Tras La invención de Hugo el director italo-americano Martin Scorsese vuelve para deleitarnos con una nueva película basada en hechos reales, no un simple bio-pic, con él todo es más y con El lobo de Wall Street demuestra que esto es lo suyo.
Ha trasladado al cine historias de hombres tan fascinantes como Howard Hughes en El aviador o Jake LaMotta en Toro Salvaje; en esta ocasión se trata de Jordan Belfort, un corredor de bolsa neoyorquino que con poco más de veinte años se hizo millonario. Una historia que empieza con un hombre persiguiendo el sueño americano y acaba repleto de excesos, corrupción, poder, drogas y sexo. Basado en las extensas autobiografías del vividor, el guión lo escribe Terence Winter, experimentado en el sector de mafias y trapicheos como son las series de televisión Boardwalk Empire y Los Soprano.
Leonardo Dicaprio interpreta el papel de este hombre que revolucionó Wall Street a finales de los ochenta de una forma absolutamente soberbia. El reciente globo de Oro puede significar la muy posiblemente cuarta nominación a los premios de la Academia, y quién sabe si al fin alzarse con la estatuilla.
El lobo de Wall Street es la quinta colaboración entre Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio.
No solo deslumbra el actor de Titanic, Jonah Hill podría estar ante su segunda nominación a los Oscars. En la película interpretando la mano derecha de Belfort resulta irreconocible.
Un largometraje de prácticamente tres horas y aunque el tiempo se pasa en dos suspiros y medio, más te vale ponerte cómodo. El lobo de Wall Street se podría definir como excesiva. Excesiva en excentricidad, excesiva en escenas de sexo y excesiva en metraje. Todo muy coherente teniendo en cuenta la vida misma del protagonista en la que se basa.
Estate atento, da una de las clases más magistrales como comercial que no verás en otro lugar.
«Véndeme este bolígrafo.»
Estreno en las salas españolas el 17 de enero.