En 2016 el escritor vasco Fernando Aramburu publicó Patria, una novela literaria que ha sido un éxito de crítica y público, ambientada en el País Vasco nos habla de cómo ETA y la izquierda abertzale condiciona la vida de sus ciudadanos y ataca el seno de varias familias implicadas en el conflicto terrorista y político. Toni Fejzula publica en 2020 su adaptación a novela gráfica.
La noticia de ETA abandonando el uso de armas remueve a sus ciudadanos, Bittori, una señora mayor, decide regresar al pueblo del que huyó no sin antes comunicárselo a su marido en el cementerio, quien fue víctima de la organización terrorista nacionalista vasca. Con su llegada conoceremos su relación con otros afectados de los tiempos convulsos que tuvieron que vivir tanto los de un bando como del otro.
El trabajo gráfico de Toni Fejzula es llamativo, siendo bastante pictórico, con composición de páginas atmosféricas dignas de observar durante largos minutos. Sin embargo Patria es una novela gráfica difícil de seguir, ya no solo por el tema que trata sino por su narración, es caótica con decenas de personajes que además incluye saltos temporales, las relaciones entrecruzadas en las que el diseño de personajes no ayuda y diálogos que parecen que no van a ninguna parte con inclusión de palabras autóctonas que terminan creando confusión, hay insatisfacción lectora en una historia con mucha densidad en la que finalmente sacas pocas cosas en claro. En un texto final en que el autor nos habla de sus orígenes balcánicos, también nos habla de su propósito y la complejidad de adaptar una novela literaria de 650 páginas en apenas la mitad. Un lector que se acerca al material por primera vez saldrá abrumado, tal vez no sea así para los lectores de Fernando Aramburu que con esta revisión vean un aliciente de rever el relato con otros ojos.