La nueva entrega de las aventuras de James Bond, interpretado (¿por última vez?) por Daniel Craig, llenará de alegre satisfacción a los fans de toda la vida del agente 007 y ofrecerá al espectador casual una magnífica película de acción. Esto se debe a que, como su título indica, en esta ocasión el famoso espía se enfrenta a Spectre, durante muchos años conocida aquí como Espectra, la organización criminal creada por Ian Fleming en su novela Operación Trueno en 1959 y que desde el inicio de la saga cinematográfica fue el principal enemigo al que Bond se enfrentó (hasta que problemas de derechos lo impidieron).
Sam Mendes vuelve a la dirección tras el gran éxito que fue Skyfall (2012). Si esa película representaba la culminación del reboot de la saga que se inició en la tercera adaptación de Casino Royale (si contamos la versión televisiva de 1954), volviendo en su conclusión a los personajes y escenarios de Agente 007 contra el doctor No (Dr. No, Terence Young, 1962); Spectre (2015) representa la primera película del Bond moderno que utiliza elementos del Bond clásico. La diferencia está en que personajes secundarios que básicamente aparecían al principio de cada aventura Bond para ponerle en camino, ahora tienen un papel mucho más activo y esencial. También influye el hecho de que estén interpretados por actores capaces de convertirse en parte de la acción de forma efectiva. Así, el M de Ralph Fiennes, la Moneypenny de Naomie Harris y el Q de Ben Whishaw son mucho más activos y esenciales en la trama.
También se introduce un elemento novedoso en la franquicia Bond: continuidad. Las aventuras del agente 007 ya no transcurren de forma independiente entre sí, sino que la etapa de Daniel Craig forma un sólido conjunto del cual Spectre es la culminación. De todos modos, al igual que hiciera en Skyfall, Mendes llena de guiños a los Bond clásicos esta nueva aventura, en la que nos encontramos referencias a Vive y deja morir (Live and Let Die, Guy Hamilton, 1973), 007 al servicio secreto de su majestad (On Her Majesty’s Secret Service, Peter Hunt, 1969) y Desde Rusia con amor (From Russia with Love, Terence Young, 1963). Además, Mendes nos presenta a un villano interpretado por Dave Bautista, Mr. Hinx, que inevitablemente recuerda al Tiburón que Richard Kiel interpretó en La espía que me amó (The Spy Who Loved Me, Lewis Gilbert, 1977) y Moonraker (Lewis Gilbert, 1979).
Pero Spectre no se apoya en la nostalgia, a pesar de tanto guiño y referente, y nos ofrece una fantástica cinta de acción que, a pesar de su duración, tiene una narrativa muy fluida, sin complicar innecesariamente la trama, que equilibra las secuencias de acción con el desarrollo emocional de los personajes. Es decir, que aunque esta sea la única película Bond que haya visto el espectador, la disfrutará por ella misma sin necesidad de ser consciente del legado de la franquicia. Por supuesto, también contribuye al disfrute de la película la presencia de las chicas Bond Stephanie Sigman, que aparece en la secuencia que abre el film y que incluye un logrado plano secuencia; Monica Belluci, en una demasiado breve aparición; y la principal chica Bond de Spectre Léa Seydoux como la doctora Madeleine Swann. Seydoux ya no es la chica Bond que simplemente estaba ahí para ser rescatada o amada por el agente 007, sino que es mucho más activa e independiente, al igual que la Moneypenny de Naomi Harris.
Seydoux ya no es la chica Bond que simplemente estaba ahí para ser rescatada o amada por el agente 007, sino que es mucho más activa e independiente
La calidad de una película Bond se mide muchas veces por su villano, y el villano que interpreta Christoph Waltz es realmente fantástico: demente y calculador a partes iguales, psicótico y fascinante, es todo lo que un villano Bond debería ser. Su primera aparición es realmente memorable y los fans de este actor sin duda disfrutarán la juguetona manera en que da vida a su personaje. Es un personaje que además permite introducir un interesante subtexto al film, que trata de forma directa la obsesión con la vigilancia y la información de los actuales gobiernos, mezclándolo con si un personaje como Bond es relevante en el mundo moderno.
En definitiva, como ya se ha mencionado antes, Spectre hará las delicias tanto de los fans de James Bond como de aquellos que simplemente quieran ver una gran película de acción.
Estreno en las salas españolas el 6 de noviembre.
Mientras tanto en Londres, Max Denbigh (Andrew Scott), el nuevo director del Centro para la Seguridad Nacional, cuestiona las acciones de Bond y pone en duda la importancia del MI6, encabezado por M (Ralph Fiennes). De modo encubierto Bond recluta a Moneypenny (Naomie Harris) y Q (Ben Whishaw) para que le ayuden a buscar a Madeleine Swann (Léa Seydoux), la hija de su antiguo archienemigo, el Sr. White (Jesper Christensen), que quizá tiene la clave para desentrañar el misterio de SPECTRE. Como hija de un asesino, ella comprende a Bond de una forma que otras personas no pueden.
A medida que Bond se aventura hacia el corazón de SPECTRE, se entera de una estremecedora conexión entre él mismo y el enemigo que busca, interpretado por Christoph Waltz.