Cine

Nightcrawler

Nightcrawler (Dan Gilroy, 2014) nos llega precedida de muchas buenas críticas y comentarios. Pero he aquí lo más sorprendente: las alabanzas que recibe son completamente merecidas.

Nightcrawler

Louis Bloom (Jake Gyllenhaal) es un solitario que lleva a cabo diversos trapicheos para mantenerse, como robar cobre. Su suerte cambia una noche cuando se cruza con un accidente de tráfico y la curiosidad hace que se pare a verlo. Es entonces que observa a un equipo que se dedica a grabar el accidente para vender las imágenes a los informativos. Bloom descubre así su vocación. Y como Bloom es un psicópata, descubre que tiene un auténtico talento para grabar accidentes y muertes, aunque a veces necesite adornarlos un poco.

Nightcrawler con Jake Gyllenhaal

Esta película es un híbrido de géneros. Parte cine negro, parte drama, parte thriller. Gilroy utiliza recursos de estos géneros para mostrarnos como Bloom va medrando en su nueva profesión y va camino de convertirse en una estrella, gracias al racismo, la irresponsabilidad social y el hambre de morbo de los informativos actuales. Esta mezcla de géneros también hace que para el espectador Nightcrawler resulte un filme inquietante y perturbador, pero también muy divertido y fascinante. Además, la película toca de forma tangencial el tema de la degeneración de los informativos, más parecidos a catálogos de desgracias que a programas dedicados a informar al espectador.

Gyllenhaal nos ofrece una interpretación soberbia como Bloom. Como la película que protagoniza, Bloom es un personaje que logra ser al mismo tiempo perturbador y divertido, asombrando al espectador por la forma que tiene de relacionarse con el mundo. Habla utilizando estructuras y frases que parecen sacadas de libros de autoayuda y manuales para emprendedores, cuidando muy bien lo que dice y escondiéndose tras una falsa sonrisa propia de cajeros y recepcionistas. Como si la hubiera ensayado delante del espejo para parecer más humano. Por supuesto, bajo esa fachada esconde a un auténtico monstruo capaz de robar, de chantajear y de llegar a brutales extremos para conseguir lo que quiere. También forma parte del comentario social del filme el hecho de que como Bloom carece de empatía o moral, esto le facilita triunfar como reportero independiente de noticias. Otro aspecto brillante de Nightcrawler es que en ningún momento se intenta justificar o explicar por qué Bloom es así, haciendo que resulte más interesante desde un punto de vista narrativo.

Nightcrawler (fotograma)

Por supuesto, esto no quiere decir que la historia que se cuenta no sea interesante, pero al estar completamente centrada en Bloom, en seguir su día a día, es esencial que resulte un personaje magnético e interesante. Igual que Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976) no sería lo mismo sin Robert De Niro.

Podéis calificar Nightcrawler como neo noir o como thriller posmoderno o con la etiqueta que más os guste. Seguirá siendo una brillante película muy, muy recomendable.

© Imágenes: Filmax