas. Esto se aplica también al villano de la función, Yeong-tak (Lee Byung-hun), que está convencido de que es el héroe del momento en que se encuentran envueltos. Sus motivaciones quedan claras a lo largo de la película, aquí no las discutiremos para no destripar nada, dándole más dimensión que la de un típico malvado. Algo que se podría aplicar a todos los habitantes del complejo de apartamentos: ellos se ven justificados en sus acciones en lo que se refiere a los extraños, pero aquellos que sobreviven fuera del edificio los ven como enemigos, alimentando rumores y leyendas sobre el edificio. Estas perspectivas en conflicto quedan en evidencia cuando se ponen en marcha expediciones para buscar comida. Es una manera de enfocar el tratamiento del argumento que le da verosimilitud a una historia fantástica.
Como contrapunto a Yeong-tak, tenemos a Myung-hwa (Park Bo-young). Su previa experiencia como enfermera la empuja a ayudar a los demás y actuar de forma solidaria, incluso cuando le supone un conflicto con su marido Min-sung (Park Seo-joon). Una actitud que la convierte en el centro moral de la historia. A través de ella se introducen atisbos de esperanza, sin caer nunca en la cursilería. Es otro de los aciertos de Concrete Utopia: la forma en que maneja el tono de la historia, manteniendo la tensión dramática sin caer en el melodrama; calculando los momentos justos de comedia para dar un respiro al espectador y se le añaden toques de thriller para acabar de redondear la historia.
Las películas de catástrofes no son nada nuevo, sin embargo, el enfoque de Concrete Utopia la convierte en novedosa, en especial si la comparamos con las contrapartidas hollywoodienses. Es una mezcla de drama, acción y aventuras muy satisfactoria.
Concrete utopia
Un enorme terremoto ha reducido el mundo a escombros. En el corazón de Seúl tan solo queda un edificio de apartamentos en pie. Con el paso del tiempo y la llegada del frío, los forasteros comienzan a llegar a los apartamentos para resguardarse del frío extremo. Ante la avalancha de nuevos inquilinos y la amenaza de su propia supervivencia los residentes del edificio promulgan una medida especial.
Guion: Um Tae-hwa y Lee Shin-ji (basado en el webtoon «Pleasant Bullying» de Kim Sungnyung)
Reparto principal: Lee Byung-hun, Park Seo-joon, Park Bo-young, Kim Sun-young, Park Ji-hu
