La extraña relación entre Coral, una adolescente que ha huido de casa, y el Diablo, que permanece ligado a ella esperando que cometa un acto de maldad para poder regresar al infierno, vertebra el cómic «El diablo y Coral», la primera obra larga de Josep Homs. Publicado por Norma Editorial, esta obra cuenta con grandes alicientes: la Praga de 1938, la expansión del nazismo por Europa, la mitología judía y algunas sorpresas más. Charlamos con su autor para conocer todos los detalles.

Josep Homs (Barcelona, 1975) comenzó su trayectoria a los 15 años, cuando ganó un premio en un concurso de cómic. Desde entonces, no ha dejado de lado su pasión por el medio, ya sea como portadista o dibujante en fanzines y obras colectivas. Dio el salto a Estados Unidos con Red Sonja y más tarde a Francia, donde ha desarrollado sus trabajos más destacados: «El Ángelus» con guion de Frank Giroud, la adaptación al cómic de la saga literaria «Millenium» junto a Manolo Carot y Sylvain Runberg, y la deslumbrante hexalogía «Shi» junto a Zidrou, hasta llegar ahora a su nuevo proyecto.
A continuación, conocemos más sobre esta nueva aventura de Homs: qué le impulsó a crear «El diablo y Coral», las complicaciones (o no) que encontró durante su realización, y otros temas como su salto al trabajo completamente digital, entre otros.
Nos explicas de qué va o qué encontrará el futuro lector en la obra.
«El diablo y Coral» sigue las andanzas de Coral, una chica judía que vive en Praga en el periodo justo antes de que estalle la Segunda Guerra Mundial. Por circunstancias que el lector descubrirá leyendo el libro está obligada a convivir con el demonio. Y de igual forma, el demonio está obligado a convivir con ella sin poder volver al infierno.
De modo que cada uno de ellos intentará desprenderse del otro sin salir mal parado. Tenemos este duelo para ver quién es el más tramposo de los dos, el más manipulador, siendo conocido por la sabiduría popular que el diablo es el mayor de los tramposos. Entonces, la idea era jugar con estos dos personajes y ver quién conseguía llevarse el gato al agua.
En el cómic nos encontramos a una joven protagonista judía que por circunstancias está vinculada al diablo, todo ello durante la invasión del régimen nazi por Europa, vive con una compañía de circo y además incluyes la leyenda del Gólem. ¿Cómo llegas a mezclar todos estos conceptos? ¿Cuál fue el detonante de la creación de la historia?
Surgió a partir de los dos personajes protagonistas que tenía muy claro, me gustaba cómo funcionaban como pareja. Tuve que dotarlos de un contexto, de un decorado. Enseguida pensé en Praga, porque es una ciudad que me gusta mucho plásticamente a nivel estético, creo que es muy dibujable.
Como dibujante me apetecía meterme ahí, pero sobre todo porque tiene mucho vínculo con el demonio. Hay muchas leyendas en Praga que incluyen al demonio, que tienen que ver con él. De hecho, alguna de ellas aparece en el libro. Entonces, me resultaba útil y de la misma manera el periodo histórico, al ser ella judía, me funcionaba muy bien que fuera precisamente en la época en que Hitler estaba empezando a ocupar territorios, porque el hecho de que el diablo estuviera fuera del infierno y estuviera en la tierra requería que el momento histórico fuera palpable. Que el diablo está en la tierra y que el mundo se ha vuelto medio loco.
Es a partir de ahí que lo demás fue como ir tirando del hilo. Evidentemente, ella es judía, estamos en el periodo Preguerra, estamos en Praga, pues el Gólem, que es un ser creado por un judío para defender al pueblo judío en la época, pues me venía de perlas.

El cómic se ambienta en Praga, ¿Has visitado la ciudad? ¿Cómo ha sido esta parte de documentación gráfica?
No he visitado Praga exprofeso para la creación del libro. La visité hace bastantes años y digamos que la documentación hoy en día es relativamente sencillo con Google y demás, no es como antaño que para documentarte era mucho mejor desplazarte.
