Los fans de la saga Halloween han recibido muchas buenas noticias en los últimos dos años: los hermanos Weinstein perdieron los derechos para seguir explotando la saga y John Carpenter regresaba a la franquicia que creó en una nueva película producida por la compañía Blumhouse, escrita por David Gordon Green y Danny McBride y dirigida por Green. Esta nueva entrega esta previsto que se estrene el 19 de octubre del 2018. Mientras llega ese día, podéis poneros al día con esta saga clásica o recorrer su trayectoria de nuevo en este artículo, donde vamos a explorar todas las películas de esta serie, incluidos remakes y reboots (aunque no los diversos fan films, eso ya sería inhumano).
La noche de Halloween
(Halloween, John Carpenter, 1978)
El clásico que lo empezó todo, Halloween sigue inspirando y siendo imitado por cualquier cineasta interesado en saber cómo asustar al espectador. A los espectadores más jóvenes, que descubran ahora el film, es posible que les cueste entender hasta que punto ha sido influyente esta película en la historia del cine de terror, precisamente por las continuas imitaciones y plagios que se han hecho de este clásico.
Pero esta obra maestra tuvo unos inicios muy humildes. A finales de los setenta solo era una película de serie B de bajo presupuesto realizada por un equipo de jóvenes cineastas. John Carpenter y Debra Hill, también productora, escribieron un sencillo guion en el que unas canguros eran perseguidas por un silencioso asesino. Hill se basó en experiencias personales para construir los personajes femeninos y Carpenter añadió diversos homenajes a Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcok, 1960) y se inspiró visualmente en las películas de Dario Argento. Así nació The Babysitter Murders.
Sí, ese era su título original. Pero después de que fracasara en algunos pases con ese nombre, se retiró el film, se cambió el título por Halloween y se estrenó el 25 de octubre de 1978. Y se convirtió en un gran éxito.
Las claves de su éxito se basaron en la sencillez y la simplicidad. El film se abre con un plano secuencia que nos sitúa en el punto de vista del pequeño Michael Myers, una secuencia inspirada por la clásica Navidades negras (Black Christmas, Bob Clark, 1974). Myers, sin ningún motivo, asesina a su hermana y se pasa los siguientes quince años encerrado en una institución psiquiátrica, bajo la supervisión del doctor Loomis (Donald Pleasence). Cuando Michael Myers se escapa y vuelve a su pueblo natal, empieza de nuevo a cometer asesinatos, sin que nunca se explique la razón tras la que decide empezar a matar de nuevo o por qué persigue a la joven Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) y a sus amigas. Es esta ausencia de motivos y razones lo que hace que Michael Myers resulte tan inquietante. Carpenter lo define como una fuerza de la naturaleza que no atiende a razones, una interpretación que, sumada a su máscara de rostro blanco indefinido[1], hace más fácil que el espectador proyecte en él sus propios miedos.
El excelente uso del suspense por parte de Carpenter, acompañando sus imágenes de una banda sonora también icónica, más las interpretaciones de Pleasence y Curtis, lograron que los espectadores acudieran en masa a ver esta película, que con el tiempo se ha convertido en un clásico imprescindible. Además, claro, de su papel fundamental en la creación del genero slasher.
[1] Debido al bajo presupuesto, el equipo compró un par de máscaras del capitán Kirk en una tienda por 4 dólares, y las pintó de blanco dándoles la vuelta.
¡¡Sanguinario!! aka Halloween 2: Sanguinario
(Halloween II, Rick Rosenthal, 1981)
El masivo éxito de La noche de Halloween provocó una inmediata oleada de imitaciones y que muchas compañías independientes se apuntaran al carro del cine de terror, esperando conseguir un éxito semejante. De entre estos títulos destacó Viernes 13 (Friday the 13th, Sean S. Cunningham, 1980), que fue otro masivo éxito de taquilla, gracias especialmente a los increíbles efectos de maquillaje creados por Tom Savini. Había nacido el slasher.
Por supuesto, Moustapha Akkad, productor ejecutivo de Halloween, quiso también seguir explotando el inesperado éxito conseguido por John Carpenter. Carpenter no acababa de verlo tan claro como Akkad, para él la historia que quería contar estaba terminada. Sin embargo, Carpenter y Debra Hill tuvieron una idea en aquel entonces novedosa: seguir a partir de los últimos minutos y convertir la secuela en una auténtica continuación, sin saltos temporales ni otros recursos. Halloween II iba a seguir contando los eventos que tienen lugar en la misma noche de Halloween que se vio en la primera entrega.
Lamentablemente, esa fue casi la única idea novedosa del guion, junto a unir a Michael Myers con la mitología relacionada con Halloween. Carpenter añadió un giro de guion que, a largo plazo, se demostraría muy perjudicial para la franquicia: Laurie Strode era ahora la hermana de Michael Myers, así justificaba que el asesino sin rostro la persiguiera.
El film fue dirigido por Rick Rosenthal y tuvo muy buena acogida en su momento. Visto hoy día, es de las entregas que más ha perdido con el tiempo. Entre el estreno de La noche de Halloween, más enfocado hacia el suspense, y su secuela, Viernes 13 había enfocado el interés del slasher hacia las muertes creativas y sangrientas. De modo que Halloween II tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos, añadiendo gráficas muertes y toques gore a la película, en una tumultuosa posproducción.
