El cine de terror puede ser muchas cosas: inquietante, aterrador, perturbador. También puede ser original, imaginativo, divertido o transgresor. Malasaña 32 (Albert Pintó, 2020) no es nada de lo anterior.
Una familia se instala en un piso en el número 32 de la calle Malasaña. Muy pronto, extraños sucesos empiezan a tener lugar y la familia ve como su vida es puesta en peligro por una entidad que habita en su casa. Esta es la sucinta sinopsis del film dirigido por Albert Pintó (Matar a Dios), no muy distinta de infinidad de películas del género. En su desarrollo tampoco se distingue mucho de otras películas del género. Imita el estilo de la saga Expediente Warren: está ambientada en los años 70 y “basada en hechos reales”. Por otro lado, el argumento se desarrolla como un cruce entre Terror en Amityville (The Amityville Horror, Stuart Rosenberg, 1979), en particular los problemas económicos de la familia, y la original Poltergeist (Fenómenos extraños) (Poltergeist, Tobe Hooper, 1982), en Malasaña 32 también desaparece un hijo dentro de la casa. Aunque, siendo justos, el motivo del niño que desaparece dentro de la casa lo tomó Poltergeist, a su vez, del episodio de La dimensión desconocida (The Twilight Zone, 1959-1964) Little Girl Lost que escribió Richard Matheson.
Un exceso de sustos sin motivo (personajes que esperan de pie al lado de otros personajes sorprendiéndolos, el típico golpe en una puerta que se enfatiza con música a un volumen alto) y un exceso de metraje son otros de los problemas de la película. El principal es la falta de imaginación. Como ya se ha mencionado, sigue demasiado de cerca el estilo de las películas de la saga Expediente Warren por lo que acaba siendo demasiado predecible y rutinaria. Es cierto que intenta tener algo de voz propia cuando hace alusiones a la mentalidad cerrada de la época y el exceso de conservadurismo de entonces, pero nada que compense la mediocridad del conjunto.
Malasaña 32 no aporta nada al género ni ofrece a los aficionados algo que no hayan visto ya miles de veces realizado con más gusto. Un film completamente olvidable.