Basada en la loca historia real que aconteció el mundo del patinaje americano en 1994, Tonya Harding fue acusada de entorpecer la carrera de su mayor competidora para ganarse un puesto en los siguientes Juegos Olímpicos de Invierno.
Yo, Tonya (Craig Gillespie, 2017) podría parecer un biopic de manual si no fuera por lo peculiar de la historia, que mezcla misterio y espectáculo, donde el buen hacer del director logra que los 120 minutos de metraje pasen casi desapercibidos.
Comenzamos conociendo los orígenes de Tonya Harding (Mckenna Grace / Margot Robbie) sobre la pista de hielo con tan solo cuatro años. Desde entonces es forzada a patinar a todas horas para ser la mejor, de ahí que mantenga una complicada relación con su madre, LaVona Golden (Allison Janney). Tonya se convierte en una gran patinadora, llegando a ser la primera mujer en lograr el triple salto de espaldas en competición, pero su carácter es fuerte dándole más de un problema en las diferentes competiciones o en su vida personal, cuando conoce a Jeff Gillooly (Sebastian Stan) y mantienen un idilio turbulento. Aunque ella pertenece a la clase baja y consigue ganar competiciones en un deporte no apto para los pobres, Yo, Tonya no es la típica historia de superación deportiva, de pronto la trama se vuelca sobre la sospecha de que ella tiene algo que ver con el trágico incidente de su competidora.
Volvemos a estar en los 90 y la película no duda en hacérnoslo saber con aspectos visuales de vídeo y más, pero propone una puesta en escena moderna, con ritmo (mención aparte merece la selección musical con temas como Romeo And Juliete de Dire Straits, Barracuda de Heart o Gloria de Laura Branigan), y sin miedo en romper la cuarta pared o que los protagonistas sean conscientes de estar en una película, entre otros.
Podríamos decir que es una de las sorpresas del año, la actriz Margot Robbie apostó muy fuerte para poder llevar a cabo la película, no solo la interpreta sino que también ejerce como productora haciendo posible que llegase a la pantalla uno de los guiones de la lista negra hollywoodiense del 2016, cuyo listado recoge los mejores guiones que se han quedado sin rodar sea por ser demasiado arriesgada por temática o por presupuesto. Y es que la australiana, tras interpretar el papel de Harley Quinn en la fallida Escuadrón suicida (Suicide Squad, 2016), quería dar un paso adelante a todos los niveles y vaya si lo ha conseguido. Tanto ella como Allison Janney realizan un trabajo de interpretación excelente y así se lo están reconociendo con nominaciones y premios (Globos de Oro y los Oscars inclusive).
Yo, Tonya llega a dilucidar varias verdades y mentiras sobre la patinadora olímpica, creando esa incertidumbre sobre si es verdad o no lo que estamos viendo, en la que también entra el juicio mediático y la prensa amarilla, ¿es todo parte de un circo?
Una película fresca que merece ser disfrutada. No se me ocurre mejor plan que hacer una doble sesión de Yo, Tonya con Bronce (The Bronze, Bryan Buckley2015), una divertida comedia sobre una gimnasta cuyo único éxito fue quedar tercera en unos premios juveniles, y en el que Sebastian Stan también realiza un papel relevante en la trama.
Estreno en las salas españolas el 23 de febrero