Dos conocidos nombres dentro del cine de terror, Alexandre Aja en la dirección y Sam Raimi en la producción, unen fuerzas en Infierno bajo el agua (Crawl, 2019). Una película que mezcla tensión, terror y entretenimiento.
Florida se encuentra en plena temporada de huracanes. Haley (Kaya Scodelario) va a comprobar que su padre Dave (Barry Pepper) se encuentra bien, ya que no ha podido contactar con él antes de que llegara el huracán. Cuando llega a casa, Haley descubre a su padre herido en el sótano, una herida provocada por un caimán. Un caimán que sigue allí y no está solo. Atrapados en un sótano que se está inundando, Haley y su padre se embarcan en una cruenta lucha por la supervivencia.
Infierno bajo el agua es uno de los más recientes ejemplos del subgénero “la Naturaleza ataca”, que tuvo su momento de gloria en los años setenta con el despertar del ecologismo y el éxito de Tiburón (Jaws, Steven Spielberg, 1975). Todas siguen, con sus idiosincrasias particulares, el mismo esquema: la naturaleza, en forma de fenómeno meteorológico o animal, ataca a un grupo de personas, que intenta sobrevivir cómo puede. Gran parte de Infierno bajo el agua sigue el estilo de Cujo (Lewis Teague, 1983) o la más reciente Infierno azul (The Shallows, Jaume Collet-Serra, 2016), centrando su narrativa en dos personajes, Haley y su padre, atrapados en un sitio del que han de salir si quieren vivir. Luego el film entra en modo monster movie, más centrada en la acción.
Teniendo en cuenta que Crawl nos viene ofrecida por Alexandre Aja y Sam Raimi, ambos responsables de grandes títulos dentro del cine de terror, sería lógico esperarse algo un poco más espectacular o interesante. El film tiene sus problemas. Inicia la acción al poco de empezar, sin emplear ni cinco minutos en desarrollar a los personajes, más allá de algunos apuntes básicos, con lo que uno no se implica tanto en lo que sucede al principio, si bien tanto Kaya Scodelario como Barry Pepper hacen un buen papel con el material que tienen para trabajar. Además, teniendo en cuenta el presupuesto, el film se habría beneficiado con el uso combinado de animatrónicos y CGI. Usar solo CGI hace que algunas escenas carezcan de visceralidad, al no tener el realismo deseado los caimanes animados por ordenador.
A pesar de todo, Infierno bajo el agua resulta bastante entretenida, ya que va colocando de forma efectiva a sus protagonistas en situaciones cada vez más desesperadas, para goce del espectador, salpicando la narrativa con algún momento gore. El resultado es una película sencilla y directa, con momentos bastante efectivos, que se pasa rápido. En otras palabras, ideal para la temporada veraniega.