Cuando en el 2014 se estrenó La Lego película (The Lego Movie, Phil Lord Christopher Miller), sorprendió a todo el mundo por su calidad. Una calidad inesperada en un film que parecía concebido como un simple anuncio de 100 minutos. De entre los muchos puntos fuertes y geniales de La Lego película, destacó su peculiar versión de Batman, que parodiaba la versión oscura últimamente popularizada en el cine. Ahora, este Batman tiene su propio spin-off en Batman: La LEGO película (The LEGO Batman Movie, Chris McKay, 2017).
Normalmente, los spin-off creados a partir de personajes que se hacen populares por su intervención en una película no acaban de funcionar. Lo que resulta divertido en pequeñas dosis no aguanta todo un largometraje. Pero, al igual que su “madre”, Batman: La LEGO película sorprende por lograr un imposible: es la mejor película protagonizada por Batman desde El caballero oscuro (The Dark Knight, Christopher Notan, 2008). Logra esta hazaña aparentemente imposible deconstruyendo el mito del enmascarado justiciero creado por Bob Kane y Bill Finger, teniendo en cuenta sus casi ochenta años de historia y sus distintas encarnaciones (puede que el concepto les resulte familiar a los que hayan leído Planetary/Batman: Noche en la tierra).
Lo hace con una perversa historia que tiene en su centro la relación entre Batman (Will Arnett) y el Joker (Zach Galifianakis). La relación entre estas dos caras de una misma moneda se ha tratado infinitamente, tanto en cómics como ensayos, pero esta película tiene la genial idea de enfocarlo como si fuera una comedia romántica (una analogía que el film hace explícita en varias escenas, como una al principio en la que vemos a un solitario Batman viendo los momentos más románticos de Jerry Maguire [Cameron Crowe, 1996]). También se tienen en cuenta las distintas encarnaciones cinematográficas del personaje, incluida la serie que protagonizó en los años 60 y que también tuvo su película. En especial este Batman sesentero, de hecho, ya que encaja perfectamente con el tono de este film y aparecen varios villanos inventados en aquel clásico de la televisión. Por supuesto, también se hacen chistes a costa de la peculiar relación entre Batman y Robin, en escenas con las que imagino los adultos se reirán mientras los niños no entenderán el por qué.
Es un film, además, que invita a varios visionados, ya que está llena de pequeños detalles, chistes y homenajes que pueden pasar desapercibidos a primera vista. Incluso hay una referencia al divertido clásico del cine cutre Gymkata (Robert Clouse, 1985). Por desgracia, algunos detalles se pierden con el doblaje, como el hecho de que sea Billy Dee Williams el que ponga voz a Dos Caras en la versión original (interpretó a Harvey Dent en el Batman [1989] de Tim Burton).
En definitiva, esta es una película que recomiendo a todo el mundo que no esté muerto por dentro. Es divertida, inteligente y todo un regalo a los ojos. Y posiblemente sea la única ocasión en que podamos ver en el cine a los villanos más bizarros de Batman como Clayface y Man-Bat.
Estreno en las salas españolas el 10 de febrero