Lincoln es la última película dirigida por Steven Spielberg y con guión de Tony Kushner, que está basado, en parte, en el libro Team of Rivals: The Political Genius of Lincoln de la escritora Doris Kearns Goodwin. Daniel Day-Lewis encabeza el reparto junto con Sally Field, David Strathairn, Joseph Gordon-Levitt, James Spader, Hal Holbrook y Tommy Lee Jones.
En 1865, mientras la Guerra Civil Americana se acerca a su fin, el presidente Abraham Lincoln propone la instauración de una enmienda que prohíba la esclavitud en los Estados Unidos. Sin embargo esto presenta un gran dilema: si la paz llega antes de que se acepte la enmienda, el Sur tendrá poder para rechazarla y mantener la esclavitud; si la paz llega después, cientos de personas seguirán muriendo en el frente. En una carrera contrarreloj para conseguir los votos necesarios, Lincoln se enfrenta a la mayor crisis de conciencia de su vida.
Leyendo la sinopsis podemos ver que lo que auguraba la publicidad como un bio-pic es en realidad la historia de como el presidente logra que se lleve a cabo la decimotercera enmienda (la Proclamación de Emancipación, por lo tanto ilegalización del esclavismo). Una película puramente de conversaciones políticas pasando por encima cuestiones que harían comprender mejor la situación para que al final prevalezca la «presión» sin llegar a comprender en ocasiones los cambios de parecer de los votantes. Intenta humanizar al presidente mediante la muestra de escenas familiares o conversaciones conyugales, pero resulta meros teatrillos sin credibilidad. Poco ofrece de una biografía del decimosexto presidente americano, sino más bien una biografía de la treceava enmienda.
El trabajo de los actores como el de realización es notable (alguno más desaprovechado que otro, por lo de los teatrillos), aunque mi curiosidad se desvió en como han trucado cada uno de los planos para que Daniel Day Lewis que mide 1.87 metros de altura «alcanzara» los 1.83 metros del presidente siendo entonces una notable diferencia con los demás ciudadanos en 1865.
No soy un gran conocedor de la historia estadounidense, pero por lo pronto la película me parece que atina a dar una visión muy personal del asunto, ahora me expongo a mostrar mi incultura. De hecho, de ser cierto lo que se cuenta, hoy deberían abolirse muchas de las creencias… porque amigos si hasta ahora nos han hecho creer que estaban de acuerdo en que la esclavitud era mala para todos… y según Lincoln de Spielberg (porque no sé la verdad) se hizo presión (o extorsión según como se mire) para aprobar la ley ¿Qué estamos esperando hoy? ¿A que todos se pongan de acuerdo para poner soluciones cuando sabemos que nunca será así?. Claro que era republicano (bendito seas) y nosotros un país (de pandereta) con cara de democráticos.
Más allá de engrandecer la figura de Lincoln, que los americanos se sentirán muy orgullosos y la película se llevará muchos premios, parece que desprestigie la sociedad americana que aún así casi un siglo después (1955) la humillación a la raza negra seguía en pie, fue la valentía de Rosa Sparks que hizo que empezase el fin del racismo a nivel político y social. Aún así, atento que la 13ª enmienda no se llegó a ratificar (aprobar) en todos los estados hasta 1995 (Misisipi).
Estreno en las salas españolas el 18 de Enero.