Originalmente, el director Rosenthal quería seguir el estilo de Carpenter, creando un film más basado en el suspense que en la sangre. Sin embargo, cuando Carpenter, Hill y el resto de productores vieron la película, juzgaron que no funcionaba en absoluto. Así, además de reeditar el film, Carpenter filmó y añadió nuevas escenas: básicamente asesinatos más gráficos. Daba la coincidencia de que, en aquel momento, Carpenter estaba rodando algunas escenas extras para la versión televisiva de Halloween[2], así que no fue un gran esfuerzo rodar las nuevas escenas para la secuela.
En entrevistas de la época, Rosenthal se quejaba de que le hubieran quitado la película para hacerla más sangrienta cuando él quería centrarse en el suspense. En entrevistas recientes, niega que hubiera ningún conflicto y que simplemente todo formó parte natural del proceso de hacer una película. Sin embargo, en el audiocomentario que Scream Factory incluyó en la edición en Blu-ray de esta película (también incluido en la edición española en Blu-ray), Rosenthal expresa su extrañeza ante la eliminación de algunas escenas, dejando claro que no estuvo incluido en el proceso de montaje de la película. Esa misma edición de Scream Factory incluye la versión para televisión de Halloween II, que está bastante cerca de lo que era el montaje del director: añade diversas escenas eliminadas y, obviamente, elimina la sangre y el desnudo presentes en la versión cinematográfica.
Esta secuela está bastante sobrevalorizada entre los fans de la saga. El personaje de Jamie Lee Curtis no se desarrolla más y queda reducido a pasarse la película arrastrándose y gritando, mientras que el Loomis de Donald Pleasence pasa de actuar como la única persona sensata a actuar como un histérico al borde la locura.
[2] En Estados Unidos existe la costumbre de hacer versiones especiales de las películas estrenadas en cine, para su pase en televisión y los aviones, que eliminan escenas y palabrotas, para que el film sea apto para todos los públicos. En ocasiones, estos cortes hacen que las películas sean demasiado cortas (en especial las películas de terror), así que se añaden escenas adicionales, originalmente eliminadas del montaje final, para que se mantenga la misma duración. En el caso de Halloween, no había escenas eliminadas, así que aprovechando que se estaba rodando Halloween II, Carpenter usó el mismo equipo para rodar estas escenas extras. Se trata de tres escenas, incluidas en la versión extendida disponible en una de las diversas ediciones de Anchor Bay en DVD, que no añaden gran cosa, aunque una de ellas ya plantea la idea de Laurie como hermana de Michael Myers (se escribieron después del guion de Halloween II).
Halloween III: El día de la bruja
(Halloween III: Season of the witch, Tomy Lee Wallace, 1982)
A pesar de sus problemas, Halloween II fue un éxito de taquilla. Es lógico, entonces, que Moustapha Akkad pidiera a John Carpenter una tercera entrega de lo que se estaba transformando en una exitosa franquicia.
Carpenter sentía que ya no se podía contar nada más alrededor de Michael Myers y Laurie Strode: su historia estaba más que finiquitada. Por ello tuvo la idea de transformar Halloween en una franquicia antológica: se harían películas independientes entre sí, pero con la característica común de centrarse en algún aspecto de esta festividad. Así nació Halloween III: El día de la bruja.
Carpenter era (y supongo que todavía lo es) muy fan de las aventuras del profesor Quatermass, protagonista de varias miniseries en la televisión británica luego convertidas en películas, como la genial ¿Qué sucedió entonces? (Quatermass and the Pit, Roy Ward Baker, 1967). Por ello, se puso en contacto con el creador y guionista de las series de Quatermass Nigel Kneale. Sin embargo, la colaboración con el temperamental Kneale no fue demasiado bien, así que finalmente el guion llevado a la pantalla corrió a cargo de Carpenter y Tommy Lee Wallace, veterano colaborador de Carpenter que también cogería las riendas de la dirección. Con el guion terminado y contando con el gran actor de culto Tom Atkins al frente del reparto, el rodaje transcurrió sin incidentes y sin una complicada posproducción como la de la anterior secuela.
Por supuesto, la película fue un fracaso.
A pesar de que quedaba bien claro en los diversos anuncios televisivos y los tráileres que en esta película no aparecía Michael Myers, el público igualmente se indignó y se quedó muy decepcionado por la ausencia del enmascarado asesino. Obviamente, las cosas eran muy distintas en 1982 de cómo son hoy día. En la actualidad, todo el mundo sabría ya gracias a Internet que no saldría Michael Myers en el momento que el proyecto se pusiera en marcha. Pero en aquel entonces muchas personas acudieron a la taquilla sin haber visto nada más que el anuncio en la prensa, sin haber visto ningún otro anuncio o el tráiler. Teniendo en cuenta la fiebre slasher del momento y que Viernes 13 también estrenaba tercera entrega, en tres dimensiones nada menos, con Jason Voorhees matando más adolescentes, es comprensible que mucha gente fuera a ver Halloween III con la idea de encontrarse de nuevo con Michael Myers. De ahí el batacazo en taquilla.
Desde entonces, los estudiosos del cine de terror y sus diversas franquicias han especulado que si no hubiera existido un Halloween II con Michael Myers, es posible que el público hubiera aceptado mejor la idea de hacer una serie de películas cuya única conexión entre sí fuera la fiesta de Halloween. Durante mucho tiempo compartí esa opinión, pero creo que, de nuevo, juzgaba con una percepción muy anclada en la actualidad, donde el público está acostumbrado a series como American Horror Story, que cambian personajes y argumentos con cada nueva temporada. Creo que aunque se hubiera estrenado como segunda entrega, esta película hubiera sido un fracaso ya que no había manera de mentalizar a la audiencia como se puede hacer hoy día.
