Si tuviésemos que definirla en pocas palabras, ella es una trabajadora sexual y activista.
María Riot (Buenos Aires, Argentina. 1991) es una de las voces jóvenes más fuertes del momento por la defensa de los derechos de la mujer, la libertad y protección de decisión de cada una con su cuerpo.
La controversia viene cuando ella es una trabajadora sexual (ha sido webcamer, actuado en películas porno de Four Chambers, Lucie Blush, Erika Lust, Poppy Sánchez, … además de ejercer la prostitución) y milita en AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina), algo que para un sector de las feministas no gusta y solo porque no comprenden que esta también es una decisión libre de la mujer.
Nos acomodamos en los sofás del local de 19:28 Tattoo Parlour, que tiene una atmósfera fantástica como ya vimos aquí, y charlamos acerca de sus orígenes, de las redes sociales, Chester Brown, las connotaciones de la palabra prostituir y la censura en el plano artístico respecto años anteriores, entre otros.
Disfrutar de este fantástico encuentro que, seguro, amplia nuestra perspectiva del asunto y hace reflexionar al respecto.
Inicios
Empecé a trabajar en webcams y todo lo relacionado con la sexualidad en un momento donde estaba buscando de qué podría trabajar que tuviera mejor reconocimiento económico y más libertad de horarios. Y no tener que lidiar con jefes como me ocurría con otros trabajos. Siempre me interesó todo lo relacionado con la sexualidad y es algo que me llamaba la atención desde mi adolescencia. La búsqueda de un trabajo fue básicamente lo que me llevó a hacerlo. Y la curiosidad, también, de la industria y de saber si me atraía, si realmente podría formar parte de ella. Ahí encontré una persona que ya estaba trabajando en webcams y empecé a trabajar en el mismo lugar que ella.
Prostitución
Me encontré con un trabajo que disfrutaba, además de que sentía como algo natural en mí. Pero no tenía un reconocimiento económico como yo esperaba, tenía un jefe, así que busqué otra salida laboral pero que también tuviese que ver con la sexualidad. Me di cuenta que era una herramienta laboral más que podía usar a mi favor. Y bueno, algunas personas que me veían en la webcam me preguntaban si además hacía encuentros en la vida real y acepté. Empecé así y luego eso también me hizo dar cuenta que el trabajo sexual era el trabajo que más encontraba acorde a mi personalidad y a lo que yo buscaba para mi vida.
Nunca tuve vergüenza y estigmas muy fuertes en todo lo que tuviera que ver con la sexualidad, con distintas maneras de vivir la sexualidad. Pero sin embargo, obviamente ese estigma y toda esa discriminación que hay hacia a las trabajadoras sexuales estaba en mí, como también otras cosas con las que crecí, que leí, que vi; que luego en mi discurso, vas creciendo, vas pensando en un montón de cosas que en realidad no las pensaste, sino que pensaste que son así porque las usaste u oíste de otros. Y en la prostitución yo creo que, a la mayoría nos pasa, nunca hablamos con la trabajadora sexual, nunca escuchamos su historia pero sí escuchamos lo que algún medio dijo o que vimos representado en una película o en algún libro… Y no realmente las experiencias de las trabajadoras sexuales, entonces cuando empecé a informarme, yo ya era feminista a los 15 años, me empecé a informar de feministas que además trabajaban con sus sexualidades. Empecé a leer historias de sus vidas, las complicaciones que tenían dentro y fuera del trabajo sexual… Vi que eran humanos y un montón de las cosas que se decían en los medios eran generalizadoras y las estaban dando desde el lado amarillista. Pero fue principalmente cuando comencé a ejercerlo y a vivirlo con mi propia experiencia, a conocer colegas y compañeras, que ese estigma y toda esa información que yo tenía se terminó… pero es un proceso bastante largo y por eso también entiendo cuando hay gente que no puede comprender porqué las trabajadoras sexuales eligen ese trabajo o porqué alguien querría seguir ejerciendo y no seguir con esta idea de que el trabajo sexual que nadie quisiera hacer o que nadie debería hacer. Entonces, puedo entenderlo porque a pesar de que yo nunca realmente llegué a pensarlo, lo tenía en mí por un montón de dispositivos que nos informan, cuando en realidad no están desinformando.
Redes sociales
Muchas veces me quiero ir de todas las redes sociales y no tener ninguna. Es algo que a veces me estresa bastante, porque siempre fui bastante activa con todo lo que tiene que ver con debates y comentar… y discutir. Creo que es importante, pero bueno, llega un momento que se pierde mucho tiempo y últimamente estoy tratando de hacerlo menos. Si creo que es importante las redes sociales, Internet en general, porque nos labramos nuestros propios medios de comunicación. Obviamente la gente sigue viendo la tele, sigue leyendo a medios informativos más mainstream, más institucionales… pero también se informa a través de gente común y corriente que en sus propios perfiles de facebook, instagram o su propio blog están contando su experiencia, cosas que vio, cosas que le pasan o cosas que cree. Entonces me parece importante porque gracias a Internet también el trabajo sexual y la vida de las trabajadoras sexuales ha tenido una visibilidad que nunca había tenido y esto es gracias a que no solo son los medios más tradicionales son los que cuentan las historias detrás del trabajo sexual, sino que nosotras mismas decidimos dar la cara, decidimos usar las redes sociales como una herramienta para romper con el estigma, para romper con el discurso que existe detrás del trabajo sexual. Y por eso los uso, por eso creo importante que estén, que existan y las usemos a nuestro favor.
