Nina Bunjevac realiza una adaptación moderna del mito de Artemisa y Sipretes, que seguramente desconozcas pero no importa ya que la autora la hace suya para trasladarnos a un mundo de caramelos envenenados.
Bezimena es una excelente obra que recomiendo leer virgen, sin apenas conocer de qué va para maravillarte y sorprenderte con cada unas de las páginas. De todas formas, hablaré de ella sin desvelar demasiado puesto que son muchas las bondades de este cómic de viñetas a página completa.
La historia arranca con una sacerdotisa buscando a quien llorar cuando se encuentra con Bezimena, la anciana que indiferente ante su angustia la sumergirá en el agua para hacerla renacer en el cuerpo de Benny, un niño que rodeado de lujos tendría un problema, no sabe controlar sus impulsos sexuales desde muy pequeño fijándose ya obsesivamente en una compañera de clase. Su vida estará marcada tras un escándalo que lo terminará recluyendo en su casa. Ya de adulto solo obtendría un trabajo como conserje en el zoo municipal gracias a su posición social. Seguirá siendo raro pero pasa desapercibido. Un día reconocerá a su vieja compañera de clase, ya adulta, cuando esta se deja una libreta de dibujo que más tarde él recogerá abriendo un nuevo camino en sus vidas.
Las páginas de Bezimena evocan imágenes fascinantes, en ocasiones crípticas u oníricas, en otras con alto contenido sexual, la historia juega al despiste sin ofrecer ningún paliativo al lector para adentrarnos en la mente de un obseso que de seguro sorprenderá a todos con el desenlace. Nina Bunjevac logra con una narración pausada, de páginas en negro y prácticamente en primera persona, acercarnos a momentos claves en la vida de Benny que nos mantendrá pendientes por cada nuevo giro que la trama ofrece aunque la realidad pueda parecernos del todo increíble.
Aunque el cómic concluye de forma sobrecogedora, el libro cierra con una breve nota de la autora que acaba por hacernos encajar todas las piezas de un puzzle que no sabíamos que estábamos leyendo. El juego de espejos entre la sacerdotisa, bezimena, Benny, la compañera de clase y más personajes se marcan a fuego en la retina y provoca inevitablemente tener que leerlo de nuevo.
Comparada con Marjane Satrapi, Robert Crumb o Joe Sacco, Nina Bunjevac realiza un dibujo realista y pulcro lleno de tramas que han ganado fuerza desde Patria, su anterior trabajo, que requerían otro tipo de impacto.
Un cómic crudo que ganará adeptos por cada nuevo lector que tenga. Benzimena y Nina Bunjevac merece toda nuestra atención.
