Debido a la extraordinaria situación que estamos viviendo con el confinamiento se está retrasando algunos de los estrenos previstos para estas semanas pero la productora A contracorriente Films ha puesto en marcha la web www.salavirtualdecine.com (utiliza el cupón «salavirtual2020» para obtener un descuento en tu entrada), en el que apoyado por algunas salas de cine, van a estrenar online algunos de sus próximos títulos. Es el caso de Vivarium (Lorcan Finnegan, 2019) ya disponible para ver.
Gemma (Imogen Poots) y Tom (Jesse Eisenberg) es una joven pareja con un futuro prometedor, ella es profesora infantil y él jardinero, por lo que ya se plantean comprar su primera vivienda antes de que los precios suban más. En una visita fortuita a una inmobiliaria, son convencidos por el comercial (Jonathan Aris) para visitar de inmediato una nueva urbanización. Estando de visita en la casa número 9, Gemma y Tom serán abandonados por el comercial quedando perdidos en un laberinto de casas y calles iguales.
Esta nueva colaboración entre el director Lorcan Finnegan y el guionista Garret Shanley, la tercera tras el cortometraje Foxes (2012) y el largometraje Without Name (2016), sigue la línea crítica del sentido de la propiedad, de la invasión del humano en la tierra en contra de la naturaleza, en este caso, una pesadilla surrealista en la que contemplamos a los pobres protagonistas como se adentran en una espiral sin salida.
Vivarium es una delicia absoluta para el espectador que quedará embelesado con esta intrigante historia con una exquisita dirección de arte, que termina de redondear las brillantes interpretaciones de Imogen Poots (Green Room) y Jesse Eisenberg (American ultra), sin olvidarnos de Senan Jennings. La película es enigmática y no deberías saber más antes de verla para disfrutarla como se merece
Párrafo con spoiler: la trama se complica cuando reciben una caja con un bebé dentro al que tendrán que cuidar, Vivarium muestra el círculo de la vida que se repite de forma indefinida sin haber sacado un aprendizaje de ello, esas ataduras sociales y existencialistas, compra una casa, págala toda la vida hasta morir (cava como si tu vida fuese en ello), forma una familia… una repetición cíclica de pura perversión idealista. Las urbes americanizadas de los 50, el tono aséptico y estilo estandarizado refuerza esa visión enfermiza.
Con una atmósfera de cuento, sin serlo, Vivarium nos puede hacer recordar esa sensación de cuando veíamos alguno de los capítulos de La dimensión desconocida (The Twilight zone) pero más retorcido, como si fuese uno de la actual Black Mirror, sin tecnologías de por medio.
Si tras ver Vivarium tienes ganas de más, justamente Imogen y Jesse han trabajado juntos en otra película más desenfadada en comparación con esta, también muy recomendable, La mejor defensa es un ataque (The Art of Self-Defense) (Riley Stearns, 2019).
