El 12 de julio de 2016 se anunció que una nueva entrega de la serie Saw se ponía en marcha después de seis años desde la última. Saw: Legacy será dirigida por los hermanos Spierig y escrita por Josh Stolberg y Pete Goldfinger. Este anuncio me dio la excusa perfecta para repasar la saga y así se ha originado este artículo que repasa una de las pocas grandes franquicias contemporáneas de terror que no tiene su origen en los años 80 del siglo XX. Antes, me gustaría dejar claro un par de cosas. La primera es que este artículo se ha realizado a partir de las versiones extendidas sin censurar de las películas, editadas en Blu-ray/DVD. La segunda es que aunque imagino que la mayoría de personas que lean esto ya están familiarizadas con las películas, he procurado evitar spoilers en caso de que haya alguien que sienta curiosidad por la franquicia pero todavía no haya visto ninguna de las películas. Finalmente, aclarar que soy consciente de que el hecho de que una película recaude más o menos en taquilla no quiere decir nada sobre la calidad de dicha película, pero cuando lo menciono es debido a como las recaudaciones afectaron las decisiones de los productores al frente de la franquicia.
Primera parte: Quiero que juguemos a un juego
Las cuatro primeras películas de la franquicia representan la saga Saw en su punto álgido, cuando más fuerza tenía e inspiraba más imitadores. Es cuando las películas alcanzaron una notoriedad que iba más allá de los fans del cine de terror.
Saw
(James Wan, 2004)
La película que lo inició todo introduciendo al psicópata fanático de las trampas Jigsaw, además de ser la carta de presentación de uno de los directores más influyentes del cine de terror contemporáneo, empezó como el proyecto independiente de bajo presupuesto de dos amigos llegados a Hollywood desde la lejana Australia: James Wan y Leigh Whannell. Juntos habían realizado un corto que esperaban convertir en largometraje y que se acabaría convirtiendo en el clásico que conocemos hoy.
Resulta curioso comparar la apreciación en su momento de Saw con la actual en el contexto de iniciadora de una franquicia. Esta primera entrega, sin duda la mejor de todas, destaca, comparada con el resto, ya que no es tan sangrienta y hace énfasis en el suspense y la angustia. Esta historia de dos extraños, interpretados por Whannell y Cary Elwes, atrapados en una habitación por un misterioso psicópata nos ofrece un mayor desarrollo de los personajes que entregas posteriores. Junto a su bien planeada trama, esto hace de Saw un sólido film de terror y suspense más inteligente de lo que parece a primera vista. Y no debemos olvidar que fue la única entrega de la serie realmente sorprendente ya que nadie se esperaba la sorpresa final. Con las secuelas, el inesperado final ya es de esperar. En este film se introduce otro elemento que tendrá vital importancia en las futuras secuelas: es posible sobrevivir a las trampas de Jigsaw si se tiene suficiente voluntad de supervivencia. Esta idea se llevará por interesantes (aunque desaprovechados) caminos las secuelas.
He mencionado ya que esta es una de las pocas sagas contemporáneas de terror, creada en pleno siglo XXI, con una proyección que iba más allá del fan habitual del cine de terror. A su popularidad contribuyó la representación de Jigsaw. Para mantener oculta su identidad, Jigsaw utiliza una marioneta que se convirtió en el icono de la saga, dentro y fuera de las películas.
No podemos olvidar, además, que, junto a Hostel (Eli Roth, 2005), la primera Saw inició una nueva corriente de cine de terror más sangriento, cruel y explícito (el mal llamado torture porn) que surgía también como reacción al cine de terror más suave enfocado al público adolescente que dominó la segunda mitad de los años 90 del siglo XX. El modo que tenía Jigsaw de matar, creando sofisticadas trampas que ponían a prueba la voluntad de supervivencia de la víctima, resultaba más imaginativo que la ya vista utilización de cuchillos o sierras mecánicas.
Saw II
(Darren Lynn Bousman, 2005)
Esta secuela logra algo casi imposible, aunque no la supera se mantiene al nivel de la primera entrega gracias a una ambiciosa historia, escrita por Leigh Whannell y Darren Lynn Bousman, cargada de tensión y suspense. Esta entrega sigue la pauta de la primera en la que el centro de la historia es una lección moral por parte de Jigsaw, siendo la víctima en este caso el policía Eric Matthews, interpretado por Donnie Wahlberg. Para lograr su objetivo, Jigsaw ha encerrado al hijo de Eric, Daniel (Eric Knudsen), junto a otros desconocidos en una casa que es una gran trampa pensada para incidir en los pecados de las personas atrapadas dentro.
