Llega a las pantallas el enfrentamiento final entre Laurie Strode, a la que da vida Jamie Lee Curtis por última vez, y el hombre del saco de Haddonfield, el letal Michael Myers en Halloween: El final (Halloween Ends, David Gordon Green, 2022). Es el encuentro definitivo, la lucha final que estaban esperando los fans. O eso se esperaba.
La acción transcurre cuatro años después de los sucesos de La noche de Halloween (Halloween, David Gordon Green, 2018) y Halloween Kills (David Gordon Green, 2021). Laurie se está recuperando de las heridas del pasado escribiendo sus memorias, mientras su nieta Allyson (Andi Matichak) parece que está superando el trauma de perder a sus padres y amigos, aunque, como se dice, la procesión va por dentro. El terror volverá a la vida de ambas cuando se cruce en su camino el joven Corey (Rohan Campbell), quien se vio envuelto en un homicidio involuntario una noche de Halloween.
Halloween: El final estaba planeada como el cierre definitivo de la historia entre Laurie Strode y Michael Myers. Por eso resulta algo desconcertante que la mayor parte de sus casi dos horas de duración se centre en el nuevo personaje Corey. Durante gran parte de la película Michael Myers se encuentra ausente, usando al nuevo personaje como punto de partida para plantear la idea del mal como algo contagioso. Lo cual podría ser muy interesante si no fuera porque el espectador que va a ver esta película no busca un drama sobre un chico que intenta superar los prejuicios de un pequeño pueblo. Quiere ver a Laurie Strode y Allyson enfrentarse a Michael Myers en una épica lucha contra el Mal, no a un achacoso Michael Myers pasearse con tristeza y a un joven no muy interesante que lleva tópico psicópata de cine tatuado en la frente.
Tras los notables resultados de las dos primeras entregas de David Gordon Green, esta tercera resulta inevitablemente decepcionante. No se decide si debe tratar Michael Myers como un ser humano o como una criatura sobrenatural; los dramas personales resultan algo tópicos, tratando el personaje de Allyson de la misma manera que Rob Zombie trató a Laurie Strode, entonces encarnada por Scout Taylor-Compton, en su Halloween 2 (Halloween II, 2009); cuando llega finalmente lo que los seguidores de la saga llevaban tiempo esperando, el enfrentamiento entre Laurie y Michael, el espectador ya está algo aburrido tras pasar la mayor parte del metraje con personajes cero originales o interesantes.
Tal vez el problema sea que Jamie Lee Curtis ya tuvo un enfrentamiento final con Michael Myers en Hallowen H20 (Steve Miner, 1998). Ya hemos visto personajes superar sus traumas enfrentándose a Michael Myers. Ya hemos visto a Laurie Strode intentar convencer a futuras víctimas de que el Mal anda suelto entre las calles de Haddonfield. O tal vez sea que la minimalista historia de terror que creó John Carpenter no estaba pensada para sostener toda una saga. David Gordon Green intenta ofrecer al espectador algo nuevo y diferente (y que de paso deje la puerta abierta a futuras entregas), pero no ofrece nada que no hayamos visto antes. Si bien Michael Myers es obvio que volverá tarde o temprano, sí que esta es la despedida de Curtis de la saga. Y, como sucedió en su segunda despedida de la saga, es una lástima que no sea en una película más sólida, más entretenida, más interesante.