Crónicas

Concert de nadal Acte 8 (interior nit freda)

El pasado día 30 de diciembre, en l’Ametlla del Vallès (Vallès Oriental), el frontman, DJ y productor Miqui Puig organizó la octava edición de su tradicional Concierto Navideño. Puede sonar a guasa que diga que es tradicional cuando sólo tiene ocho años de vida, como suena a guasa que el programa de Puig en COM Radio, Bodega Tuyus, se presente con la etiqueta de que es tradicional… desde 2011. ¿Por qué es tradicional el Concierto Navideño de Puig? ¿Es especial? ¿Es más navideño que Raphael volviendo por Nochebuena, por ejemplo? ¿Qué está pasando cada fin de año en l’Ametlla del Vallès?

Concert de nadal Acte 8 (interior nit freda)

Pues está pasando que Miqui Puig diseña su colección de bandas favoritas, desconocidas, principiantes e inspiradas, y se las lleva a l’Ametlla, un pueblo dormitorio de poco más de 8.000 habitantes, cuya última producción fue aquella pesadilla llamada Félix Millet. Y el pueblo de l’Ametlla, adormilado, despierta antes de las campanadas con el soul de The Pepper Pots, el pop costumbrista de La Brigada, o, en el caso de este año, con los instrumentos de juguete de la Orchestra Fireluche, la muy americana Backyard Morning Light, y el empuje vital, artístico y ondulante de The Free Fall Band (flamantes ganadores del Villa de Bilbao 2011 y próxima banda de referencia dentro del pop catalán). Sin olvidarnos del propio Miqui Puig, rejuvenecido en esta octava edición y punkrockeando con su primer álbum en Los Sencillos, De placer!

The Free Fall Band

La idea es la siguiente: un melómano de pro, refinado coleccionista, nos invita a su casa, pasamos a formar parte de su club secreto y nos enseña cuáles son sus últimos descubrimientos musicales. Parece sencillo, ¿verdad? Si quieren ir el próximo año, diríjanse a l’Ametlla del Vallès, el far west catalán, nuestro pequeño poblado de la Galia. Porque estamos en el año 2012 después de Jesucristo, y toda la Galia sigue ocupada por gente mayor que canta en playback… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles amantes de la música y de la pasión resiste todavía y siempre al invasor… Lo que los políticos llaman “dinamización cultural”, allí lo siguen considerando “tradición”.

© Fotografías: Elisabet Borrut