No cabe duda que el reciente éxito de Asesinato en el Orient Express (Murder on the Orient Express, Kenneth Branagh, 2017) puso en marcha La casa torcida (Crooked House, Gilles Paquet-Brenner, 2017), adaptación de una novela de Agatha Christie pensada para el público moderno.
Charles Hayward (Max Irons), detective privado, recibe el encargo de investigar el posible asesinato del industrial Aristide Leonides (Gino Picciano). Hayward, al principio, rechaza el trabajo, ya que proviene de Sophia de Haviland (Stefanie Martini), nieta de Leonides y antigua amante de Hayward con la que no acabó de la mejor manera. Finalmente, Hayward acepta investigar y muy pronto se ve atrapado en las envenenadas relaciones de la disfuncional familia de Leonides. Una familia en la que todos tienen motivos para asesinar a Leonides, y también para asesinarse entre ellos.
El film de Gilles Paquet-Brenner es una efectiva modernización de la clásica y retorcida intriga de Agatha Christie. Se coge la intriga policíaca y se mezcla con elementos del cine negro y el giallo, aderezado todo con saludables dosis de ironía y mala leche. Incluso nos encontramos toques de metalenguaje, proporcionados por la pequeña Josephine Leonides (Honor Kneafsey), una niña aficionada a las novelas de detectives que se encarga de señalar los tópicos del género a Hayward. Si bien los toques modernos en ocasiones parecían algo forzados en Asesinato en el Orient Express, en este caso encajan perfectamente.
Esta mezcla hace que sea también un film muy entretenido, más allá de la intriga principal. El acento inglés parece especialmente creado para estos venenosos intercambios, mucha mala leche dicha con mucho encanto. Una actitud que los americanos llaman bitchy y resultará familiar a los aficionados a las series de Ryan Murphy. Por supuesto, el excelente reparto también contribuye al disfrute de las partes más irónicas. En este sentido cabe destacar las apariciones de Glenn Close, Gillian Anderson y Amanda Abbington. Aunque estas actrices acaparan la venenosa acción verbal, Julian Sands, Terence Stamp y Christina Hendricks también enriquecen el nivel interpretativo de la película. Curiosamente, los dos protagonistas, Max Irons y Stefanie Martini, son los menos interesantes.
La casa torcida funciona como entretenida puesta al día de la intriga clásica, y lo hace mezclando elementos clásicos. Por ello puede atraer también a los no aficionados al género, además de estar muy recomendada a los que sí lo sean.
Estreno en las salas españolas el 13 de abril