Chester Brown emplea a la misma trabajadora sexual desde hace más de 14 años
Me gusta mucho el cómic de Chester Brown y también, cuando leí eso de que tenía solo una persona que veía y que hacía tanto tiempo que la veía me llamó bastante la atención porque, en general, son muy pocos los que clientes con los que sigo teniendo contacto o encuentros según va pasando el tiempo. Pero más que nada tiene que ver con mi personalidad porque viajo mucho, o a veces no estoy disponible cuando ellos quieren… pero no por nada, es por como he llevado el trabajo que ha sido así, pero sí tengo unos clientes que veo de hace tiempo y les tengo aprecio, porque obviamente uno crea cierto vínculo con alguien que está viendo más de una vez al mes. Y hay otros que veo una vez y listo, hay otros que ves unas veces y ya está. Pero sí, la realidad es que hay muchos clientes que quiere ver a una sola persona o que tiene algunas trabajadoras sexuales fijas a las que llaman porque se sintieron cómodos con ellas, le gusta el servicio que dan. Se crea una amistad pero donde hay dinero de por medio.
Connotación negativa de la palabra
La palabra prostitución creo que tiene una connotación negativa en parte por todo esto de lo que hablábamos… la historia de las prostitutas se ha presentado siempre como una historia dramática, una historia que siempre está relacionada con algo mal visto como las drogas o la delincuencia, y con las problemáticas que están alrededor del trabajo sexual siendo inherentes a la prostitución. Además, de que obviamente la prostitución representa algo que la sociedad no está del todo preparado para que.. las mujeres sean dueñas de su sexualidad y que salgan de esa norma de ser la buena mujer, la que está en su casa, que tiene un solo marido, que tiene exclusividad sexual. Lo que hace que el feminismo es romper con esta dicotomía de mujer mala – mujer buena, que sería como virgen o puta. Y obviamente la puta representa todo esto malo de la mujer… y hasta mismas feministas que dicen luchar contra esto luego también siguen el mismo patrón que la sociedad en general. Que es esto de poner a la mujer que es dueña de su sexualidad y que decide capitalizarla o intercambiar dinero por ella, verla como la persona mala, la traicionera o un montón de adjetivos que obviamente la prostitución va a representar. Pero bueno, la palabra trabajo sexual y la palabra puta también tiene una connotación política detrás muy fuerte. La palabra trabajo sexual fue creada por una trabajadora sexual, Carol Leigh, entonces también tiene una historia en el movimiento de derechos de trabajadores sexuales, y por eso creo que es importante que nos apropiemos de ella y que la pongamos en jaque todo el tiempo porque ya nos está posicionando en un lugar en que la prostitución es un trabajo, que es algo que la sociedad en general y el feminismo y demás ha tratado de deslegitimar a la prostitución como una forma que no es laboral, que es una forma de violencia, de perversión o un montón de cosas que tienen los libros de historia. Las palabras sí tienen una fuerza, y una importancia en este tema muy fuerte.
AMMAR
AMMAR está presente en Argentina desde el año 94, yo tenía 3 años cuando empezó. A pesar de que llevan 23 años de trabajo, estos últimos años han tenido un cambio abismal en la situación de las trabajadoras sexuales en Argentina y además en el activismo. Creo que Internet juega un rol importante en esto. Feministas que se han dado cuenta de la hipocresía de pedir derechos para las mujeres pero no para las trabajadoras sexuales. Esa invisibilización que se ha hecho desde el abolicionismo. Entonces creo que estamos en un momento clave, histórico, donde estos 20 años de organización del sindicato y demás están cada vez dando más frutos. Y tenemos para rato, la verdad es que tenemos proyectos, tenemos muchas actividades que se están haciendo. Cada vez se acercan más personas para dar apoyo, a unirse al sindicato porque son trabajadoras sexuales pero nunca habían escuchado de AMMAR o no se habían animado a acercarse. Se acercan familiares de trabajadoras sexuales, se acercan aliados… entonces estamos en un momento clave para el trabajo sexual en todo el mundo, pero en Argentina ha habido un cambio muy grande donde estamos cada vez con más fuerza, con cada vez más organización, y creo que tenemos un trabajo muy largo por delante pero que cada vez estamos mejor preparadas para hacerlo.
¿Escuchan los políticos?
