La pareja cinematográfica formada por Sandra Bullock y Channing Tatum traen de vuelta el género de la comedia romántica de aventuras con La ciudad perdida (The Lost City, Aaron Nee, Adam Nee, 2022).
Loretta (Sandra Bullock) es una escritora de novelas románticas de aventuras en horas bajas cuando es secuestrada por Abigail Fairfax (Daniel Radcliffe), con el objetivo de que la escritora localice dónde se encuentra la Corona de Fuego. Alan (Channing Tatum), el modelo de la portada de las novelas románticas de Loretta, partirá a rescatar a Loretta, de modo que ambos se ven envueltos en una peligrosa aventura que parece salida de las páginas de una de las novelas de Loretta.
Uno de los derivados del éxito de las aventuras de Indiana Jones fue poner de nuevo de moda el cine de aventuras, que luego tendría un derivado que mezclaba la aventura con la comedia romántica, subgénero en el que encontramos títulos como Seis días y siete noches (Six Days and Seven Nights, Ivan Reitman, 1998) y, especialmente, Tras el corazón verde (Romancing the Stone, Robert Zemeckis, 1984), película que es una gran influencia y sirve de base para La ciudad perdida.
Es este un tipo de género que llevaba tiempo desaparecido, posiblemente porque los últimos intentos de resucitarlo, como Noche y día (Knight and Day, James Mangold, 2010), no habían funcionado en taquilla. Pero Sandra Bullock se empeñó en que este proyecto tirara adelante, segura de que sería un gran éxito para ella, no por nada se convirtió en estrella gracias a las comedias que protagonizó a finales de los 90. Es una película que le permite a Bullock desempolvar sus músculos cómicos, junto a Chaning Tatum, actor habituado a reírse de su imagen. Daniel Radcliffe (Guns Akimbo) tiene la oportunidad de sobreactuar como villano al que solo le falta retorcerse el bigote y Brad Pitt tiene un pequeño, pero memorable, papel.
La química entre los protagonistas y la comedia que generan las situaciones en que se encuentran son el punto fuerte de esta película. Es el perfecto ejemplo de lo que los americanos llaman comfort food, una película diseñada para pasar un buen rato, sin complicaciones ni exigencias. Un poco de acción, unas cuantas risas y un poco de romántico toqueteo: si no se le pide nada más, la película funciona como un perfecto entretenimiento.
