Como un cóctel molotov que ante la simpleza de sus ingredientes es capaz de explosionar y sorprender Una comedia canalla, la novela debut de Iván Repila, actúa de la misma forma, crees que es inofensivo que será algo ligero pero rezuma calidad y frescura. Hablando de cócteles, si mezclásemos las novelas escritas por Irvine Welsh de las fechorías de Mark Renton, las locuras corales de las películas de Guy Ritchie con el punto tipical spanish de la película Airbag y cualquiera de las vendettas (venganzas) de moda, por mencionar una la de Beatrix Kiddox en Kill Bill, obtendríamos algo parecido al germen de esta historia, pero ojo, que con el buen hacer del autor olvidas cualquier referente mientras lo (disfrutas) lees.
Pues si algo tiene Una comedia canalla, además de diversión asegurada (como ya describe el título, que parece más un tag-line), es que no sabes por donde van a ir los tiros; Jim, John y Jack están hartos de sus trabajos, de sus jefes, … por lo que actúan y logran una buena pasta de un día para otro y se despiden de sus trabajos, tienen lo suficiente para vivir unos meses pero insuficiente para retirarse en cualquier isla caribeña, aunque lo que es ron desfilan litros y litros por sus páginas, ¿solución? invertirlo en un gran negocio… ilegal. Como de la noche a la mañana entran en la Crème de la crème del vandalismo y la delincuencia llegando a contactar con la Banda de Macois, la más peligrosa del lugar. Pero como en toda gran ciudad por su páginas deambulan personajes que tienen sus propias preocupaciones, un vivalafiesta drogata de poco fiar, un niño especialista en bullying, un asesino de gusto peculiar para seleccionar víctimas, un gordo que se llama igual que su perro, un perro que se llama igual que su amo (gordo), chinos (muchos chinos), … y ante este plantel, la ley, un par de polis, un agente del FBI, …
Dividido en 4 partes y con 64 capítulos Una comedia canalla es una novela que se lee muy bien, el autor describe lo justo cuando es necesario, y cuando no, los diálogos mentales de sus protagonistas suple con excelencia la situación lo que la aligera para que haya mucha acción (canalla) y los momentos pasen rápidos como la vida que nos rodea. Personalmente he disfrutado con la forma en que Iván Repila introduce a nuevos sujetos en la historia, las nuevas conexiones que van surgiendo, y ese espléndido capítulo (13) en el que la madre del niño que atemoriza a sus compañeros en una reunión con el director de la escuela logra dar la vuelta a la tortilla, siendo al final ellos (la escuela) quienes no hace bien su trabajo, casi dando más miedo la madre que el hijo. Y sin dejar de mencionar ese símil de padre nostra con el que empieza la tercera parte es un click en toda la historia que me dejó tó’ loco.
Recomendable lectura de 358 páginas para aquellos que se divierten leyendo a Chuck Palahniuk o Irvine Welsh, y si eres canalla, no acostumbras a leer como a quienes Iván dedica el libro, «para que lean, al menos, un libro» esta es la novela. Acertada la portada, tanto la ilustración de Paco Alcázar como el diseño editorial/tipográfico.
Una comedia canalla, ha sido publicado en España por Libros del Silencio. Tapa blanda. 360 páginas. ISBN: 978-84-939433-8-7