Entrevistas

Oriol Vlak

Desde que publicó «La piel del oso», y por el que obtuvo en 2013 el premio Josep Toutain al autor revelación en el antiguo Salón del Cómic de Barcelona, Oriol, Oriol Hernández o, más conocido en redes como Oriol Vlak, no ha parado de ofrecer grandes trabajos. Tras «Los tres frutos», «Naturalezas muertas» y «Madriguera», hasta entonces siempre con guiones de Zidrou, este 2024 presenta la publicación a nuestro idioma de «El oro del tiempo», editado por Norma Editorial, siendo este su primer trabajo junto al guionista Rodolphe. Aunque, como nos avanza en esta entrevista, está por llegar su primera obra como autor completo en un futuro próximo.

Oriol Vlak

Céntrandonos en «El oro del tiempo», es un cómic con alma de pulp pero ambientado en el París de 1900. Todo comienza con una serie de ataques y robos de unas, aparentes e inofensivas, cartas escritas por Drovetti. La investigación de los protagonistas desata un tejido de misterios que harán que vivan nuevos peligros y salga a la luz secretos que jamás hubiesen imaginado.

Oriol Vlak está realizando un tour de presentaciones y firmas que le llevará durante las próximas semanas a Madrid, Alicante, Terrassa, Barcelona…, consulta aquí todas las fechas. El pistoletazo de salida comenzó el pasado jueves 21 de marzo presentando el cómic junto al también dibujante Rubén Pellejero, de ahí las imágenes que acompañan esta entrevista (puedes ver más aquí), pero previamente mantuvimos un encuentro con Oriol Vlak en el que hablamos principalmente del cómic «El oro del tiempo», su proceso de creación y más. A continuación la entrevista disponible en vídeo y su transcripción.

La historia está ambientada en la belle époque parisina de comienzos del siglo XX, ¿cómo ha sido el proceso de documentación? ¿Rodolphe, el guionista, te ayudó en esta parte?
Pues Rodolphe se lo curró mucho, era la primera vez que curraba con un guionista que me incluía dentro del guion imágenes de documentación. Al margen de eso, yo había hecho un par de proyectos basados también en París en la misma época y ya tenía un montón de carpetas con referencias, con pinturas, con un montón de historias… Fue uno de los motivos por los que me apetecía mucho hacer ese proyecto, ir a París a 1900… tenía un montón de ganas de sacar cosas de ahí.

¿Qué parte del proceso te ha resultado divertido o difícil de realizar?
No te sabría decir cuál ha sido la parte más divertida o más difícil. En uno de los proyectos anteriores que hice estaba ambientado en Barcelona de 1900, el protagonista era un artista que contábamos su historia y, un poco el proceso lógico era ir a París, en aquella época todo estaba sucediendo en París. Cualquier artista donde quería ir era a la Meca, ¿no?, a Montmartre en 1900. Entonces, yo ya estaba muy metido ahí, entonces fue como muy natural.
Entre que… había conocido un pintor que no muy conocido, Konstantín Korovin, un ruso que terminó también en Montmartre por aquella época. Tenía muchas ganas de llevarme sus pinturas, de cómo sería su estilo si hiciera un cómic… Ya te digo, fue una de las partes divertidas, incluso más que… que dibujar. [risas]

Llevas cinco obras publicadas en Francia, pero es la primera vez que trabajas con un guionista que no es Zidrou ¿qué tal ha sido la experiencia de cambio de guionista?
Es enriquecedor, igual que tener diferentes relaciones. Con tus padres, con tus amigos, una pareja o colegas, o incluso saludarte con el panadero ¿sabes? Cuantas más personas conoces o más relaciones tienes, pues eso es lo que te llevas.

Presentación del cómic en Norma Cómics 13

Entonces no tiene nada que ver en este caso, cómo trabaja Zidrou y cómo trabaja Rodolphe. Trabajan de modos muy distintos por ejemplo, Zidrou cuando hace un guion te lo deja como dibujante, que tú lo interpretes, lo hagas a tu bola y él no quiere saber nada. Sin embargo, Rodolphe era como que lo retenía un poquito más, cada página que le enviaba se lo miraba mucho con lupa, ponía atención en detalles que yo incluso consideraba que eran insignificantes… O sea, no tuvo nada que ver, nada que ver. Sin embargo, no hay que elegir, con los dos he aprendido mucho y lo que sí que me quedaron muchas ganas es de saber cómo sería trabajar conmigo mismo como guionista, que es en lo que me he embarcado ahora.

¿Recibes el guion, es un proyecto que arrancas con Rodolphe, …?
A raíz de uno de los viajes a Angoulême había conocido a un editor parisino que es el que me propone el proyecto. Ya llevábamos en contacto 10 años y yo había estado haciendo un proyecto que también era Montmartre 1900… Él lo había visto, le interesaba, me había encargado que le hiciera un cómic sobre esa época… En principio tenía que escribir un guion, pero a la vez él tenía este guion que lo estaba probando otro dibujante… no le resultaban interesantes las páginas que estaba haciendo. Entonces, de un modo natural, me lo pidió a mí, me dijo: «Oye, mírate este guion a ver si te gusta». Y, tal cual lo leí, fue como: «Hostia, esto será un gozo de dibujar. Sí, sí, vamos para adelante».