Pero, aunque en su momento fue un fracaso, con el tiempo se ha convertido en un film de culto y está considerada como una de las mejores secuelas de la franquicia. Que no aparezca Michael Myers y se trate de una historia completamente independiente ha ayudado a valorarla por si misma y ver mejor sus muchas virtudes.
Su historia, en la que el doctor Daniel Challis (Atkins) empieza a investigar las muertes relacionadas con una empresa que se dedica a fabricar máscaras de Halloween, mezcla terror con toques de ciencia ficción paranoide, dando como resultado un film muy entretenido cargado de referencias al género. Y no podemos dejar de mencionar la canción del anuncio Silver Shamrock, que se te quedará grabada en el cerebro mucho tiempo después de ver la película.
Halloween 4: El regreso de Michael Myers
(Halloween 4: The Return Of Michael Myers, Dwight H. Little, 1988)
Esta vez no había lugar a dudas, el título lo dejaba bien claro: Michael Myers volvía para llenar las pantallas de sangre. Moustapha Akkad quiso repetir el éxito de taquilla de las dos primeras entregas con una película que seguía a rajatabla el modelo establecido por John Carpenter. El resultado es, probablemente y según gustos, la mejor secuela de la saga con Michael Myers.
A mediados de los 80 el slasher empezaba a dar muestras de cansancio, debido a la sobreexplotación a la que se había visto sometido el género, pero aún podía dar sus dividendos. Akkad quería poner en marcha una nueva entrega que marcara el retorno de Michael Myers, ya que es lo que todo el mundo pedía tras Halloween III. Al mismo tiempo, Menahem Golam y Yoram Globus, los capitostes de la Cannon, se acercaron a John Carpenter y Debra Hill para ver si estaban interesados en retomar la franquicia. Carpenter y Dennis Etchison (que había escrito las novelizaciones de Halloween II y III bajo el pseudónimo Jack Martin) escribieron un tratamiento que se alejaba del slasher y lo acercaba más al terror sobrenatural que dominaba el director. Este tratamiento a Akkad no le gustó en absoluto, lo consideró demasiado cerebral. Golam y Globus tampoco se involucraron el proyecto, imagino que escaldados por el fracaso en taquilla de la genial Masacre en Texas 2 (The Texas Chainsaw Massacre 2, Tobe Hooper, 1986). Carpenter y Hill decidieron entonces vender las opciones que tenían sobre la franquicia a Akkad, que no tardó en poner en marcha una secuela en la que se volvía al estilo de los orígenes.
El film marcaba el regreso no solo de Michael Myers, también volvía Donald Pleasence como el doctor Sam Loomis. Quien no volvió fue Jamie Lee Curtis, convertida en una estrella del género al inicio de su carrera, pronto lo abandonó algo cansada de correr y gritar y gritar y correr, para centrarse en la comedia. Pero Carpenter había establecido en la segunda entrega que Michael Myers se centra principalmente en miembros de su familia (¿recordáis que mencionamos en la segunda que esto acabaría siendo perjudicial para la franquicia?), así que se decidió que Laurie Strode, en los diez años transcurridos entre la segunda entrega y esta, se había casado y había muerto en un accidente dejando a una hija como superviviente de la familia: Jamie. Esta pobre niña de siete años tendrá que enfrentarse a la más aterradora reunión familiar de la historia. Jamie fue interpretada por la entonces debutante Danielle Harris, actriz que se convertiría también en un icono del género, incluso llegando a dirigir películas de terror como Among Friends (2012) y Prank (2008), esta última con las también estrellas del género Heather Langenkamp (Nancy en tres entregas de Pesadilla en Elm Street) y Ellie Cornell, también protagonista de Halloween 4.
El guion definitivo de la película fue escrito por Alan B. McElroy en una frenética sesión de once días para que estuviera terminado antes de una huelga de guionistas. Esto seguramente jugó a favor de la película, que aunque sufrió muchos cambios, principalmente por limitaciones presupuestarias (aprovechando algunas ideas para la siguiente entrega), durante el rodaje, la historia se mantuvo bastante intacta contribuyendo a la frescura de la película. Las prisas para poner en marcha el proyecto si que no jugaron a favor de otros aspectos de la película: la cicatriz en la cara de Loomis cambia de aspecto a lo largo del film y se usaron dos máscaras muy distintas para cubrir la cara de Michael Myers, una de ellas de un llamativo color rubio, debido a una confusión durante el rodaje de tomas adicionales.
El film funciona a pesar de estos pequeños fallos, gracias a la habilidad de Dwight H. Little para las escenas de suspense y acción. También explotan bien ideas interesantes como hacer protagonista al pueblo de Haddonfield, lo que le da un aire de realismo normalmente ausente en este tipo de películas.
La película fue todo un éxito, animando a Akkad y su compañía a seguir produciendo más entregas de la saga. Rápidamente, las cosas empezarían a torcerse.