Como ya conocía la ciudad, sé situarme de algún modo. Es como que si me pones un mapa sé hacia qué lado hay una cosa, dónde está el puente y con eso ya me era suficiente, y con las referencias que luego podía encontrar en Google. Además, por conocidos que han estado en Praga últimamente, es probable que me hubiera llevado una imagen un poco más decepcionante de la ciudad, porque me han dicho que se ha convertido en un lugar excesivamente turístico. Que no puedes apenas ver nada porque está invadido de gente, con lo cual preferí casi quedarme con la idea más romántica que tenía de mi visita previa a la ciudad.
Un escenario importante del cómic es el Circo donde acaba Coral, ¿tiene que ver con la idea de ser un lugar donde se reúnen gente de todos lados, apartados de la sociedad de alguna manera, para ser más libres?
Justamente era esa la idea. Ella huye de su casa y el circo me servía muy bien como una familia en sí mismo, como una pequeña ciudad. Porque es donde van a parar los personajes muy dispares que quizá no han sabido adaptarse bien o esta es la idea romántica que tenemos del circo freak. Entonces, me servía para representar todo esto sin tener que perder demasiado tiempo en dar estas explicaciones. De hecho, ella huye de su casa para empezar su vida, para empezar a construirse como persona y en el fondo se puede comparar con esa primera salida de casa cuando te vas a vivir con compañeros de piso o te vas a la universidad que está fuera o lejos de tu casa, y te vas a vivir y cohabitas con gente que está viviendo las mismas experiencias que tú en ese momento. Creas unos lazos y unos vínculos más fuertes que con tu propia familia que, en ese momento, queda como en un segundo plano. Un poco es esa la idea. El circo me venía bien para generar este ambiente sin tener que dar demasiadas explicaciones.

La obra también cuenta con referencias al mundo del cine, las que he podido identificar son «El Séptimo Sello» (Ingmar Bergman), «El exorcista» (Willian Friedkin); también podemos ver cuentos o fábulas como la de «El campesino y el diablo» o «La rana y el escorpión», ¿Cómo ha sido la llegada de estas referencias a la obra, o lo tuviste claro cuando la escribías que serían faros para la historia?
Digamos que el tono de fábula o de cuento fantástico tirando a oscuro era algo que tenía claro desde el inicio a nivel estético. El tipo de relato que quería contar, quería que fuera algo así. Entonces, me cuadraba muy bien lo de meter la fábula de «La rana y el escorpión». De hecho, el propio diseño del diablo ya está buscado un poco que parezca un escorpión.
Sobre el resto de referencias tienen mucho que ver con cosas que a mí me impactaron de joven o incluso de niño, Porque todas las referencias que aparecen en cuanto a cine son de esos años, 80 e incluso 70. Porque supongo que quería rescatar esas sensaciones que tenía de la fantasía que veía o leía de jovencito. Son las imágenes que más me han calado. Que uno luego sigue leyendo, sigue aprendiendo, sigue disfrutando … Pero creo que en esa etapa de juventud es cuando más te calan o eres más permeable a este tipo de influencias. Si te fijas, todo este tipo de influencias son como más añejas, pese a que con la historia en sí he intentado que sea mucho más moderna. Es una especie de decorado, de telón de fondo, siendo la historia un poco el mito del pacto del diablo, pero revisado y desde un punto de vista distinto a lo que hemos visto hasta ahora.
Aunque has realizado historias cortas para antologías, «El diablo y Coral» es tu primera obra larga como autor completo. ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿hubo un proceso ordenado o puro caos?
Bueno, tuve la suerte de encontrar un sujeto que desde el principio interesó a la editorial por lo que realmente tengo que quitarle mucho «epicidad», esta palabra rara que se dice ahora, a la construcción de este libro, porque me salió todo como muy rodado.
Es decir, tengo muchos compañeros y sé que no siempre es así. Muchas veces cuesta mucho encajar un proyecto. Tienes que probar varias veces con distintas ideas a la hora de construirlo. Y aun así. Pero en este caso, la suerte del principiante o llámalo como quieras, pero surgió de una manera relativamente sencilla.
