Hay dos formas de ver Open Windows, la nueva película de Nacho Vigalondo: siendo amigo del director o no. En la primera es muy posible que la alaben incluso antes de verla, en la segunda solo podrás ver un despropósito en pantalla.
Open Windows es la tercera producción de este director, la primera con casting internacional: Elijah Wood, Sasha Grey y Neil Maskell (que os sonará por la serie británica Utopia). La película narra la historia de un joven que cree que ha ganado un concurso para cenar junto a la estrella de cine a la que adora, sin embargo todo resulta ser el engaño de un maníaco que quiere utilizarlo para sus propios fines.
Lo mejor de Open windows es su arranque, donde el director se acerca al récord de cameos por segundo que ostenta Santiago Segura en su saga Torrente, pero con mucho mejor gusto. Ahí están fantásticos Raúl Cimas, Carlos Areces o Miguel Noguera interpretando el trailer de una falsa película de ciencia ficción que protagonizan junto a Sasha Grey como la estrella de cine que representa. Se empiezan a oír aplausos, estamos asistiendo a la presentación del filme en el festival de cine de Austin, con cameo del director incluido. Momento en que se descubre el elemento, digamos novedoso, de la película. Lo que veíamos era un retransmisión en directo desde la pantalla de un portátil. A partir de entonces vemos que toda la acción sucede en tiempo real y ahí, en la pantalla del portátil, seguimos la trama a través de distintas ventanas en que se muestran cámaras web, cámaras de seguridad, webs, … motivo que hace que salgas de la película a los 10-15 minutos por lo imposible o falso que resultan algunas situaciones, se fuerzan hasta lo absurdo por no romper esta regla que no le hace ni un favor a la historia. Y no hablemos ya de cosas inverosímiles, estamos en una peli en la que puedes llegar a permitirle licencias como el hackeo al móvil de la estrella de cine o los pinchazos a la centralita del hotel, pero todo se vuelve muy descabellado. Nacho Vigalondo abusa demasiado de la inocencia del espectador hasta el punto de ser insultante.
Obviando esta gran baza con la que quieren hacer destacar la película en las promociones. El guión tiene muchas cosas que quieren hacer pasar por real y se sustentan en fantásticas coincidencias o fantasías, un tipo con vista de halcón, una hiperactividad del criminal realizando webs, hackeos y allanamientos de morada en tiempo récord, policías que aparecen y desaparecen al gusto, mapas tridimensionales de múltiples cámaras en segundos. Para acabar de rematar, como veinte giros argumentales que te dejan sin expresiones del tipo: «¡Venga ya!» «Yo quiero lo mismo que se fuma el director» o «no puede ser verdad lo que están viendo mis ojos».
Open windows empieza como una versión moderna de La ventana indiscreta de Hitchcock, con sus móviles, su Internet, … de hecho los primeros 5-10 minutos dan para hacer una buena peli, es una pena que se desmadre de esta manera. Esta es de esas pelis que piensas… ¿nadie se ha dado cuenta a tiempo para cambiar las cosas?
Acudí a ver la película con muchas ganas, confiando en que Nacho Vigalondo nos traería una buena historia como fue su opera prima Los cronocrímenes, pero todavía nada, esperemos que con la cuarta sí, para su fortuna habrá gente que le guste esta como pasó con la anterior.
Estreno en las salas españolas el 4 de julio.