Rodolfo Sancho, Ana Fernández y Ramón Barea protagonizan esta película de terror cuyo planteamiento puede resultar muy familiar pero, a pesar de todo, Voces (Ángel Gómez Hernández, 2020) guarda alguna sorpresa para el espectador.
Daniel (Rodolfo Sancho) y Sara (Belén Fabra) son un matrimonio que se dedica a comprar casas viejas, rehabilitarlas y luego volver a venderlas a un mayor precio. Su hijo Eric (Lucas Blas), de 9 años, empieza a tener problemas en la casa que la pareja está rehabilitando ahora. Ha empezado a escuchar voces y a ver apariciones. Daniel contactará con Germán (Ramón Barea) y su hija Ruth (Ana Fernández) para que se encarguen de investigar lo que sucede. Con este planteamiento, Voces no parece distinguirse de otras muchas películas de casas encantadas que se han estrenado durante los últimos años. Como sucedía con las found footage, este tipo de películas se pueden rodar con presupuestos pequeños que aseguran que, al menos, se recuperará la inversión.
La consecuencia de la proliferación de películas de un mismo género o subgénero con una fórmula establecida es que se producen muchas, muchas películas que se limitan a seguir la fórmula, sin aportar nada nuevo. Y también se producen muy, muy pocas películas que le dan una vuelta a la fórmula, que son capaces de ir más allá de los confines del género y ofrecer algo nuevo. Luego tenemos películas que se sitúan en un punto medio, como Voces. El film de Ángel Gómez Hernández se desarrolla dentro de la fórmula establecida, siendo predecible en algunos momentos y traer a la memoria otros títulos parecidos. Como por ejemplo el prólogo, que recuerda bastante a una escena parecida de la primera Terror en Amityville (The Amityville Horror, Stuart Rosenberg, 1979). Pero en el desarrollo de la trama también consigue crear momentos inesperados y crear una auténtica sensación de amenaza para los protagonistas.
Voces navega así entre dos aguas, entre la pura fórmula y la aportación interesante. Un film pensado para satisfacer a los que sean amantes del subgénero de las casas encantadas, dándoles lo que esperan encontrar, y a aquellos que simplemente busquen un momento de escape de una realidad mucho más aterradora que cualquier película. Si hay un momento perfecto para estrenar una película de terror es este, ya que permite al espectador desahogarse y liberar tensión en un ambiente seguro. Los productores parecen estar muy seguros de su éxito, ya que se pone el cebo para una secuela aunque al parecer se ha cortado una escena postcréditos. Pero el éxito o fracaso de una película es algo más misterioso que lo que sucede en Voces.
