Como reza la canción del Dúo Dinámico, «Quince años tiene mi amor…», hoy se cumple una década y media de Underbrain Mgz, una relación de amor por la cultura y la opinión independiente que aún perdura. Vamos con un texto que no solo celebra la fecha, sino que también invita a reflexionar sobre la cruda realidad que nos rodea, donde el esfuerzo parece chocar contra la indiferencia digital.

Fue allá por 2010, cuando los blogs agonizaban y se asentaba el uso de las redes sociales por parte de todos, que arrancamos este espacio para compartir y descubrir cultura (cine, cómic, literatura, música, entrevistas, crónicas, …) Con el paso del tiempo no hemos sucumbido a las modas de medios (ahora inexistentes) que contaminaron y expandieron prácticas nocivas en la red, donde su mayor aspiración era generar el mejor clickbait engañando al usuario con contenido vacío, lo que viene siendo: Pan para hoy, y hambre para mañana.
También podríamos sentirnos orgullosos al no caer en las prácticas habituales de un diario cualquiera cuyas webs se vuelven imposibles de leer, sea por el gran uso de publicidades y banners, o, directamente, la barrera de la suscripción. Hoy en día, las webs tampoco gozan de su mejor momento con la expansión indiscriminada de vídeos cortos, por encima del texto, que buscan amuermar la concentración del usuario a contenidos no mayores de 30 segundos.
La divulgación cultural está en decadencia. Un simple titular puede ser suficiente para estar informado, sin embargo, este se viraliza en redes de microblogging y genera auténticos debates de barra de bar. Donde antes encontrabas espacios para desarrollar con originalidad y reflexión, ahora se lucha por destacar entre el contenido clónico y banal, que cae en tendencias superficiales, donde todos dicen lo mismo y no hay espacio para el análisis, la crítica o el pensamiento. Eso cuando no se cae en «yo la tengo más larga», donde interesa más la cantidad de likes, la foto bonita y en el que la mayor reseña de un libro o un cómic es mencionar el título y su autor.
En plataformas como YouTube, Instagram o TikTok, muchos creadores han reducido la divulgación cultural a simples unboxings mostrando «la mercancía», o así parecen tratarlo, o copar su canal con listas de «los 10 mejores…» que apenas van más allá de exhibir portadas. En nuestro caso, en Underbrain Mgz siempre hemos querido luchar en contra de estas tendencias, las que precisamente hacen que se compartan más tu contenido, pero que seguramente, luego solo unos pocos lo lean.
Estos quince años representan una resistencia, hemos visto evolucionar Internet, el baile de algoritmos de los buscadores y redes sociales, o las ya mencionadas tendencias para captar la atención del usuario. A esto se suma la multiplicación de redes sociales, que lejos de sustituirse unas a otras, obligan a replicar el mismo mensaje en todas partes para alcanzar a una audiencia dispersa. El esfuerzo de divulgación se diluye en la repetición, en la necesidad de estar en todas partes sin realmente llegar a ningún lado.
Hubo un tiempo en que la opinión independiente, los eventos culturales populares con contenido original tenían cabida, donde las historias encontraban lectores. Todavía seguimos aquí, quince años después, aunque a veces cueste encontrar razones para continuar. Nos hemos adaptado a los nuevos formatos y forma de consumir, pero dentro de lo que consideramos moralmente aceptable, nuestra esencia sigue siendo la misma: una apuesta por la cultura, por los libros, los cómics, el cine, por esas cosas que nos hicieron creer que valía la pena compartir una pasión, por otra parte, cada vez más de lujo.
Cada lustro hemos celebrado el aniversario con una fiesta, con música en vivo y más para todos los que quisieran venir, este año no hay globos ni confeti, pese a ello, estamos agradecidos por vuestro apoyo, pero creo que como cada fin de año puede traer una reflexión, en esta ocasión queríamos hacer una, depende de todos nosotros mantener vivos estos espacios y resistir frente a la inercia de la superficialidad digital. Nosotros seguiremos aquí, por amor o testarudez, porque creemos que tú estarás ahí, al otro lado.