Joel Potrykus es un director de cine estadounidense a tener en cuenta, siempre, puede que no comulgues con el tono enfermizo de sus historias pero ofrece algo nuevo y entretenido en el panorama indie. Dirige y guioniza Relaxer (2018) que cuenta de nuevo con el actor Joshua Burge, tras Ape (2012) y Buzzard (2014), como protagonista.
Año 1999, en un apartamento bastante abandonado lleno de pintadas en las paredes, Abbie (Joshua Burge) es sometido a retos absurdos de forma continua por su hermano (David Dastmalchian) mientras le graba con la videocámara con el fin de ganar un récord mundial Guinness. Fracasa, uno detrás de otro, hasta que cansado de no ser tomado en serio y ser burlado por su hermano, decide que abandona de abandonar retos y que el próximo lo cumplirá.
Cam, el hermano mayor de Abbie, ve un concurso propuesto por Billy Mitchell, el gamer que estableció un récord mundial de Donkey Kong y logró la partida perfecta de Pacman, y es superar el nivel 256 de Pacman (algo imposible ya que existe un error de programación en dicha fase) para ganar una suculenta pasta. Además, Cam reta a Abbie a que lo debe hacer sin moverse del sofá en todo el tiempo que le lleve hacerlo. Tiene tiempo hasta antes de que el efecto 2000 acabe con toda la tecnología que conocen en el fin de año. Abbie se toma el reto de una forma insana lo que da a situaciones surrealistas mientras no abandona el mando de la videoconsola para lograr lo imposible mientras los meses pasan.
Divertida y desagradable a partes iguales, Relaxer es un ejercicio cinematográfico que sitúa toda la historia en una sola ubicación y al protagonista siempre sentado en el sofá a lo largo de toda la película. Sin embargo, funciona, la trama avanza aunque por ello deba incomodar al espectador de una forma entrañable y ociosa. Pero compartimos con el protagonista su sueño, Abbie lo único que quiere es huir de su miserable realidad y ese concurso parece ser su única vía de escapatoria.
Relaxer es una comedia negra atípica con detalles fantásticos que, además, cuenta con pequeños alicientes nostálgicos como esos retos entre amigos, esas tardes jugando a la consola, de Tony Hawk’s Pro Skater y los gráficos 3D pixelados o el miedo generalizado del fin del mundo.
Proyectada en el Americana Festival de cine independiente norteamericano 2019. Hay un nuevo pase de Relaxer el domingo 10 de marzo a las 16:15.
