Este es un manga que divertirá a los que nacieron en los 80, como su autor, con la influencia notable de Akira Toriyama (Dragon Ball, Dr. Slump) y los animes que se televisaban entonces.
Super Earl. El pingüino justiciero es un shōnen de acción y comedia algo castiza protagonizado por un pingüino musculado, el héroe local de ciudad Sardina. Tino, un señor calvo y con bigote, quiere acabar con la paz en la ciudad y la vida de esta ave marina. Para ello secuestra a los Escarapájaros, un grupo musical que homenajea a los Beatles que también son pingüinos, con el fin de convertirlos en máquinas de destrucción masiva. Super Earl tendrá que acabar con ellos antes de que ellos lo hagan con él.
Magori publicó un exitoso primer capítulo de Super Earl en formato fanzine durante el Salón del Manga de Barcelona 2015, lo que le impulsó a realizar siete capítulos más para autoeditarse (con campaña crowdfunding de por medio) un tankōbon imponente. Con la ayuda de DAC quien participa entintando algunos capítulos y realizando un capítulo extra crossover de Super Earl con su personaje Gatuso. Cierra este primer (y hasta la fecha) único volumen unas páginas de fanarts a color de varios autores.
Es un cómic que no esconde sus influencias, su espíritu gamberro e incluso desvergonzado demuestran que el autor ha tenido total libertad para realizar una historia llena de guiños personales, de referencias a personajes de la prensa rosa, de la ficción española… aunque esto lo limite a un público local.
Magori está vinculado a grupos de fans de Dragon Ball que producen cómics que continúan el manga original así como historias en realidades paralelas de los personajes, un esfuerzo brutal que demuestra la devoción que tienen por el universo creado por Akira Toriyama. A menudo de los autores de fans fictions surgen grandes creadores, Magori ya ha dado su primer paso al crear un personaje propio, aunque muy vinculado a referencias externas, al tiempo.
Super Earl. El pingüino justiciero no es perfecto pero ahí tiene su mejor baza, es un manga fresco que no puede hacer más que levantar simpatías en el lector.