Por mucho que le irrite a Vin Diesel, Hobbs y Shaw, los personajes interpretados por Dwayne Johnson y Jason Statham, respectivamente, son de los más populares entre el amplio elenco de la saga Fast & Furious (A todo gas). Ahora, ambos protagonizan el primer spin-off de la franquicia.
El argumento de Fast & Furious: Hobbs & Shaw (Fast & Furious Presents: Hobbs & Shaw, David Leitch, 2019) es bastante simple: un peligroso virus desarrollado por una supersecta tecnológica, que puede erradicar la vida del planeta, es recuperado por la agente Hattie (Vanesa Kirby). Esta supersecta hace que Hattie parezca una traidora para poder recuperar el virus. Hobbs y Shaw son emparejados y se les encarga hacerse con el virus. No muy original, es cierto, pero el argumento es lo de menos en este Tango & Cash (Andrey Konchalovskiy, 1990) del siglo XXI. Lo que realmente importa es pasar algo más de dos horas sumergido en un mundo absurdo y pasado de vueltas, un tornado de metafórico desmelene y despropósito, cargado de acción y explosiones y más acción y un par más de explosiones, por si acaso.
Dice mucho del carisma de Dwayne Johnson y Jason Statham que sus personajes sean tan populares cuando no aparecen en la mayor parte de las entregas de la franquicia. Y no podemos olvidar que el personaje de Statham MATÓ A HAN. No importa, se le hace un lavado de cara y aquí lo tenemos junto a Johnson pateando culos y tomando nombres. Por suerte, David Leitch, que de acción sabe algo, orquesta un tremendo espectáculo en que ambos actores brillan. Olvidad el intento de romance que se hace entre Hobbs y Hattie, el auténtico romance es el que protagonizan Hobbs y Shaw, siguiendo un esquema clásico de comedia romántica: cuanto más se pelean, más se quieren.
Para enfrentarse a estos dos mastodontes del cine de acción había que buscar un villano a su nivel. Idris Elba es otro actor sobrado de carisma y atractivo. Su personaje, Brixton, ha sido objeto de “mejoras”. Unas actualizaciones que le proporcionan fuerza desmesurada, entre otros detalles de absurdificción. La oposición entre la supremacía tecnológica y el corazón humano es uno de los temas de la película, lo cual resulta algo irónico teniendo en cuenta la gran cantidad de CGI empleada en hacer realidad los fantásticos despropósitos de los que el film hace gala. Por supuesto, siendo parte de la franquicia Fast & Furious, la familia también es parte importante de los temas de la película.
Además de la acción, las dosis de comedia y los cameos sorpresa, el film también deja el campo abierto a hacer más secuelas de este spin-off. Lo cual, teniendo en cuenta la enorme cantidad de diversión contenida en Hobbs & Shaw, no parece una mala idea. Disfrutadla y olvidaos de la realidad por un rato.