El autor de Juego de Tronos, George R.R. Martin, invitó a Gillian Flynn escribir un relato para su colección de antologías de historias cortas, finalmente se incluyó en Rogues junto a otros autores como Phyllis Eisenstein, Neil Gaiman o Scott Lynch.
No dejé de hacer pajas porque no se me dieran bien. Dejé de hacer pajas porque era la que mejor las hacía.
Un relato que comienza así solo puede ir a mejor, Gillian Flynn arranca la historia de El adulto con un punch en la cara, narrado en primera persona nos presenta a una joven chica que asciende en el negocio de Spiritual Palms y pasa de hacer pajas a ser lectora de auras. Con la llegada de la señora Susan Burke ella ve la oportunidad de hacer negocio fuera de esas cuatro paredes ayudando a ricachonas limpiar sus casas y mansiones de malos espíritus. Susan la quiere contratar porque tiene miedo de su hijastro quien ha comenzado a comportarse de forma violenta desde que se mudaron.
Pero El adulto es mucho más que la clásica historia de mansiones encantadas, Gillian Flynn coge los tópicos de los relatos de fantasmas y los revuelve para darnos una lectura absorbente en la que no faltan los referentes como La maldición de Hill House pero también ofrece diversión, perversión, pues no todo es blanco o negro en este relato.
La autora de Perdida (que adaptó David Fincher en una fantástica película) o Heridas Abiertas (que HBO ha producido en serie con Amy Adams como protagonista) concentra en esta novelita editada en tapa dura por Reservoir Books un ejercicio de como rizar el rizo hasta la extenuación cada pocas páginas y sin perder el hilo de lo que te está contando.
El adulto está maravillosamente ilustrado por Carmen Segovia (Rubor) que aporta imágenes vibrantes en blanco, negro y amarillo.