Con el ritmo de una película al año que lleva Woody Allen, cada vez parece más difícil reencontrarse con el Allen genial que nos regaló obras maestras como El dormilón (Sleeper, 1973), Annie Hall (1977) o Hannah y sus hermanas (Hannah and Her Sisters, 1986). Eso no quiere decir que en su última etapa no haya estrenado buenas películas, sino que ha estrenado muchas de mediocres.
Blue Jasmine (2013) es un film que es mucho mejor que la infumable Vicky Cristina Barcelona (2008), por ejemplo, pero no es tan bueno como Match Point (2005). Lo que salva Blue Jasmine es una fantástica interpretación, en la versión original, de Cate Blanchett como la Jasmine que da título a la película.
El film arranca con la desorientada y descolocada Jasmine, que llega a San Francisco para vivir una temporada con su hermana Ginger (Rally Hawkins), por lo menos hasta que se recupere del shock de perderlo todo tras tener una vida regalada. En el proceso, se inmiscuirá en la vida sentimental de Ginger.
Se podría hacer una lectura política del film, ya que el marido de Jasmine, interpretado por Alec Baldwin, era un empresario rico gracias a sus tejemanejes en el mundo de los negocios. Pero Allen lo utiliza simplemente como motivo por el cual la esnob Jasmine se ve obligada a vivir con su hermana. A partir de aquí, Allen crea una serie de situaciones que ponen a Jasmine en un aprieto existencial.
La forma ligeramente neurótica en que Jasmine se enfrenta a la “vida real” es la que inspira en su mayor parte la comicidad del film, la forma en que su protagonista se enfrenta al ambiente de San Francisco en oposición al que era más familiar para ella, el de la clase alta neoyorquina. Pero esta comicidad no deja de tener un toque agrio, que impregna el fondo del film y que acaba dominando, proporcionando al film un giro dramático.
Blanchett lo da todo dando vida a Jasmine, un personaje que es veneno para todos aquellos que la rodean y para sí misma. Del reparto también destaca un sorprendente Andrew Dice Clay, recordado por su interpretación del chulesco Ford Farlaine.
En definitiva, Blue Jasmine es un film correcto. Tiene buenos momentos cómicos y estupendas interpretaciones. Los seguidores de Allen seguramente ya pensaban ir a verla, pero para aquellos que no sean fanáticos de este director también puede resultar un film interesante.
Estreno en las salas españolas el 15 de noviembre.