Mi proceso es que como no soy guionista al uso, soy yo mismo quien va a dibujar la historia, no necesito un guion técnico desglosado en viñeta uno, página uno, etcétera. Y lo que hice fue una especie de relato novelado de la historia para tener claro qué iba a contar y sobre todo para poder mostrarlo a mi editora para ver si tenía eso aprobado o no y a partir de allí pasar directamente a lo que sería el storyboard y a la historia en sí.
En cuanto al grafismo surgió también, por decirlo de algún modo, un poco de manera improvisada porque hice la ilustración de portada (del cómic) como portada del dosier. Era innecesario porque ya conozco a mi editora desde hace muchos años, pero bueno, para ponerla como portada del dosier que le mandaba, hice esta imagen como búsqueda de ambientación y demás. A mi editora le encantó y desde el principio se quedó que esta sería la portada final, que le decía «probamos alguna otra cosa»… Pero digamos que a partir de aquí ya busqué el estilo gráfico (de la obra) que se adecuara a la propia portada.
¿Cómo fue tu proceso de trabajo al realizar todo el álbum en digital?
La llegada del digital me ha pillado con cierta edad, ha sido un aprendizaje posterior a lo que ya hacía como dibujante con técnica tradicional. Prácticamente, lo que hago es trabajar casi de la misma manera que trabajo sobre papel, es decir, no utilizo atajos de la aplicación o del software, no utilizo ni filtros ni degradados, pinto como pintaría a mano de con la única diferencia, eso sí, es que es mucho más rápido. Y mucho más práctico si tienes que ajustar o equilibrar alguna cosa después, o simplemente copiar un color, que si lo haces en técnica tradicional tienes que estar con las mezclas cada vez que lo necesitas para pintar. En ese sentido, es mucho más práctico y trabajas más rápido, pero por eso creo que le da este tono o este toque orgánico al acabado, y es porque pinto un poco igual que como pinto a mano

Es tu primera obra como autor completo, ¿crees que habrá más en el futuro? ¿de forma regular o excepcional?
Es algo que vino de manera imprevista, que ya tenía en mente para hacerlo en alguna ocasión, pero no en este momento. Entonces era una puerta que estaba por abrir y ahora ya ha quedado abierta. Es verdad que hay cosas que me apetecen hacer. Tengo algunas ideas en rondándome la cabeza. De hecho, hay una un poco más firme que incluso ya se la he llegado a proponer a mi editora y le ha gustado.
Lo que pasa, es que no descarto tampoco trabajar (de nuevo) con algún guionista que me interese o que me propongan alguna historia que me guste, todavía estoy (disponible). Lo digo porque hay gente que una vez empieza a escribir sus historias, se le hace como raro ponerse con las demás. No es mi caso. Si me llega una buena historia, ¿por qué no? Pero sí que es cierto que ya la cabeza va sola buscando nuevas ideas, porque es divertido, es un proceso creativo muy distinto, hay puntos de conexión, pero es muy distinto al del dibujo.
¿Cuánto tiempo te ha llevado realizar el cómic «El diablo y Coral»?
Hay una parte que es muy difícil de cuantificar, que son las ideas previas. No es algo que realmente, al menos yo, que te sientas y dices, «Bueno, ahora voy a dedicarle dos horas a pensar», sino que simplemente van surgiendo en el día a día o yo qué sé, mientras estás paseando al perro, te surge algo, lo anotas en el móvil o cuando llegas a casa o antes de dormir que van surgiendo cosas. Entonces esa parte es casi imposible de calcular.
Pero si hablamos de la parte más puramente técnica o física, que es cuando ya tengo todas las ideas en la cabeza y necesito trasladarlas al papel o a la pantalla, creo que eso fue como un año y dos meses, una cosa así. Lo que está muy bien porque el ritmo de trabajo franco belga, más o menos lo estipulado, es un álbum al año que suelen ser como de 46-54 páginas y aquí estamos hablando del doble, con lo cual me siento satisfecho.