Además de por su bien llevado suspense, la película destaca por dos razones dentro de la saga. Es la primera en la que vemos a Tobin Bell lucirse interpretando a John Kramer alias Jigsaw, apenas visto en la anterior entrega, y el regreso de Amanda Young (Shawnee Smith), un personaje breve de la primera entrega que pronto se hizo icónico debido a la utilización de su imagen en la campaña promocional, debido a ello su participación en la trama general de la saga crecería hasta ser de mucha importancia. Cabe mencionar que las campañas promocionales de la franquicia eran muy originales comparados con las de otras franquicias/películas (veníamos de la década de los retratos en grupo de los protagonistas mirando al frente) y resultarían claramente distintivas. Saw II es también la primera de las tres películas de la saga dirigidas por Bousman, el cual aporta a la serie una brillante narrativa visual ausente en las posteriores entregas sin él como director.
Saw III
(Darren Lynn Bousman, 2006)
De nuevo, una entrega bastante sólida escrita por Leigh Whannell, basándose en una historia creada por Whannell y James Wan. Esta es la última película de la saga en la que los creadores de la franquicia tuvieron una implicación directa en la realización del film.
En esta ocasión, Jigsaw secuestra a la doctora Lynn Denlon (Bahar Soomekh) para que le ayude a mantenerse con vida, mientras Jeff (Angus Macfadyen) es sometido al juicio de Jigsaw debido a las ansias de venganza de Jeff por la muerte de su hijo. Esta estructura paralela, en la que tenemos una historia principal y luego una historia secundaria que implica uno o varios personajes pasando pruebas y superando trampas, sería la que posteriormente imitarían el resto de secuelas.
Personalmente, aunque no creo que sea mejor que la segunda, esta secuela es mi preferida. La continuidad de la franquicia todavía no se ha hecho tan complicada que no deja sitio para nada más, así que todavía encontramos desarrollo de personajes y cierto peso dramático. El montaje paralelo de las dos historias está muy bien equilibrado logrando mantener el suspense en todo momento. Esto hace que sea de las pocas entregas que se puede disfrutar por sí misma, sin necesidad de ver el resto. Finalmente, es la película que introduce al teniente Mark Hoffman (Costas Mandylor), personaje que más tarde adquirirá gran importancia.
Saw IV
(Darren Lynn Bousman, 2007)
La última película de la saga dirigida por Darren Lynn Bousman y la primera escrita por Patrick Melton y Marcus Dunstan, guionistas que a partir de aquí se encargarán de escribir cada entrega.
Después de la compleja tercera entrega, esta cuarta película tiene una historia más directa, girando por completo en torno a Jigsaw y los policías que lo persiguen. En el centro, el teniente Daniel Rigg (Lyriq Bent) es sometido a una serie de pruebas por parte de Jigsaw. Rigg es perseguido además por las fuerzas del orden que lo creen cómplice en los crímenes de Jigsaw.
Es la más floja de las dirigidas por Bousman. La película no tiene tiempo para nada más que la historia principal, de modo que el desarrollo de los personajes es casi inexistente. Lo cual no es problema con personajes introducidos en anteriores películas, pero sí lo es cuando se introducen nuevos personajes como los agentes del FBI Peter Strahm (Scott Patterson) y Lindsay Perez (Athena Karkanis).
Melton y Dunstan empiezan a trabajar la idea de Jigsaw como líder psicópata al que siguen varios ayudantes además de la cómplice de la tercera entrega. Supongo que algo necesario ya que la franquicia debía trabajar alrededor del hecho de que John Kramer tenía cáncer terminal. Sin embargo, esta decisión complicará la continuidad de la serie, de modo que se utilizan los flashbacks para justificar los giros de la historia. Por ello, a partir de esta entrega, el resto de secuelas funciona mejor si se ve en el contexto de las otras.
Segunda parte: Fin del juego
Las, hasta ahora, tres últimas entregas de la serie marcan el fin de la historia de amor entre la franquicia y el gran público. Mientras que los fans de la saga y los aficionados al cine de terror continúan yendo al cine a ver cada nueva entrega, el gran público parece ya cansado de las trampas de Jigsaw. La quinta entrega recauda “solo” 56 millones de dólares en Estados Unidos (la anterior había recaudado unos 63) y es considerada un fracaso por los productores (y muchos fans), pero la caída en la recaudación continúa con la sexta entrega, que recauda apenas lo justo para recuperar la inversión, 27 millones, precipitando la decisión de los productores de darle un descanso a la serie cerrando la historia en la séptima entrega y dejando la puerta abierta para retomarla en un futuro. Las razones por este cada vez mayor desinterés por las secuelas son varias. La, cada vez más, complicada continuidad de la historia que obliga a que gran parte de cada entrega se dedique a los flashbacks, lo que hace que cada vez vaya menos público mayoritario a verlas, ya que tiene problemas por seguir el hilo de la historia. Los guionistas hacen a las víctimas de Jigsaw cada vez menos simpáticas y más odiosas, convirtiendo a Jigsaw en una especie de justiciero social. Esto provoca que, aunque sigan siendo sangrientas y espectaculares, el hecho de que no nos importe qué les pasa a las víctimas hace que las trampas pierdan efectividad y, por tanto, ya no resultan tan impresionantes. A este hecho hay que sumar que en toda la franquicia no hay un oponente a Jigsaw por el que el público pueda apostar, ya que cada personaje introducido como antagonista es rápidamente eliminado, lo que hace que sea bastante predecible. Además, el ritmo de estrenar una secuela al año hizo que rápidamente se quemase la serie. Finalmente, la llegada de la franquicia Paranormal Activity marca el inicio de una nueva tendencia en el género, el found footage, y el cansancio del público por el terror más explícito a favor del terror de tono sobrenatural, como el que realiza brillantemente el propio James Wan en cintas como Insidious (2010), son los últimos clavos (temporalmente) en el ataúd de esta franquicia.
