El rey de los monstruos vuelve a las pantallas de cine y lo hace por todo lo alto. Godzilla(Gareth Edwards, 2014) es una monstruosa épica que sigue la tradición de la productora Toho, ya que prácticamente es una secuela de la clásica Japón bajo el terror del monstruo (Gojira, Ishirô Honda, 1954).
Ford Brody (Aaron Taylor-Johnson) descubre para su horror que lo que parecía una simple locura de su padre, el doctor Joe Brody (Bryan Cranston), es muy real cuando una monstruosa criatura surge de las profundidades de Japón dejando tras de sí un rastro de caos y destrucción. Pero no es la única criatura monstruosa ahí fuera, y el doctor Ichiro Serizawa (Ken Watanabe) sabe que la única oportunidad que tiene la humanidad de sobrevivir es despertar a otro monstruo: Godzilla.
Con esta película, Edwards consigue llevar a cabo lo que intentaron hacer Zack Snyder y David S. Goyer con Supermán (y desde mi punto de vista fracasaron estrepitosamente): crear un film épico y magnífico, que inspira en el espectador el mismo horror y asombro que estas criaturas monstruosas inspiran en los sufridos protagonistas del film. Lo hace adoptando un tono serio que le da verosimilitud y credibilidad a la historia. Especialmente en lo que se refiere a las criaturas, Godzilla se mueve de forma que se siente el peso de cada uno de sus descomunales miembros, movimientos que casi imitan los clásicos gestos que hacía el rey de los monstruos en la interminable serie de kaiju eigas que produjo la Toho.
Además, el director espacia los momentos monstruosos de modo que cada instante te deja deseando más, sin cansar al espectador ni hacer que se acostumbre a las criaturas que pueblan el film. Tampoco podemos olvidar mencionar que estos momentos resultan también impresionantes gracias al gran trabajo que hacen las distintas compañías de efectos visuales que han trabajado en el film, con mención especial a Weta Digital. Son los que consiguen impresionar al espectador en momentos como cuando Godzilla suelta su clásico chorro de llamas. Este magnífico trabajo tampoco resulta extraño teniendo en cuenta que Edwards dirigió una muy creíble película de monstruos con un presupuesto casi inexistente: Monsters (2010) y aquí tenía a su disposición un elevadísimo presupuesto.
En realidad, la mejor manera de resumir lo que me ha parecido esta película y por qué la recomiendo es esta: Godzilla es la película que se proyectaba en mi cabeza cuando de pequeño veía películas de monstruos japonesas. Tiene la misma intensidad, realismo y masivo nivel de destrucción que mi imaginación creaba al ver gigantescos monstruos dejar plana Tokio. Y ahora puedo ver esa película proyectada en una gigantesca pantalla de cine.
Estreno en las salas españolas el 15 de mayo.