Es empezar el año, superar el reto, volver a la normalidad…con todo lo que eso conlleva.
Viernes, 31 de diciembre del 2010
La Noche Vieja fue como esperaba: tranquila, o sea, sin sexo. Al tener todos los amigos emparejados me vi “obligado” a cenar con un grupo de Erasmus (media Francia en el piso) que no conocía de nada. Los gabachos prepararon un gran buffet vegetariano muy completo, pero carnívoro como soy yo acabé tragando vodkas con naranja hasta convertirme el alma de la velada. Ya de fiesta, y achispado total, me encontré con grandes secundarios de mi vida, unas cuantas situaciones confusas y una pureta anti-tabaco tirándome los trastos a discreción. Llegué a casa con una idea en mente, el día después era nuestro día, el de El Club de los Solteros y el ideal para re-perder la virginidad.
Sábado, 1 de enero del 2011
Tarde de resaca y contarnos las batallitas de la noche anterior. Ninguno de los miembros acabó acompañado. Hippies calentando la cebolleta sin ganas de más, escuchar la copula que se produce en la habitación de al lado, amigas depresivas amargando la noche…Cenamos decepción y nos obligamos a comer los postres con optimismo. Aquella noche solo saldrían la sobras y nosotros nos armamos con tupper’s.
En el pub de siempre, ánimos calmados. Poca gente, y el miedo a la decepción regado con abundante alcohol. Pero cuándo las esperanzas parecían partir apareció mi compañera de piso, acompañada de una amiga. No diré que hubo flechazo, pero sí interés mutuo, y había que aprovecharlo. Después de un primer contacto, coreado y vitoreado por parte de los socios del club, decidimos sentenciar el cortejo.
Volver al mundo de la copula, después de 9 meses de abstinencia, rejuvenece. Los pocos segundos que duró el acto me sirvió para rememorar mi primera vez, pero con experiencia en la mochila, sabía que a partir del segundo empezaría la auténtica fiesta. No entraré en detalles, pero dos cosas saqué en claro: tengo que recuperar la forma física y cada año me vuelvo más fogoso. Grato momento: volver a fumar después de un revolcón.
Domingo y Lunes, 2 y 3 de enero del 2011
Más sexo, alguna pausa para airear un poco la habitación. Despedida y sin saber si aquello era esporádico o esperar algún encuentro más.
Martes, 11 de enero del 2011
Aún con la sonrisa puesta quedo con Catherine, ya sabéis, mi objetivo durante todo diciembre. Era hora de poner el punto sobre la “i” y así lo hice. Se lo expliqué todo, mis esperanzas puestas en ella y diluidas con el paso del tiempo, y aceptando su simple amistad.
— Creo que te equivocas, yo nunca he dicho que no quisiera algo contigo.
Casi escupo el café. Le obligo a desarrollar la frase. Confirmación. Se me dibuja una sonrisa aún más estúpida. Parece que mi objetivo está inmóvil, blanco fácil. El arma cargada y…
— …tendremos que esperar, ayer llegaron los comunistas (la regla). ¿Quedamos domingo?
Y toca momento de reflexión. Tengo al alcance de la mano mi soñado trofeo, a la vez aprecio muy mucho mi “amiga” de Barcelona. Nunca he sido bueno en los malabares. ¿A quién escojo?
Pito, pito…