Anna (Mackenzie Davis) y Beth (Caitlin FitzGerald) eran buenas amigas, pero sus incipientes carreras como actrices las ha separado por lo que deciden irse juntas unos días fuera de la urbe para volver a estrechar lazos. Pero lo que tendría que haber sido un tiempo de relax y diversión no hace más que crecer la envidia de una a la otra por aceptar ciertos tipos de papeles o esconderse información sobre otras producciones.
El infierno se desata ante la aceptación de un papel en que ambas han tenido su oportunidad para representarlo, mientras Beth sí acepta salir desnuda durante la filmación, Anna no, por lo que ya sabemos quién se lleva el gato al agua. El éxito de una y el fracaso de otra saca a la luz una lucha (y porque no, crítica al sistema) de cómo se hace para evolucionar en una industria que no entiende de morales y en que son muchas las aspirantes entre las que elegir.
Dirigida por Sophia Takal (Wild Canaries) y con guion de Lawrence Michael Levine, Siempre amigas (Always shine) es una de las películas de terror psicológico de corte independiente que han sorprendido en el pasado 2016, y que se pudo ver durante el festival de cine de fantástico de Sitges.
Siempre amigas (Always shine) es un tenso thriller que ahonda en la competencia entre jóvenes aspirantes a actriz, ese detrás de las cortinas que normalmente no trasciende. Películas como Cisne negro (Black Swan, Darren Aronofsky, 2010), Showgirls (Paul Verhoeven, 1995) o The Neon Demon (Nicolas Winding Refn, 2016) han tratado el mismo tema en diferentes disciplinas (bailarinas de danza, de striptease o modelos) y como en el caso de Mullholland Drive (2001) de David Lynch, en que tenemos también a la aspirante a actriz, película que además tiene otras ciertas similitudes con la de Sophia Takal.
En el filme se enfrenta las dos caras de una misma moneda, el fracaso o el éxito de un sueño, que seguramente Sophia Takal también ha vivido en su faceta como actriz. Siempre amigas (Always shine) es su segunda película y confirma su buen pulso para crear atmósferas insanas que incluye en sus tramas fuertes papeles femeninos.
Mackenzie Davis (Black Mirror, Halt and Catch Fire) es quien soporta el mayor peso de la película, y posiblemente la razón por la que Siempre amigas (Always shine) termina gustando a pesar de su irregular final.
Destacar su atrevido montaje, me repetiré pero, su insana atmósfera y el trabajo de sus actrices protagonistas. Esperamos que Sophia Takal no desista y siga realizando más películas, aunque todos sepamos lo difícil de ser independiente.