Halloween 5: La venganza de Michael Myers
(Halloween 5: The Revenge of Michael Myers, Dominique Otherin-Girard, 1989)
Además de Halloween 5, en 1989 también se estrenaron Pesadilla en Elm Street 5: El niño de los sueños (A Nightmare on Elm Street: The Dream Child, Stephen Hopkins) y Viernes 13 VIII: Jason toma Manhattan (Friday the 13th Part VIII, Rob Hedden); también hemos de tener en cuenta Matanza de Texas III (Leatherface: Texas Chainsaw Massacre III, Jeff Burr) estrenada en 1990. Todas estas películas eran secuelas de populares sagas del cine de terror con muchos fans, todas ellas fueron fracasos de taquilla. Signo evidente de que el slasher estaba agonizando y del agotamiento de estas franquicias. Cierto, títulos como Pesadilla en Elm Street 5 y la versión sin censurar de Matanza en Texas III se han revalorizado con el tiempo, ya no son tan despreciadas como en el momento en que se estrenaron. Pero Halloween 5 y Viernes 13 VIII son todavía ejemplos de momentos bajos en sus respectivas franquicias. Ninguna de las dos volvería a repetir los momentos de gloria del pasado.
Centrándonos en Halloween 5, las razones de su fracaso son bastante obvias. En cierto modo ignorando el cliffhanger de Halloween 4, esta quinta entrega arranca eliminando a Rachel Carruthers, el personaje interpretado por Ellie Cornell en la anterior entrega. Una táctica habitual y muy gastada para decirle al espectador: la cosa va en serio, cualquiera puede morir (que solo he visto hacerla de manera realmente efectiva en la trilogía Maniac Cop). Normalmente no es un gran problema, si el personaje eliminado es sustituido por uno equivalente en su valor, como la Alice de Lisa Wilcox recogiendo el testigo de Kristen (Tuesday Knight en la cuarta entrega) como heroína en la saga Pesadilla en Elm Street. Pero en el caso de Halloween 5 es un problema enorme, ya que la valiente Rachel es sustituida por Tina (Wendy Kaplan), una irritante y odiosa adolescente, solo superada en despertar aborrecimiento en el espectador por sus idiotas amigos. Con semejante colección de personajes, uno no puede más que esperar ansioso que Michael Myers aparezca y empiece a matarlos lo más rápido posible.
La pobre Jamie no lo tiene mucho mejor: el guion obliga a la pobre Danielle Harris a pasarse gran parte de la película haciendo ruidos y caras, debido a que el trauma de los eventos de la anterior entrega la han dejado muda (ya se podía haber quedado muda la maldita Tina). El doctor Loomis no es de gran ayuda tampoco, Donald Pleasence interpreta al bueno de Loomis más cerca que nunca de la locura obsesiva.
Para ser justos, la parte final de la película, cuando Tina y sus amigos han sido eliminados, resulta bastante entretenida y muy lograda, centrándose en Jamie y el doctor Loomis y su relación con Michael Myers.
Sin embargo, esta película es realmente recordada por un personaje misterioso que va apareciendo de vez en cuando a lo largo del metraje. Al parecer, Akkad quería introducir algún elemento en la historia que hiciera que el público regresara de nuevo a la taquilla para una siguiente entrega, un elemento de continuidad. El director, por si no había aportado ya suficientes grandes ideas, decidió que este elemento sería un hombre vestido con gabardina negra y botas de cowboy, con un símbolo tatuado en la mano, que ayuda a Michael Myers sin que sepamos por qué, llevando a la película hacia un final muy abierto.
Y también acabaría llevando a la siguiente entrega hacia un desastre de épicas proporciones gracias a la aparición de los temidos hermanos Weinstein.
Halloween: La maldición de Michael Myers
(Halloween: The Curse of Michael Myers, Joe Chappelle, 1995)
Versión cinematográfica/montaje del productor
Ciertamente, esta película fue una maldición para los implicados.
Después de que Halloween 5 no obtuviera los resultados deseados, Moustapha Akkad se vio atrapado en un callejón sin salida: insistir en que Michael Myers se centraba en matar a miembros de su familia y el personaje misterioso insertado sin ningún plan a largo plazo, complicaron enormemente idear una nueva entrega que resultara satisfactoria (fijaos en los años pasados entre la cuarta y la quinta entrega y comparadlo con los años pasados entre la quinta y la sexta entrega).
Pero todo cambió con la llegada del joven Daniel Farrands que propuso un guion que entusiasmó a Akkad y su equipo. También entusiasmó a Donald Pleasence, el veterano actor de carácter estaba encantado con los jóvenes fans que le había proporcionado su interpretación como el doctor Sam Loomis y buscaba despedirse a lo grande del personaje. Farrands es actualmente más conocido por su trabajo como uno de los responsables de los excelentes documentales masivos Pesadilla en Elm Street: Desde dentro (Never Sleep Again: The Elm Street Legacy, Daniel Farrands, Andrew Kasch, 2010) y Crystal Lake Memories: The Complete History of Friday the 13th (Daniel Farrands, 2013). Estos documentales, el primero de cuatro horas y el segundo de casi siete, exploran a fondo las franquicias sobre los que se centran. Pero si estos trabajos, y otros como Scream: The Inside Story (Daniel Farrands, 2011), denotan su conocimiento y condición de fan del género, esto no se traduce de la misma forma en la manera de tratar el género desde la ficción. Casi es un factor en contra, ya que el guion que escribió dejaba claro que era un fan, con numerosos guiños, homenajes, referencias, y que estaba diseñado para satisfacer a un fan en concreto: él mismo.
La idea de Farrands para unir todos los cabos sueltos sigue sin ser muy apreciada por los fans de la saga. Esta idea consistía en convertir a Michael Myers en el peón de una secta, que mantenía secuestrada a la joven Jamie, violada para que hubiesen nuevos miembros de la familia Myers. Sí, Jamie, la niña protagonista de dos entregas de la saga, secuestrada y violada durante años. Michael Myers, el villano principal de la saga, reducido a ser el mensajero de la muerte de una secta por motivos que solo ellos saben.
