Posee de nuevo las pantallas la demoníaca muñeca Annabelle en Annabelle vuelve a casa (Annabelle Comes Home, Gary Dauberman, 2019). Tercera entrega de su franquicia, tras Annabelle (John R. Leonetti, 2014) y la precuela Annabelle: Creation (David F. Sandberg, 2017), siendo la séptima del universo Conjuring.
La continuidad del film está pensada para los fans: arranca con la escena en que conocimos a Annabelle en Expediente Warren: The Conjuring (The Conjuring, James Wan, 2013), con los Warrens, interpretados de nuevo por Patrick Wilson y Vera Farmiga, llevándose la muñeca a casa. Mientras la acción principal transcurre después de los eventos de The Conjuring. Estos eventos son simples: Mary Ellen (Madison Iseman) hace de canguro de Judy (Mckenna Grace), la hija de los Warren, cuando su amiga Daniela (Katie Sarife) aprovecha la oportunidad para curiosear en la habitación de los objetos malditos de los Warren. Esto provocará que la muñeca Annabelle salga de su celda y empiece a atormentar a Mary Ellen, a Judy y a Daniela.
Annabelle vuelve a casa es el equivalente cinematográfico a pasear por el túnel del terror de un parque de atracciones cualquiera. No hay argumento ni profundas caracterizaciones de los personajes. La premisa del film es una excusa para acumular la mayor cantidad de sustos posibles. Sorprende que la película haya sido calificada para mayores de 18 años en Estados Unidos, cuando no hay bodycount ninguno ni tampoco grandes cantidades de sangre. Dentro del universo Conjuring, es el título más “adolescente”, por sus protagonistas y su desarrollo. La acumulación de entidades sobrenaturales parece casi un escaparate para idear posibles spin-offs, como los grandes estudios llenan sus películas veraniegas de personajes y artilugios que puedan convertirse en caros juguetes para ser comprados por niños y coleccionistas.
A pesar de todo, es mejor que La Llorona (The Curse of La Llorona, Michael Chaves, 2019), tal vez por sus guiños a los fans, sus logrados toques de humor y su imaginativo espectáculo visual (aunque sea el único aspecto en el que haga gala de cualquier indicio de imaginación). Además, su bajo presupuesto garantiza que el film sea rentable aunque no haya sido un taquillazo, lo que asegura más entradas en este universo, que esperemos suban un poco el listón. Esta entrega está pensada para los fans completistas y para aquellos que se asusten con facilidad.