Se trata de tu obra más extensa hasta la fecha ¿Cómo ha sido este cambio y reto en tu trayectoria?
Pues no sé si lo…, bueno sí, sí que lo voy a volver a repetir porque soy tonto. Porque la verdad que es más sencillo hacer un álbum un poquito más corto, casarte durante tanto tiempo con un tema… Tenía claro que era un tema que me gustaba mucho, lo que te digo, la época, París y me apetecía mucho, pero claro, se te termina llevando muchísimo tiempo. Entonces cuando lo terminé dije «no, no, el siguiente un One-Shot, cortito…» Y sí que me he metido en otro One-Shot, pero tiene 155 páginas.

Tu estilo gráfico ha evolucionado, mientras en trabajos anteriores era más definido y la línea cobraba más fuerza, en «El otro del tiempo» queda desdibujada, generalmente no hay rostros ni paisajes definidos ¿Cómo ha sido esta búsqueda, ha sido intencionado o casualidad?
Es un poco todo, tengo una idea muy clara: Cuando me leo el guion, el primer plano que se me viene a la cabeza o el primer ambiente que se me viene a la cabeza o color… intento que sea eso. En este caso sí que creo la historia pedía ser un poquito más formal, alguna vez sí que tiré un poquito más hacia la caricatura, pero pienso que tanto los personajes protagonistas, como algunos de los secundarios, tenían que ser más formales. Más realistas, por decirlo de alguna manera, sin ser realista del todo, pero un poco eso, la historia es la que me pide. Y entre la historia, mis influencias y mis limitaciones… al final sale lo que sale. No hay un proceso demasiado pensado, intento ser espontáneo y que salga lo que tenga que salir.

Además, está la historia entre lo real y lo fantasioso, personalmente me ha hecho creerme cosas que luego he comprobado que no son auténticas, pero te hace dudar.
Claro, todo el marco es real, yo creo que lo que busca el guion es darle una verosimilitud a la historia, que tengas esa sensación de que esto podría haber pasado. Siendo eso, una historia de ficción, pero claro, al enmarcarlo dentro de un contexto real, con cosas que podrían haber sido y tal, termina teniendo esa sensación de… «¿pero esto, esto qué?»

Oriol Vlak y Rubén Pellejero tras la presentación del cómic

¿Cómo es tu método de afrontar una nueva obra? ¿Cómo era el flujo de trabajo con el guionista, y el tuyo como dibujante?
Pues yo cuando recibo el guion, ya recibo el primer guion completo del que fue el primer tomo en Francia, o la que sería la primera parte en este integral.

Primero lo leo entero y luego empiezo a hacer bocetos, sobre todo de los personajes protagonistas intentando buscarlos. Luego elijo un par de páginas para desarrollarlas y ver cómo haría el estilo del libro, y luego, a partir de ahí ya me pongo con lo que sería el trabajo. Hago el storyboard a color, es un storyboard que ya lo hago rotulado y todo, intento que sea como la página lo más terminada posible, como lo que sería si viera las páginas sin gafas [risas] y luego voy cogiendo por escenas. El storyboard de una escena, de esa misma escena hago el lápiz y termino el color, paso a la escena siguiente: storyboard, lápiz y color. Así intento trabajar en cadena, pero no durante demasiado tiempo, y aparte, así puedo ir facturando páginas.

¿Todo el proceso es en digital?
No, el lápiz es lápiz. Sí, hago un paso muy absurdo porque empiezo desde el ordenador, voy al papel y luego vuelvo al ordenador. Me sigo sintiendo más cómodo dibujando en papel, soy de esa generación que todavía pintábamos con ratón.

Ya nos has comentado, pero tienes en marcha un cómic (bajo el título «Soy un gato») como autor completo que estás desarrollando en tu Patreon, ¿qué nos puedes contar de este proyecto? ¿Cómo de avanzado está? ¿Lo veremos pronto con alguna editorial?
Veremos con Norma Editorial, a mí me gustaría que saliera para adelante. Fue una cosa que la empecé un poco a nivel terapéutico. El año pasado me sucedieron una serie de catastróficas desdichas y me vino muy bien ponerme a escribir mis cosas. Dibujar también, no es solo escribir, hay veces que sí que me escribo los diálogos que van a tener los personajes y luego ya los contextualizo dentro de una escena, pero a veces trabajo al revés. Empiezo a dibujar una escena y luego pienso más en la acción o en el sitio donde están y luego ya de lo que hablan. El proceso ha sido muy divertido, lo empecé sin pensar en editores, sí que me gustaría que tuviera muchas páginas y terminarlo. Me hice un storyboard muy largo que era de 155, y ahora de esas 155 he terminado 10, les envié a Norma Editorial el storyboard, creo que había terminado dos o tres páginas, les gustaron las páginas terminadas, me pidieron alguna más y ahora, pues ahí estamos en esas … Yo espero que sea el siguiente, la verdad.

¿Y algo nuevo entre manos para Francia?
En Francia ahora estoy con una historia corta, es una biografía en siete páginas sobre la vida de Chopin. El libro se basa en diferentes personalidades célebres que están enterradas en el cementerio de Père-Lachaise y todo está vehiculado alrededor de un gatito negro que va visitando las diferentes tumbas. Siempre me pasan cosas de estas, así, raras. Que me encarguen un proyecto que justamente resulta que es en una cosa en la que ya estaba trabajando sí, sí.