Seymour “Sueco” Levov (Ewan McGregor) es la perfecta encarnación del Sueño Americano: atractivo, campeón deportivo en su juventud y próspero empresario. Además, se casó con una reina de la belleza, Dawn (Jennifer Connelly), y ambos tienen una niña preciosa. Pero lo que parece un sueño se convertirá en pesadilla cuando su hija, Merry (Dakota Fanning), llega a la adolescencia y empieza a juntarse con grupos políticos radicales y la violencia irrumpe en la tranquila existencia de los Levov.
El actor Ewan McGregor debuta en la dirección de largometrajes con American Pastoral (2016), adaptación de un clásico de la literatura americana escrito por Philip Roth. McGregor podría haberse facilitado las cosas escogiendo para su primera película como director algo con menos peso o no tan significativo, pero no sale excesivamente mal parado. El resultado es un film correcto que se queda bastante cerca de ser un gran drama.
El film transcurre principalmente entre finales de los sesenta y los primeros setenta, las décadas en las que Estados Unidos, y Europa también, entró en un periodo de agitación y revolución social. Es en la década de los setenta que empiezan a aparecer grupos terroristas de ideología extrema, destruyendo la idílica imagen que Estados Unidos había construido de si mismo durante los cincuenta, que se empezó a tambalear durante los sesenta (por supuesto, estoy generalizando, ya que esto es una crítica de cine, no un artículo histórico). De modo que la desintegración de la familia Levov corre paralela a la desintegración del Sueño Americano.
Lo que le sucede a la familia Levov es una alegoría de lo que sucedió a gran escala en Estados Unidos, pero también es la base para un potente drama familiar. Mientras que la recreación histórica y el modo en que se enlaza la historia de Estados Unidos con la historia de los Levov son aspectos muy bien trabajados, es en el drama familiar que la película cojea debido a la dirección algo fría de McGregor. Las emociones se quedan atrapadas en la pantalla y no acaban de llegar al espectador.
McGregor, además de dirigir, interpreta al protagonista. Imagino que las preocupaciones de dirigir una película compleja como esta han provocado que su interpretación sufriera, ya que no acaba de darle toda la vida que exige el personaje (algo común en actores que deciden dirigir y protagonizar una película al mismo tiempo por primera vez). Las carencias de su interpretación se hacen más obvias cuando se enfrenta a Jennifer Connelly y Dakota Fanning, que realmente lo dan todo a sus personajes.
A pesar de sus carencias, American Pastoral es un film interesante. Cierto que en manos de otro director más experto podría haber resultado en un gran drama, pero aquellos que busquen más emoción siempre pueden leer la novela en que se basa, Pastoral americana.
Estreno en las salas españolas el 9 de junio