Ahora parece evidente que no era la mejor opción, pero entonces fue recibido con entusiasmo. Donald Pleasence estaba muy contento con el guion, ya que su personaje casi es el único que sale bien parado. Un joven, y desconocido entonces, Paul Rudd fue elegido para interpretar la versión adulta de Tommy Doyle (el chico al que hacía de canguro Jamie Lee Curtis en la primera Halloween). Danielle Harris intentó repetir como Jamie (en el guion original de Farrands su personaje llegaba hasta el final, más sobre eso luego) pero el estudio le quería pagar como si fuera un simple cameo (la historia es más complicada pero se reduce a esto) y finalmente interpretó el personaje brevemente J. C. Brandy. Harris volvería al mundo de Michael Myers en las películas dirigidas por Rob Zombie, interpretando a Annie.
Los que no quisieron pagar lo que le se merecía a Harris fueron los hermanos Weinstein, que habían comprado los derechos de distribución de la saga y dirigirían el destino de Michael Myers a partir de entonces. Fueron los Weinstein los que decidieron que el director sería Joe Chappelle, un asalariado suyo que había dirigido algunas escenas y reeditado la desastrosa Hellraiser: Bloodline (Alan Smithee, 1996) después de que Kevin Yagher, el director original, abandonara el proyecto debido a las continuas interferencias de los Weinstein. Por su buen comportamiento durante el desastre que sería la sexta Halloween, los Weinstein premiaron a Chappelle dándole el trabajo de director en Phantoms (1998).
El rodaje transcurrió sin mayores incidentes. Los auténticos problemas empezaron con la posproducción. Tras ver el montaje provisional, los Weinstein decidieron que se tenían que realizar varios cambios: había demasiadas escenas con el doctor Loomis (ya sabéis, uno de los protagonistas desde el inicio de la saga), los asesinatos tenían que ser más sangrientos y gráficos, el montaje tenía que ser más moderno, se tenían que eliminar/cambiar varios detalles de la trama y, finalmente, también se tenía que cambiar el final (otro cambio más o menos menor fue que se exigió que se estrenara la película sin números en el título, originalmente se rodó como Halloween 6: The Curse of Michael Myers). Esto significó que se rodara nuevo material para sustituir las escenas que los Weinstein querían fuera. Lamentablemente, Donald Pleasence falleció durante esta fase de la producción, así que su papel quedó significativamente reducido.
Como ya he mencionado, Chappelle no tuvo ningún problema en hacer esos cambios, era un simple asalariado. No sucedía lo mismo con los productores, Akkad, su hijo Malek y Paul Freeman, implicados con la franquicia desde el principio.
Cuando se estrenó en cines, la película fue un fracaso. Los intentos de eliminar y cambiar la trama hicieron que la película resultara confusa; hay un exceso de falsos sustos que le restan suspense y momentos de montaje videoclipero (lo que también se llama “pedos Avid”) que entonces querían ser muy modernos pero hoy día resultan anticuados y no aportan nada. Los adolescentes interesados en ver una simple película de terror no estaban muy interesados en la confusa trama y los fans de toda la vida se sintieron alienados.
De forma casi inmediata, en el mercado pirata apareció un montaje alternativo de la película, el llamado “montaje del productor”. Esta versión fue adquiriendo popularidad con los años, pero solo se podía ver en copias VHS de pésima calidad, y eso solo aquellos que pudieron encontrar alguna. Por supuesto, para aquellos que vivimos fuera de Estados Unidos, este montaje del productor adquirió una cualidad aún más mítica que en su país de origen. Para alegría de muchos, tras décadas de solo conocer de oídas esta versión, se anunció en el año 2014 un pack completo en Blu-ray de la saga Halloween, con una edición limitada que incluía un libro y el montaje del productor en Blu-ray[3] . Por fin se podía ver esta mítica versión alternativa de una secuela que sería más despreciada sino fuera porque es la primera que muchos fans actuales vieron en el cine. Sin embargo, ¿esta versión salva una secuela maldita?
He de decir que no soy tan fan de la saga Halloween como de la de Viernes 13, mi personal favorita, o la saga Phantasm, así que no tengo muchos problemas con la trama de la secta, algo que, como ya he indicado anteriormente, muchos fans de la serie odiaron. Dicho esto, esta versión del productor es claramente superior a la versión estrenada en cines. Se hace un mayor inciso en el suspense y se eliminan los falsos sustos, el doctor Sam Loomis tiene un papel protagonista, el final es mucho más efectivo, la edición de las escenas está más cuidada y es más efectiva. El único punto positivo que tiene la versión cinematográfica es que una de las muertes que se cambió implicaba una cabeza explotando y esa muerte no aparece en esta versión, aparece la muerte tal y como fue originalmente concebida, más en sintonía con una película de Halloween. Y, mientras en la versión cinematográfica Jamie muere a los veinte minutos de empezar, en el montaje del productor Jamie sobrevive hasta el minuto 56, aunque su papel no es mucho más destacado (mucho del tiempo extra que tiene en el montaje del productor se lo pasa en una cama de hospital). Curiosamente, Farrands no está muy contento tampoco con esta versión, aunque la prefiera a la cinematográfica, ya que, según explica en el audiocomentario de la edición en Blu-ray, en su guion original Jamie también moría pero al final, en una épica batalla con Michael Myers.
