Basada en hechos reales, Mark Webber escribe, dirige e interpreta esta película junto a su verdaderos medio hermano y su madre; hablando de sus orígenes, de los problemas de las adicciones y del abandono social al que los de su situación se ve sometidos por el sistema.
Flesh and Blood comienza con Mark saliendo de la cárcel después de cinco años, su vitalidad y esperanza comienza a mermarse al ver que el mundo real está lleno de problemas. Acaban de diagnosticarle Asperger a Guillermo, su hermanastro, su madre acoge a refugiados en casa mientras se presenta a una candidatura política para iniciar un cambio. Además, Mark descubre que la chica que le gustaba ha sido reciente madre.
El alcohol y las drogas son una tentación, no ofrecen solución pero ayudan a sobrellevarlo. Para evitar entrar en una espiral de autodestrucción, Mark decide reencontrarse con su padre después de que lo abandonara cuando era tan solo un crío.
Mark Webber es un rostro conocido, ha trabajado en muchas películas con directores de primera línea como Woody Allen, Todd Solondz, Jim Jarmusch, Thomas Vinterberg o Lars Von Trier. Por lo que sorprende conocer la vida de este actor y director con esta película que mezcla ficción y realidad, hay imágenes que son puramente documentales.
No es un plato de buen gusto, pero Flesh and Blood ofrece el retrato de una parte de la sociedad abandonada a su propia suerte tras haberse enganchado a la droga, haber sido encarcelada, … Pero también tenemos a Cheri, la madre de Mark, una luchadora que a pesar de las circunstancias lucha por salir adelante y arrastrar a los suyos a una mejor vida.
La familia, el perdón, la lucha, el dolor, … son muchos los temas que se tratan en este drama que hay que ver con el estomago vacío.
Estrenada en el Americana Festival de cine independiente norteamericano 2018.
