Cómic

Esos días que desaparecen

¿Te imaginas que un día despiertas sin recordar nada del día anterior? No hablamos de una resaca de la muerte, sino de forma continua, de cada dos días solo vives uno. Lo más extraño es que el día que no lo vives, alguien lo hace por ti con un carácter totalmente distinto al tuyo. Eso es precisamente lo que le sucede a Lubin Maréchal, un joven acróbata con un futuro prometedor, que se ve envuelto en esta fascinante situación en el cómic «Esos días que desaparecen» de Timothé Le Boucher.

Esos días que desaparecen

Porque es una de mis obras favoritas, recuperamos y actualizamos esta reseña (publicada en 2019) con la reciente nueva edición (2024) de la obra por parte de Nuevo Nueve Editores, tras haber sido publicado originalmente por Dibbuks.

Si bien, es cierto que esta es una de esas obras de las que es mejor saber lo mínimo antes de leerla, por lo que no desvelaré mucho más de la trama y me centraré en su significado. Timothé Le Boucher juega desde el misterio para hablarnos de muchos aspectos de la vida. Se plantean muchas cuestiones tanto para el protagonista como para el lector, sin llegar a convertirla en una obra muy compleja de comprender. Aunque puede considerarse densa por todos los matices que el autor aporta a sus personajes y su entorno, la lectura quiere conectar emocionalmente contigo, haciéndote sentir el mismo terror de su protagonista al no entender por qué está sucediendo.

Página 9 de Esos días que desaparecen

El dibujo de Timothé Le Boucher es magnífico, realista e incluso puede parecer frío en un primer vistazo, sin embargo, enseguida que estás leyendo la obra observas que no es nada estático. Puede parecer fácil, pero no lo es. Si echamos una vista atrás a sus anteriores trabajos, como el inédito en nuestro país, «Skins Party», o el recientemente publicado por Yermo Ediciones, «En los vestuarios» («Les vestiaries»), podemos notar su evolución y el trabajazo que hay detrás de estas páginas. Y a estas alturas, podemos hablar de que no ha parado de mejorar en sus siguientes obras, que no desmerecen para nada, «El paciente» y «47 Cuerdas», ambas publicadas por Nuevo Nueve Editores.

Un apunte más sobre el arte del cómic en «Esos días que desaparecen». El estilo escogido por el autor es el modo de hacer que entremos de lleno en esta historia tan sobrenatural y que nos la creamos desde la primera viñeta. No hay pegas que valgan, incluso el color es excelente, siendo también bastante natural como el diseño de los personajes, pero por el que consigue en momentos dados hacernos partícipes en atmósferas que enfatizan con el sentimiento de la historia.

Sin ningún tipo de pudor, me atrevo a decir que «Esos días que desaparecen» es una obra maestra perpetrada por un joven de tan solo 30 años en la que se nos plantea con una historia con elementos fantásticos, lo importante de la vida y cómo de rápido puede pasar esta. Prepárate, una lágrima recorrerá tu mejilla y no serás el/la mismo/a al acabar de leerlo. Simplemente brillante. Es divertida, entrañable, misteriosa, dramática, romántica… Uno de los cómics del año.

Si una vez leído buscas historias similares puedes acercarte a la película «Una cuestión de tiempo» (About time, Richard Curtis, 2013) o el cómic «Esmera» de Zep y Vince.

Portada de Esos días que desaparecen

Esos días que desaparecen

Lubin Maréchal es un joven de unos veinte años que disfruta de su gran pasión: ser acróbata. Pero un día descubre que se despierta todas las mañanas cuando acaba de pasar un día completo, sin tener recuerdos de nada de ello. Entonces averigua que durante sus ausencias, otra personalidad toma posesión de su cuerpo, otro con un carácter muy diferente al suyo.


208 págs. Color. Cartoné. 19 x 27 cm.

978-84-19148-87-2

Nuevo Nueve Editores

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