En definitiva, entiendo que a los fans más fans de la serie, las ideas lanzadas por esta película no acaben de entusiasmarlos. Pero a mí, como aficionado también al terror de la casa Arkham y Arthur Machen, esta trama con sectas que buscan el fin del mundo no me desagrada.
[3] Como os podréis imaginar, el 99% de la información que aparece en este artículo la saqué de los diversos documentales, comentarios y entrevistas que aparecen en esta edición limitada deluxe. Actualmente, la versión limitada (de 15 discos) está agotada, los ejemplares que aparecen en reventa lo hacen con precios que rondan los 300 euros (a mí me costó 100 en su momento). Hay una edición de diez discos, pero, al igual que la limitada, es solo de zona A (sino es multizona, los discos no funcionan en reproductores europeos), igual que la edición en solitario que apareció del montaje del productor un año más tarde.
Halloween H20: 20 años después
(Halloween H20: 20 Years Later, Steve Miner, 1998)
Tras el desastre de Halloween: La maldición de Michael Myers, los Weinstein, en su infinita sabiduría, tras asegurarse que la película fuera un fracaso, decidieron que las siguientes entregas se estrenarían directamente en vídeo (algo similar a lo que habían hecho con la saga Hellraiser). Se estaba poniendo en marcha una de estas secuelas, ambientada en una escuela privada para chicas, cuando sucedió algo que cambió estos planes de forma inmediata: Scream: Vigila quién llama (Scream, Wes Craven, 1996) se estrenó en cines y se convirtió en un gran éxito.
Para gran alegría de Moustapha Akkad, los Weinstein decidieron apostar de nuevo por una nueva entrega que se estrenaría en cines, aprovechando que el éxito de Scream puso de nuevo de moda los slasher (si bien en una nueva oleada más breve y menos prolífica que la de los 80). Teniendo en cuenta las numerosas referencias a La noche de Halloween existentes en Scream, se decidió que Kevin Williamson trabajara en el guion para esta nueva secuela, partiendo de la idea ya existente de la escuela privada. La implicación de Williamson también trajo consigo que Jamie Lee Curtis aceptara volver a interpretar a Laurie Strode, escondida bajo la identidad Keri Tate.
En un principio, en los primeros borradores en los que Williamson trabajó, esta nueva entrega seguiría la continuidad de las anteriores, justificando la aparente “muerte” de Laurie Strode en un accidente de coche como parte de su implicación en un programa de protección de testigos (lo cual no acaba de justificar que dejara a su hija Jamie). Luego, cuando Williamson dejó el proyecto y el guion definitivo corrió a cargo de Matt Greenberg y Robert Zappia, se decidió ignorar la existencia de las entregas 4, 5 y 6 (la tercera no era un problema en este sentido) para que fuera más sencilla de seguir para los espectadores no familiarizados con la franquicia, continuando la historia a partir de la segunda entrega. Entonces el término no se usaba, pero es lo que ahora llamamos un reboot. Sin embargo, muchos fans han adoptado la explicación del programa de testigos y consideran que existe una sola continuidad, en lugar de dos.
H20 fue dirigida por Steve Miner, un veterano de la saga Viernes 13. Miner tenía un estilo que favorecía el uso de la steadycam, con lo que recuerda bastante al estilo de John Carpenter en la primera clásica entrega. También el tono general, más enfocado en el suspense y el personaje de Laurie, es bastante clásico y un retorno a los orígenes. También resultaba ya muy familiar, y en este sentido el film no aporta nada nuevo al género.
En esta entrega estuvieron ausentes los dramas de posproducción de anteriores entregas, si exceptuamos una primera ridícula máscara que tuvo que ser sustituida (aún visible fugazmente en algunos momentos) y que la banda sonora que compuso John Ottman se consideró demasiado gótica, siendo sustituida por una más genérica y vulgar compuesta por Marco Beltrami. Ottman luego publicó la banda sonora que había compuesto en CD con el título Portrait Of Terror, y todavía se puede escuchar su versión del tema de Halloween, que compuso Carpenter, al inicio de H20.
A pesar de que vista hoy día no parece gran cosa, en su momento el film fue un gran éxito, asegurando una nueva entrega que casi consiguió lo que nadie más había conseguido: matar a Michael Myers.
Halloween: Resurrection
(Rick Rosenthal, 2002)
Si tenéis dudas de hasta que punto fue decisivo John Carpenter en lograr que Halloween II funcionara, solo tenéis que echar un vistazo a Halloween: Resurrection, obra por completo de Rick Rosenthal, que volvía a ejercer de director tras su experiencia en la segunda entrega, considerada la peor secuela de la franquicia, hasta la llegada del remake de Rob Zombie.
Moustapha Akkad, siempre obsesionado en encontrar alguna manera para mantener la franquicia en marcha, ordenó, durante el rodaje de H20, que se rodaran unas escenas alternativas que explicaran el regreso de Michael Myers, y así le fue más fácil aceptar el final “definitivo” de la película de Steve Miner. Así, aunque la manera de justificar el regreso de Michael Myers es algo ridícula, la culpa no la tienen los cineastas de Halloween: Resurrection. Aunque sí son culpables de todo lo demás.
El film arranca, tras el regreso de Michael Myers, con Laurie Strode, Jamie Lee Curtis de nuevo, encerrada en un manicomio. Allí la encuentra y la mata Myers de forma poco ceremoniosa, lo que no sentó demasiado bien entre los fans, sobretodo después de convertir en un gran evento su regreso a la serie en la anterior película (y de incluir su rostro en el póster de Resurrection como si fuera una de las protagonistas). Sin embargo, a Curtis la idea le gustó mucho.
