Adaptación cinematográfica del clásico manga de Yukito Kishiro, producida por James Cameron y dirigida por Robert Rodriguez: Alita: Ángel de combate (Alita: Battle Angel, 2019) llega para sumergirnos en un peligroso futuro poblado por cíborgs.
El doctor Dyson Ido (Christoph Waltz) descubre, rebuscando en un desguace de Ciudad de Hierro, los restos de una cíborg, que decide rescatar y resucitar. Bautizada por el doctor como Alita (Rosa Salazar), esta cíborg tiene el aspecto de una chica normal, pero su amnesia esconde un pasado que pone en peligro a todos a los que conoce.
Gunnm de Yukito Kishiro fue publicado a mediados de los 90 con un inesperado éxito internacional. Debido a este éxito, en Japón se produjeron 2 OVAs (películas animadas estrenadas directamente en vídeo) que no tuvieron el mismo éxito, de ahí que solo se hicieran dos. Sin embargo, uno de estos OVA llegó a las manos de James Cameron, a través de Guillermo del Toro. Cameron inmediatamente se quedó enamorado del personaje y el manga, rebautizado Alita: Battle Angel en Estados Unidos y publicado en España primero por Planeta y, actualmente, por Ivrea con el título japonés. Desde el primer momento, Cameron quiso llevar Gunnm (o Alita) al cine, idea que por entonces ya comentó a Robert Rodriguez, pero entre otros proyectos y que la tecnología no estaba lo bastante avanzada, llevar Alita al cine se fue retrasando. Finalmente, cuando quedó claro que Cameron se pasaría el resto de su carrera haciendo películas en Pandora, le pasó el guion que él y Laeta Kalogridis habían escrito a Rodriguez para que fuera este el director. Lo que nos lleva al presente, con una película que logra dar vida a los personajes principales, en ocasiones como si hubieran sido sacados directamente de las páginas del manga. En términos de efectos visuales y motion capture, Alita es todo un logro. La animación de Alita y los diversos cíborgs, la creación de la ciudad, las escenas de acción… Todo está desarrollado con un increíble realismo, gracias al trabajo de Weta. Es fácil aceptar los cíborgs como unos personajes más y no verlos como personajes animados interactuando con actores de carne y hueso.
Pero todo este prodigio tecnológico serviría de bien poco si Alita no tuviera una historia interesante que contar. Para mi sorpresa, el guion de James Cameron, Laeta Kalogridis y Robert Rodriguez se mantiene relativamente fiel al material de origen, teniendo en cuenta la complejidad de una historia originalmente contada en diversos volúmenes. Como era de esperar, debido al tamaño del proyecto, la violencia se ha reducido considerablemente para ser calificada para mayores de trece años en su país de origen, pero el film no sufre por ello. En su búsqueda por saber quién es, Alita se ve involucrada en una complicada historia, en la que hay muchas referencias a Rollerball (Norman Jewison, 1975), contada de forma directa y clara, de manera que la película dura dos limpias horas, contando los títulos de crédito, pero sin que se tenga la sensación de ser un film apresurado o sobrecargado. Además, evita la estructura de película porno tan habitual en el cine de acción actual, en el que lo que sucede entre secuencias de acción está dedicado a contar la trama sin mucho interés. Hay mucha acción, con una clara geografía, pero sin sacrificar el desarrollo de la historia ni los personajes.
También se ha de mencionar que el film logra adaptar el manga y, al mismo tiempo, tener una personalidad propia, evitando los errores de la mediocre y aburrida Ghost in the Shell: El alma de la máquina (Ghost in the Shell, Rupert Sanders, 2017).
Alita trata un tema clásico, un cíborg en busca de su propia identidad, introduciendo al espectador en un mundo fascinante. Es muy entretenida y espectacular, ideal para los aficionados al manga y a la ciencia ficción, que también puede seducir al espectador que solo busque entretenimiento de calidad.