Saw V
(David Hackl, 2008)
El hasta entonces diseñador de producción desde la segunda entrega y director de la segunda unidad de la tercera y cuarta entrega, toma las riendas como director en la considerada peor entrega de la saga.
Como siempre, estos juicios son algo injustos. El juego del gato y el ratón entre el agente Strahm y el teniente Hoffman resulta bastante entretenido, mientras que las pruebas a las que son sometidos, de nuevo, un grupo de desconocidos resultan bastante interesantes, si bien no excesivamente impactantes debido al nulo desarrollo de los personajes. Tal vez el principal problema es que resulta bastante predecible el resultado final, ya que, como hemos mencionado, esta saga carece de un antagonista a Jigsaw al que el espectador pueda dar su apoyo.
Saw VI
(Kevin Greutert, 2009)
Greutert ha sido el editor desde la primera entrega de la franquicia cuando fue escogido para dirigir el guion de Dunstan y Melton para la sexta entrega.
Sorprendentemente, esta secuela fue calificada X en España y se tuvieron que hacer varios cortes para que fuera luego clasificada para mayores de 18 años. ¿Por qué fue clasificada X? Nadie lo sabe, ya que no es ni más ni menos sangrienta que las anteriores y posteriores entregas de la saga. Seguramente influyó que el estreno de Saw VI coincidió con una breve oleada de puritanismo alimentada por la polémica generada por A serbian film (Srpski film, Srdjan Spasojevic, 2010) en el festival de Sitges, que trajo consigo un vergonzoso juicio en el que el director del film tuvo que demostrar a las autoridades españoles que lo que se mostraba en A serbian film era una ficción llevada a cabo con actores y usando efectos especiales.
Dejando de lado todo este ridículo, Saw VI recupera en cierto aspecto la forma, siendo la mejor de las secuelas no dirigidas por Bousman. Melton y Dunstan idean un guion en el que no hay sitio para nada más que desarrollar la trama principal de la película, recurriendo, de nuevo, a cada vez más cogidos por los pelos flashbacks. Cada vez se hace menos creíble que Jigsaw fuera capaz de dejarlo todo tan planeado y bien atado, pero por suerte, las trampas y las situaciones en las que son puestos los personajes resultan bastante imaginativas y están muy bien logradas las situaciones de tensión.
Saw VII 3D
(Kevin Greutert, 2010)
Retitulada Saw: The Final Chapter para su distribución en Blu-ray/DVD, nadie creía realmente que esta fuera a ser realmente el último capítulo. No era un adiós, era un hasta luego.
Por suerte, ya que sin duda es la entrega más floja de toda la saga. El plan original era dividir el final de la historia en dos películas, pero los pobres resultados en taquilla de la sexta entrega provocaron que los productores mandaran a Melton y Dunstan condensar en un guion lo que originalmente eran dos. Así, hay algunos aspectos que no se explican con propiedad. Empezando por el hecho de que, al contrario que las anteriores películas, esta transcurre un tiempo después del final de la anterior, introduciendo muchos elementos nuevos como si fueran ya conocidos por el espectador.
La historia principal y la que afecta a la nueva víctima puesta a prueba, Bobby (Sean Patrick Flannery), un tipo que ha hecho fortuna haciéndose pasar por víctima de Jigsaw, no resultan muy interesantes. En particular, la relacionada con la continuidad de la serie, que resulta bastante poco creíble y muy traída por los pelos.
El resultado final es una película que solo funciona solo si se ve después de ver las anteriores, ya que por si misma no tiene una historia sólida que la sostenga y se dedica, principalmente, a atar cabos sueltos.
Por tanto, como ya he dicho, resulta un alivio que este no sea el auténtico final de la saga. Todavía no se sabe si será un reboot o continuará a partir de la sexta entrega, pero esperemos que Saw: Legacy sea una vuelta a los mejores tiempos de la saga Saw.
Saw VIII
(Jigsaw, Michael Spierig, Peter Spierig, 2017)
Ya tenemos una nueva entrega del universo de Saw de la que hemos hablado detenidamente aquí.
Spiral: Saw
(Darren Lynn Bousman, 2021)
El director de Saw II, Saw III y Saw IV, Darren Lynn Bousman, regresa a Saw para realizar una nueva entrega que comentamos aquí.