Tras la muerte de Laurie, empieza realmente la película. La trama gira en torno a un reality show rodado en la casa en que vivió Michael Myers de pequeño. El film mezcla la novedad entonces de los reality shows con toques de found footage, ya que los irritantes y odiables protagonistas llevan cámaras incorporadas para que los espectadores vean lo que ven ellos. Esta idea podía haber dado para una interesante y divertida película, pero la terrible manera en que está ejecutada hace que el film acabe siendo aburrido y, en ocasiones, ridículo. El reparto tampoco lo hace particularmente interesante, incluyendo celebridades de la época como Tyra Banks, aunque puede que algunos descubran una joven Katee Sackhoff pre-Galactica.
El film no fue bien recibido, consiguiendo que cualquier continuación se desechara. Pero se debía seguir explotando la franquicia: por un lado, mantenía la empresa de los Akkad en marcha, por otro, sino estrenaban otra película, los Weinstein perderían los derechos que tenían sobre la franquicia. De este modo, se puso en marcha la peor película con Michael Myers de la historia.
Halloween. El origen
(Halloween, Rob Zombie, 2007)
En plena fiebre de remakes, los dueños del destino cinematográfico de Michael Myers pensaron que, una vez muerta la franquicia tras Halloween: Resurrection, la mejor opción era hacer una nueva versión del clásico de John Carpenter. Al frente se puso a Rob Zombie, que había logrado un gran éxito entre los fans del cine de terror con La casa de los 1000 cadáveres (House of 1000 Corpses, 2003) y Los renegados del diablo (The Devil’s Rejects, 2005). Son estas mismas películas las que me indicaron que era la persona menos apropiada para dirigir un remake de Halloween. No porque no me gustaran, me gustaron bastante (en especial Los renegados del diablo), sino porque su estilo, basado en una estética setentera white trash, y su interés principal en los villanos y los monstruos, auténticos protagonistas de sus películas en las que las víctimas son simples trozos de carne sin personalidad, no son efectivos si lo que se busca es crear una película de terror en la que el espectador sienta miedo.
Cuando finalmente vi la película se confirmaron mis sospechas. El film convierte a Michael Myers en la estrella, interpretado por Tyler Mane. Lo humaniza en un ridículo prólogo que recoge las típicas características de los psicópatas y las coloca todas en el pequeño Michael Myers. En otras palabras, convierte a Michael Myers en un tópico psicópata de bolsilibro. Su enfoque más realista no impide que, a pesar de pasarse la vida encerrado en un hospital psiquiátrico, crezca convertido en una montaña de músculos y atraviese paredes de un puñetazo tras recibir varios balazos. Zombie no invierte ni una cuarta parte del tiempo que utiliza para desarrollar a Michael Myers, en desarrollar a las potenciales víctimas que, de nuevo, son simples trozos de carne por los que el espectador no siente ninguna empatía. Lo peor es que, tras el ridículo y tópico prólogo, el film es una fotocopia del clásico de Carpenter, por lo que no tiene personalidad propia y está continuamente recordándote una película mucho mejor que la que estás viendo.
Aunque el film sí que destaca porque es de los pocos en los que la versión cinematográfica es mucho mejor que la versión del director. Versiones que se diferencian principalmente por la manera en que Michael Myers escapa del hospital. En la versión cinematográfica es el típico enfrentamiento con policías; en la versión del director es una gratuita escena de violación que parece buscar convertir a Michael Myers en un héroe. En el audiocomentario que acompaña esta versión, Zombie se justifica diciendo que este tipo de incidentes tenían lugar en estas instituciones en aquella época (aunque dudo que los criminales decidieran llevar a su víctima a la habitación de otro paciente).
La película fue odiada por la gran mayoría de aficionados al género, cansados de tanto remake, y en particular por los fans de Michael Myers. A pesar de todo, recaudó suficiente dinero para justificar una secuela.
Halloween II
(Rob Zombie, 2009)
Incluso las consideradas peores secuelas de una franquicia tienen sus seguidores. En un documental en el que Jamie Lee Curtis habla sobre su gira por convenciones de cine de terror, podemos ver un fan esperando a que le firme un póster de Halloween: Resurrection, hay gustos para todo. Pero sí que me llama la atención que a las dos o tres personas que disfrutaron con Halloween. El origen, no les gustó nada la nueva Halloween II. Y a la mayoría a la que no le gustó Halloween. El origen, sí que disfrutaron con Halloween II.
No sé por qué esto sucede en muchos casos, pero sí sé porque me sucede a mí, así que me basaré en mi experiencia personal.
Cuando se estrenó Halloween. El origen, Rob Zombie juró y perjuró que no habría segunda parte. Su película estaba basada en el realismo (cosa discutible) y Michael Myers estaba muerto. Fin de la historia. Por supuesto, poco después se encontraba escribiendo la segunda parte. Una segunda parte que es mucho mejor que la primera entrega porque, para empezar, es un film con personalidad propia, en lugar de simplemente repetir lo ya hecho en el pasado.
Aunque se inicia en un hospital, siguiendo el final de la anterior película, como si fuera un remake de la segunda entrega dirigida por Rick Rosenthal, pronto se descubre que todo es una pesadilla que sufre Laurie (Scout Taylor-Compton). Así pasamos a centrarnos en las consecuencias que sufren los supervivientes de la masacre llevada a cabo por Michael Myers, de nuevo Tyler Mane.
