Cuando muchos piensan que en el cine no hay nada nuevo que hacer narrativamente hablando, tiran por innovarlo desde su producción subvirtiendolo como fue el dogma 95 en su día, eso cuando no optan solo por la parte visual con más efectos de cámara, más efectos digitales según les proporcione las nuevas tecnologías… dejando de lado la literalidad de vivir la experiencia de ser espectadores de una historia que nos transmita algo. Solo secuencias de Chico Morera (Natalie_Net, Blood Room) es una vuelta de tuerca que aboga por mezclar la ficción bajo unos pretextos que dan realismo al conjunto creando sensaciones nerviosas, cuanto menos, de este modo vivimos el miedo de lo impredecible.
Como ya sucediera con The Blair Witch Project (Eduardo Sánchez, Daniel Myrick, 1999) el director de Solo secuencias ponía en situación y otorgaba a los actores premisas que incumbiesen solamente a sus personajes, de esta manera la relación de estos frente a la cámara se nutría no solo de la ficción creada sino también de la improvisación y reacción que pudiese existir entre los diferentes personajes/actores.
Solo secuencias es un collage audiovisual de cinco capítulos que juegan entre el suspense y el terror psicológico titulados Cenizas, Polvo, Tierra, Fuego y Agua. En un comienzo, sin aparente conexiones entre sí. Mientras en el primero de los capítulos los personajes encarnados por Sara G. y Adrià Mondaray están recluidos en una cabaña, otros capítulos nos lleva a diferentes escenarios con otros personajes como Mena Santana y Edu Escudé dando vida a unos personajes en una relación amorosa tortuosa en la cocina de la primera; o al interior de un tienda de camping con dos desconocidos que no parecen estar donde quieren interpretados por Ginebra Vall y Daniel Retuerta.
En definitiva, Solo secuencias son simples nudos de historias que no cuentan con introducciones ni desenlaces, entendiendo la estructura de una historia de la forma clásica, algo que ya revela el título de la producción, y sin embargo esto no supone un impedimento para mantener al espectador pendiente en todo momento de estas piezas de puzzle narrativo.
Pero el acierto está en que cada uno de los capítulos cuenta con su prólogo y epílogo donde una voz en off (Sergi Carles) ejerce, en un principio, como nuestro compañero de silla en igualdad de condiciones, y acaba siendo la cabeza pensante que nos ayuda a concluir la experiencia comprendiendo mejor qué es Solo secuencias.