Dedicando su película a los maestros de los monstruos Ray Harryhausen e Ichiro Honda, Guillermo del Toro deja muy claro su objetivo con Pacific Rim (2013): crear un épico homenaje a las monstruosas fantasías que dominaron las pantallas desde que King Kong escalara el Empire State Building por primera vez.
Esta es sin duda la mejor película estrenada este verano, llena de la fantasía y el sentido de la maravilla que estaban asombrosamente ausentes en El hombre de acero (Man of Steel, Zach Snyder, 2013). Más allá del simple homenaje, Del Toro crea una película con personalidad propia. Acostumbrado durante años a hacer películas con cuatro duros pero con aspecto de superproducciones, ahora Del Toro tiene los medios para dar rienda suelta a su imaginación sin restricciones, creando un mundo que el espectador no tiene problemas en creerse.
He mencionado antes El hombre de acero, película con la que tiene en común un despliegue impresionante de destrucción masiva. Pero mientras en el film de Snyder se tenía la sensación de que los cineastas estaban más interesados en mostrar la destrucción y la muerte de miles de personas, a lo que se dedicaban con un placer casi morboso, que en contar un historia; Pacific Rim contiene escenas de espectacular destrucción, pero sin olvidar nunca que está contando una historia. Del Toro se divierte en esta película, en que incluye mensaje ecologista, una paradójica reivindicación de lo analógico y un personaje que es una caricatura de J. J. Abrams; en la cual el punto fuerte son unas espectaculares batallas entre robots gigantes y criaturas monstruosas. Batallas que resultan espectaculares porque Del Toro involucra al espectador en la acción, haciendo que conecte con los personajes humanos y, por tanto, conectando con la acción en pantalla, que además se muestra con todo lujo de detalles y mucha claridad, nada de mareantes movimientos de cámara que hacen imposible saber qué está pasando.
Pacific Rim es una maravilla que se ha disfrutar con el corazón, no la cabeza. Dejarse llevar por el sentido de la maravilla, la fantasía y la espectacularidad de un film que no recrea sino que es una fabulosa película de monstruos gigantescos y de los héroes que nos salvan de ellos. Sobretodo es una película que se ha de ver en pantalla grande, de modo que uno se vea sumergido en este increíble mundo. Una película que nos recuerda lo grandiosos que pueden ser los blockbusters veraniegos.
Estreno en las salas españolas el 9 de agosto.