Fuimos (Pere y Llogari [también conocido, por una hembra, como Chumari]) al Centre d´arta Santa Mónica a ver a Albert Serra. El típico ultra cineasta que hace cine para la crítica y no para el público. El típico grabacosas que aguanta el plano absurdamente, el típico artista que en su Tierra pasa desapercibido y en Francia se mojan las bragas de los críticos consagrados.
Hice un esfuerzo importante para bajarme todas sus pelis y no me gusta su cine, ojo que su persona/je me encanta. Porque el cine que a mi me gusta saborear está compuesto de galletas rectangulares gruesas untadas con mantequilla y una anchoa encima de la galletita ahogada ella misma en una gozosa cantidad de limón exprimido. Acompañar con leche bien calentita y añadir ingentes cantidades de miel a la leche.
¡Y a disfrutar del CINE!
Entramos a la sala y aquello estaba bien lleno, por suerte hicimos lo que nadie se atrevía a hacer, ponernos delante. Expuestos contra el público, iluminados y con micrófono había intelectuales de primer orden de la Barcelona de los milagros, culturetas burgueses (si es que existe ese término).
Y escucho descontextualizo como Albert Serra cuando le dejan hablar dice:
(Francis Ford) «Coppola, como cineasta, es despreciable. Es un mercenario de la peor tradición de Hollywood» (me da pereza subir el video pero lo tengo)
El video que si os voy a poner es el de la clase maestra de «aguantar el plano» que hizo, una exposición precisa, elocuente y rotunda a propósito de su cine:
Pues nada, luego vamos al balcón a que nos den cervezas y hay mucho ARTISTA total por allí deambulando. Venden las pelis y el libro aprovechando el evento (y al final creo que no quedaba ni uno. Éxito)
Cojo al Albert Serra y le pido un autógrafo «para Paquito» (¡gracias Pere por el boli!) luego le doy la mano al rubio Albert Serra y creo que no se lo espera, después de este contacto físico tengo un prejuicio; es homosexual e inadaptado social aunque habla muy bien en público. Y esas dos cosas me gustan.
Por motivos personales (secretos) tengo que hablar con el mandamás (el amo del cotarro) de esos ARTISTAS y me espero pacientemente, como debe ser (tomar nota de modales). Mientras tanto y sin saber porque una pareja compuesta de personas extrañas se ponen a hablar con nosotros (Llogari/Chumari y yo)… parecen borrachos mínimanete bien vestidos… pero no, ella es una yonki de mediana edad y con la tez castigada por su categoría de yonki, que me pide dinero al poco, y él es un poco más feo y bajito que yo, con los ojos vidriosos de venitas hinchadas (drogas, alcohol y falta de sueño) y un aliento a perro muerto. ¿Por qué hablan con nosotros, tan mal estamos? Pero al menos él sabe de criticar artistas y criticamos a gusto y con conciencia el establishment artístico (MONEY) instalado en nuestra sociedad (o lo que sea este grupo de mamíferos amontonados). Las dos personas más integras que había en ese evento, sin lugar a dudas.
A la hora de irnos parece ser que Chumari vió la oportunidad de robar una cámara de fotos (una de verdad, una 5D o algo así con un objetivo de esos blancos PRO) pero nada. Yo miro un poco pero no se han dejado nada de valor, nos vamos.
