Matrimonios conjuntados, humor absurdo, colores kitsch, envidia, carritos de golf, perfeccionismo, muchos aparatos de dientes y el césped bien verde. Así es la primera película dirigida por las actrices y guionistas Jocelyn DeBoer y Dawn Luebbe. Una auténtica maravilla en todos los sentidos.
Greener Grass (2019) nos traslada a un vecindario en que todo es perfecto, las vecinas se llevan bien, celebran fiestas de cumpleaños multidinarias, los maridos ríen a carcajadas y la ineptitud de sus hijos es un reto para mejorar. El reciente asesinato de una chica joven debería atemorizarlas, sin embargo están más preocupadas por lo que tiene la otra que no por el peligro que les acecha constantemente.
David Lynch, John Waters, Tim Burton, Bill Plympton… son múltiples las referencias que podríamos sacar de la película por su estética, pero todos beben del surrealismo de las propagandas y series de televisión de los 50 que retrataban esas familias perfectas norteamericanas, del cinismo y la hipocresía de mostrar siempre tu mejor sonrisa aunque estés podrido por dentro. Greener Grass exagera (o tal vez no tanto) ese comportamiento para narrarnos la rivalidad entre dos amigas y vecinas de un vecindario residencial de alta clase.
Se podría destacar la excelente dirección de arte, la interpretación de todas ellas, incluso de la banda sonora, que al contrario de lo que se podría esperar, la música no es pop sino dramática, de tensión e intriga, dándole esa vuelta de tuerca que completa este retrato disparatado del sufrimiento por ser perfecto.
Cursi, estrafalaria, absurda, excéntrica,… cualquiera de estas palabras es perfecta para definir las cualidades de esta comedia que, de seguro, se convertirá de culto. Apunten, Jocelyn DeBoer y Dawn Luebbe, desde ahora nuestras nuevas diosas.
Proyectada en el Americana Film Fest 2020. Hay un nuevo pase de Greener Grass hoy domingo 8 de marzo a las 18:00.