Adaptación del best-seller de Eva García Sáenz de Urturi, El silencio de la ciudad blanca (2019) es un tenso thriller dirigido por Daniel Calparsoro que protagonizan Javier Rey, Aura Garrido y Belén Rueda.
El descubrimiento de los cadáveres desnudos de dos jóvenes trae de nuevo a la actualidad unos crímenes semejantes sucedidos hace veinte años. Los inspectores Unai (Rey) y Estíbaliz (Garrido) deberán descifrar si se trata de un imitador o si hay un inocente en la cárcel pagando por unos asesinatos que no cometió.
Con la publicación de El dragón rojo, Thomas Harris fue el pionero de un nuevo estilo de thriller que mezclaba el clásico thriller con el terror, creando unos híbridos en los que un agente de la ley, obsesionado y atormentado, investiga los grotescos y morbosos asesinatos de un psicópata al que se le dedicaba tanto tiempo como al policía protagonista. Ya no se trataba de averiguar quién es el asesino, sino por qué mataba. La novela de Harris fue llevada al cine por Michael Mann en la clásica Hunter (Manhunter, 1986). En cine, este nuevo híbrido se cimentaría con otra adaptación de una novela de Thomas Harris, más inclinada hacia el terror: El silencio de los corderos (The Silence of the Lambs, Jonathan Demme, 1991). Película que sería la punta de lanza de este nuevo híbrido de thriller y cine de terror, seguida por otra película clásica de los 90 del siglo XX: Seven (Se7en, David Fincher, 1995). En Europa este nuevo estilo hizo bastante fortuna, llegando a la actualidad con títulos como Glacé, serie francesa que adapta la novela de Bernard Minier Bajo el hielo, y El silencio de la ciudad blanca.
Más inclinada hacia el thriller y el suspense, la película de Daniel Calparsoro hace que acompañemos al asesino tanto como al inspector Unai, para introducirnos en una historia de secretos y traiciones que llena la ciudad de elaborados asesinatos. Como en las novelas del Baztán de Dolores Redondo, de las que ya se han llevado dos a la gran pantalla, en El silencio de la ciudad blanca se utiliza el folclore y la geografía vasca para dar personalidad a la historia y a los crímenes de su asesino. Aunque lo cierto es que no tiene demasiada personalidad propia.
Sin embargo, esto no es algo completamente negativo. La película nunca llega a ser formulaica. Los personajes y las situaciones puede que resulten familiares a los aficionados al género, pero la ejecución lo compensa. Es decir, no es innovadora ni hace nada nuevo con el género, pero tampoco es una película rutinaria. Logra su objetivo de entretener al espectador contando una historia lo bastante retorcida para satisfacer al aficionado al thriller.