El anterior film de Sofia Coppola, The Bling Ring (2013), pasó relativamente desapercibido y el especial de navidad que Coppola dirigió protagonizado por Bill Murray, A Very Murray Christmas (2015), tampoco es que fuera un éxito apoteósico. Ahora, Sofia Coppola espera recuperar algo de renombre con La seducción (The Beguiled, 2017), que de momento le ha valido el premio como mejor directora en el reciente festival de Cannes.
La seducción del titulo en castellano del film la lleva a cabo John McBurney, un soldado yanqui interpretado por Colin Farell que, durante la guerra civil americana, es encontrado herido y llevado a un internado femenino del sur para que se recupere. Las engañadas del título original son las habitantes de este internado: la directora, la señorita Martha, a la que da vida Nicole Kidman, la profesora Edwina Morrow, encarnada por Kirsten Dunst, y las estudiantes Alicia, Amy, Jane, Marie y Emily, interpretadas respectivamente por Elle Fanning (The Neon Demon), Oona Laurence, Angourie Rice, Addison Riecke y Emma Howard. La rutina de todas ellas se ve alterada por la presencia del soldado, lo que desembocará en una situación cargada de tensión.
El film de Coppola es una nueva adaptación de una novela de Thomas Cullinan, que ya fue llevada al cine en El seductor (The Beguiled, 1971), clásico de culto de Don Siegel que protagonizó Clint Eastwood en el papel que ahora interpreta Farrell. Es posible que estar bastante familiarizado con el film de Siegel haya afectado mi percepción del film de Coppola, así que también mi crítica está condicionada por ello.
Es fácil de entender porqué Coppola se ha llevado el premio como mejor directora en Cannes, ya que formalmente es un film muy logrado. La recreación histórica es muy meticulosa y la fotografía logra un gran efecto a lo Barry Lyndon (Stankey Kubrick, 1975). Es un film lleno de buen gusto y muy correcto. Con demasiado buen gusto y demasiado correcto para la historia que explica. Aunque debería ser tremendamente sensual, cargada de soterrada pasión esperando explotar, que, eventualmente, llevaría a un gran ejemplo de clásico y truculento gótico sureño; la película de Coppola es muy lánguida y elegante, pero nada sensual ni apasionada. Además, aunque la novela se cuenta desde el punto de vista de las habitantes del internado, no se desarrollan los personajes femeninos y, al eliminar los elementos más morbosos de la historia, se pierde intensidad emocional, a pesar de lo correcto del trabajo de sus protagonistas.
Es casi como si Sofia Coppola eliminara los elementos más incómodos del relato para hacer un film educado, que no molestara ni ofendiera a nadie, como si fuera una de las correctas profesoras sureñas de su film. En este sentido, Coppola triunfa a la hora de eliminar morbo, sensualidad y truculencia en su versión de la historia. La seducción es un drama que se esfuerza en no provocar demasiadas emociones.
Estreno en las salas españolas el 18 de agosto