Sé que muchas veces los políticos se olvidan de muchos sectores, en general los más necesitados… entonces creo que desde nuestro lugar es primordial que estemos ahí. Que le recordemos que hay ciertas partes de la sociedad que, en general son las más solitarias, que no se ven reflejado luego en sus políticas. Grupos minoritarios, grupos que han sido discriminados a lo largo de la historia, las personas pobres, los inmigrantes, todo el colectivo LGTBIQ, la putas, siempre quedamos fuera porque no somos los políticos. No se ven reflejados ahí. No se ven reflejados en sus propias vidas y experiencias, creo que es muy importante que formemos parte. Y en eso AMMAR ha venido haciendo un trabajo importante donde cada vez hay más políticos que se enteran de la realidad de las trabajadoras sexuales. Cuando quieren hacer una campaña en contra nuestra, estamos ahí dando nuestra voz. Hoy en día en Argentina en 18 provincias las trabajadoras sexuales pueden ir presas por ejercer en la calle, y que los políticos sepan que eso no está bien, es totalmente necesario.
Hay artistas autocensurándose…
Yo creo que la corrección política es un tema que está muy presente y que está matando muchas cosas, muchas ideas y muchas ganas de hacer cosas de personas que piensan que no pueden decirlo porque va a haber una censura. Vemos censura en las redes sociales, vemos censura en el arte y en distintos medios donde no se puede nombrar ciertas cosas porque no es correcto decirlo. Entonces obviamente eso se va a ver reflejado en libros, en obras, yo creo que hay que dar prioridad en eso también, no podemos dejar que un desnudo de una mujer sea algo que no se pueda mostrar y sin embargo fotos de violencia, todos los días, como si nada. Vemos dichos discriminatorios, xenófobos… Políticos diciendo cosas abiertamente homofóbicas y que parece que pasan de largo. Y algo como el sexo o la desnudez es algo que sí hay que censurar.
Experiencia en el porno
Después de estar trabajando ya en webcams… mientras buscaba información sobre la prostitución, encontré que además existía una forma distinta de hacer porno de la que yo conocía (la más comercial). Y encontré varias productoras que me interesaron lo que hacían, empecé a enviar emails para trabajar con ellas. El porno es algo que me interesa muchísimo, más que actuar, tengo proyectos de hacerlo. Pero actuar no es tan fácil como mucha gente cree porque no hay una industria en sí misma de porno alternativo o porno feminista o ético. A mí ninguna de estas etiquetas me convencen, creo que es porno, que sí sirve para visibilizar que es distinto a lo otro, en ciertas cosas, pero también hay un arma de doble filo ahí que puede servir estas etiquetas para algo de marketing pero que luego las condiciones laborales o lo que se ofrece pueden ser hasta peores que el porno comercial. Entonces, creo importante que se visibilice que hay gente haciendo pornografía alternativa a la más comercializable pero que aún debe haber un debate acerca de esto. Cada vez hay más gente que se está animando a hacer producciones pero todavía falta muchísimo. Que haya una industria, que uno pueda vivir de solo hacer eso… Si yo tuviera que vivir solo del porno estaría muerta de hambre. Y en general las actrices que se dedican a eso, también tienen un trabajo aparte o hacen otro tipo de actividades en el trabajo sexual. Y son muy pocas las productoras que se pueden dedicar a eso al 100%, hay casos de productoras que han tenido que cerrar porque no han podido capitalizar el negocio. Hay otras que tuvieron la idea pero no saben cómo ejecutarla. También estamos en un momento donde, a pesar de décadas de porno feminista o de mujeres, como se le llamaba antes, falta muchísimo, falta gente queriendo hacer, queriendo invertir, gente que sepa que existe, pero bueno, cada vez está teniendo más visibilidad. Cada vez salen más directores hablando de esto, cada vez más performers, gracias a Internet y a medios alternativos, han tenido su voz ahí donde las estrellas porno, ya no son estrellas sino que también se ha humanizado un poco más la profesión. Así que en general vamos por buen camino pero falta muchísimo también.
¿El futuro?
Creo que a pesar del movimiento de las trabajadoras sexuales y que cada vez se tiene más visibilización… de la pornografía, de directores que hacen porno y demás… También necesitamos más roles activos en el movimiento donde no solo sea dos directoras hablando, dos performers o dos activistas… Creo que eso se está logrando también, que cada vez hay más, y más gente. Pero bueno, el estigma que existe hacia nuestro trabajo y nuestras decisiones hace que muchas personas decidan no contarlo o no aceptar una entrevista o no visibilizar quienes son o lo que piensan o sus nombres… por todo el miedo que hay, la culpa que hemos tenido, más que nada las mujeres, al tratar la sexualidad, es totalmente entendible. Pero creo que gracias a esto, de que el estigma también está siendo dejado de lado por mucha gente, ha ayudado a que la narrativa del trabajo sexual también esté cambiando.