Llega la tercera parte de, esta ya saga de terror, Insidious: Capítulo 3 (Insidious: Chapter 3, Leigh Whannell, 2015). Pero no tengáis miedo: no hace falta haber visto las dos anteriores para disfrutarla.
Unos años antes de ayudar a la familia Lambert, la psíquica Elise Rainier (Lin Shaye) decide ayudar a la joven Quinn Brenner (Stefanie Scott), una adolescente acosada por una temible entidad sobrenatural.
Los que temían que el hecho de que en esta ocasión James Wan no estuviera presente como director provocara una caída en la calidad de la serie que ya no sufran más. Es posible que Wan no sea el director, aunque sigue como productor y tiene un pequeño cameo en el film, pero no hay que olvidar que Whannell fue el guionista de las dos anteriores entregas y ha trabajado junto a Wan como guionista y actor desde que hicieron juntos el cortometraje Saw (2003), que luego expandieron en el largometraje de mismo título que generó todo un subgénero por si mismo, de modo que el estilo de esta nueva entrega sigue de forma fiel el de las anteriores.
En esta ocasión nos encontramos con una precuela. Los que estén ya familiarizados con la serie disfrutarán de algunos guiños y elementos relacionados con las dos anteriores películas, pero, como ya he indicado al principio, aquellos que no hayan visto ninguna de las dos anteriores podrán verla sin tener la sensación de que se están perdiendo algo. Aquellos que no estén familiarizados con la serie sí que han de saber que esta tercera entrega, igual que las anteriores, es una historia de fantasmas influida por los clásicos del género como Al final de la escalera (The Changeling, Peter Medak, 1980).
Eso quiere decir que no hay falsos sustos cada cinco minutos, nada de personajes poniendo manos en los hombros de otros personajes o gatos saltando de repente, ni se abusa de los efectos de ordenador. Se da tiempo al espectador para que se familiarice con los personajes y la situación antes de abrumarlo con gritos de ¡bu!
Al principio, el film se dedica a crear atmósfera y plantear la situación, para luego apretar el acelerador y sumergir al espectador en una batalla por salvar a la joven Quinn. Una estructura que funciona a la perfección y que provocará grandes escalofríos (de miedo y de placer) en el espectador. Por supuesto, hay que decir que el éxito del film se basa en gran parte en cuánto le gusten al espectador las películas de fantasmas.
Yo confieso que disfruto con una buena película de fantasmas e Insidious: Capítulo 3 desde luego lo es. Tal vez no sea tan buena como la primera entrega, pero es una estupenda película de terror por sus propios méritos y servirá también para quitaros el mal sabor de boca dejado por el reciente estreno del pésimo remake de Poltergeist.
Estreno en las salas españolas el 4 de junio.