Además de centrarse en las consecuencias psicológicas que sufren los protagonistas, que son algo más que trozos de carne, también parece hacerse algo con la idea de hacer que Laurie y Michael Myers sean hermanos. Desde un principio esta idea no fue muy afortunada, pero está bien ver que por lo menos se aprovecha dramáticamente.
También resultan interesantes los elementos esotéricos que se añaden al film cuando se introduce en la mente de Michael Myers. Por ello, aunque no es que sea una gran película (la pondría justo debajo de H20), resulta más interesante y estimulante que la basura que la precedió.
La película fue recibida de forma más dividida que Halloween. El origen, en la que el consenso fue bastante unánime. Pero generó suficiente beneficio como para proyectar una tercera entrega que no vio la luz. Tras un tiempo sin poder encontrar una manera de realizar un hipotético Halloween III, se pensó en hacer otro reboot. En 2009, Todd Farmer y Patrick Lussier eran candidatos para ponerse al frente de una nueva entrega como guionistas, con Lussier dirigiendo, que acabó en nada. Anunciada en 2015, Halloween Returns estaba pensada como film independiente que seguiría los pasos del film de John Carpenter, no los de Rob Zombie. Returns llegó a tener un guion completo, escrito por Patrick Melton y Marcus Dunstan, e iba a ser dirigida por Dunstan. Se anunciaron fechas de rodaje y se empezó a hablar de casting, pero finalmente el proyecto no llegó a ningún lado. Y es así que, milagrosamente, los Weinstein perdieron los derechos de la franquicia y su Dimension Films no seguiría dominando el destino de Michael Myers. Esto hizo posible que Trancas Internacional (la compañía de los Akkad, con Malek Akkad al frente tras la muerte de Moustapha) hiciera un trato con Blumhouse, la nueva casa de Michael Myers que se encuentra preparando la última, hasta ahora, entrega de la franquicia mencionada al inicio de este largo artículo.
La noche de Halloween
(Halloween, David Gordon Green, 2018)
Tras el éxito (?) de Halloween 2 (Halloween II, Rob Zombie, 2009), hubo varios intentos de crear un nuevo Halloween III sin que ninguno llegara a buen puerto. Estos intentos abortados incluyen también reboots como Halloween Returns, que nunca llegaron a nada.
Mientras sucesivos intentos de continuar la franquicia fracasaban, el productor Jason Blum empezó a cosechar bastante éxito con su compañía Blumhouse, dedicada al cine de terror. Las películas Blumhouse siguen una clara fórmula que asegura el éxito de sus películas aunque no sean grandes taquillazos: presupuestos bajos sin sacrificar calidad, con énfasis en los títulos para mayores de 13 años para asegurar el máximo número de espectadores posible. Jason Blum se hizo con los derechos para producir nuevas entregas de la saga, gracias en parte a la debacle de los Weinstein, y se puso una nueva entrega en marcha.
David Gordon Green y Danny McBride son nombres conocidos principalmente dentro de la comedia, así que la elección de Gordon Green como director, escribiendo el guion junto a McBride, fue recibido con no poco escepticismo. Pero entonces se anunció el regreso de Jamie Lee Curtis y que John Carpenter también estaría implicado en el proyecto, incluso se encargaría de la banda sonora. Si hasta Nick Castle regresaría para retomar el papel de Michael Myers como ya hiciera en la original La noche de Halloween. Todo ello sirvió para fomentar mucha anticipación dentro del fandom.
El film es una continuación directa del Halloween de John Carpenter, ignorando todas las demás películas de la franquicia (¿excepto tal vez Halloween III?). Así que, otra vez, se crea una nueva línea temporal en la saga, aunque la franquicia La matanza de Texas sigue al frente en términos de distintas líneas temporales. Jamie Lee Curtis encarna a una Laurie Strode que se ha pasado 40 años preparándose para el momento en que tuviera que enfrentarse de nuevo a Michael Myers, sacrificando así una vida feliz con su familia. Por supuesto, Michael Myers escapa y, de nuevo, va llenando la ciudad de Haddonfield de cadáveres, hasta su enfrentamiento definitivo con Laurie Strode, que esta vez viene acompañada de su hija y su nieta, interpretadas por Judy Greer y Andi Matichak respectivamente.
Cargada de homenajes y guiños al film de Carpenter, la nueva secuela funcionó muy bien tanto con la crítica como, más importante, con el público. Lo cual no es de extrañar, ya que la calidad técnica y artística de esta película no se veía desde la original. Pero tampoco es una obra maestra, si bien es mucho mejor que el resto de secuelas. Básicamente, es un film entretenido con excelentes escenas de suspense, en el que se nota que se ha puesto mucho esfuerzo para crear algo que esté a la altura del clásico de Carpenter.
Su enorme éxito garantizó que se prepararan dos nuevas entregas, también con Gordon Green como director.
Halloween Kills
(Halloween Kills, David Gordon Green, 2021)
Lee nuestra crítica completa de Halloween Kills aquí.
Próximamente: Halloween Ends (2022)
Y hasta aquí todas las películas oficiales de la saga. Existen diversos fan films, algunos bastante divertidos, pero son poco más que divertimentos para los fans (lo podéis comprobar buscando en Youtube). Si descubrís ahora esta saga, felicidades. Os esperan horas de delicioso terror y suspense.