Detrás de la cortina roja encontré una caja azul. Cuando la abrí encontré varios dvd’s. Estaban numerados del uno al seis. Recogí los discos cuando sonó un murmullo, hubo un parpadeo y la caja desapareció. La cortina también desapareció y afloré en una sala de cine. Escuché a una mujer cantar, luego pareció caer al suelo y todo quedó en silencio. Desde la cabina, el enano bailarín empezó la proyección: Un tipo con tupé visitaba a su novia. Un bicho blanco babeaba. Al tipo del tupé le cortaban la cabeza y hacían gomas de borrar. El enano proyectó el segundo disco: Alguien encontraba una oreja en el bosque y después se escondía en un armario. Un tipo pegaba a una cantante y unos pájaros cantaban en una rama. Llegó el tercero: Una pija come chicle todo el rato y da bastante rabia. Su novio sale de la cárcel y viajan en coche. Un colgado con una media en la cabeza se vuela la cabeza y un perro huye con una mano en la boca. La cuarta llegó pronto: El saxofonista y la rubia van a una fiesta. Luego el saxofonista se convierte en mecánico. La rubia se hace morena. Una casa arde al revés. Una carretera se diluye en la noche. La quinta: Una actriz busca fortuna. Un director realiza un casting y le obligan a escoger la chica. Una caja cambia el orden de las cosas y unos abuelos asustan a la actriz. La sexta: De nuevo una actriz. Preparan el rodaje. Se enteran de que están rodando un remake. La primera versión que se rodó da mal rollo. Una habitación con tres conejos humanoides. Pasillos y fogonazos. Uno en mi cerebro. Espuma en mi boca. Desde el otro lado de la cortina roja lo veo. La policía me encuentra. Los forenses me inspeccionan. El ataúd me encierra. La misa dura poco. Angelo Badalamenti toca el piano y algunos lloran. Me entierran y todos se marchan. El enterrador desea llegar a casa y tomarse una Heineken pero aparece la caja azul y suena un murmullo. Y después un fogonazo.
Sobredosis con DL6
© Ilustración: Mark Lyons