Presentada como la comedia más punk del festival, Lemon de Janicza Bravo sigue la vida de Isaac (Brett Gelman), un profesor de teatro que intenta hacerse un hueco en el mundo de la interpretación pero tan solo ha conseguido protagonizar algunas campañas haciendo de enfermo de sida o de hepatitis. Su pareja ciega (Judy Greer) le deja por otro y lejos de desanimarse, liga con una chica afroamericana (Nia Long) que comportará comportamientos racistas en tono jocoso para finalmente acabar sin nada. Su familia tampoco termina de ser el apoyo que necesita.
Tiene detalles brillantes, incluso momentos donde soltar una carcajada pero en general es una película difícil de ver. La comedia en Lemon es ácida y gira en torno al fracaso del protagonista, un cuarentón un poco parado y con dotes de comunicación ineficaces.
En las clases de teatro que Isaac imparte tenemos a Michael Cera (Piña) y Gillian Jacobs (Don’t Think Twice) como alumnos que practican frente a la clase diferentes textos para más tarde ser valorados. Estas escenas ejercen como el running gag del film, y posiblemente de lo más divertido de la película.
Lemon juega con el absurdo, un tipo de comedia no apta para todo el mundo. Así que es arriesgada recomendarla ya que es fácil no encajar con el tono que proponen. Cabe decir que parece una historia precipitada en la que las cosas suceden en base a gags.
Estrenada en el Americana Festival de cine independiente norteamericano 2018.