Literatura

Baricentro

Hernán Migoya arranca este libro dedicándoselo a «Mamá, papá y Jean» (su hermano), un libro que escapa de la autoficción para trasladarnos a los años 70, 80 y 90; al seno de esta familia humilde de sangre leonesa que acabó instalándose en Barberá del Vallés, un pueblo dormitorio de la ciudad condal. Pero todo comienza con el autor, a sus cuarenta y tantos, comprándose unos zapatos a regañadientes (pero consintiendolo) con su madre en una de sus visitas al pueblo del que lleva años autoexiliado en Lima (Perú). Quiere pasar el mayor tiempo posible de estas pocas semanas junto a ella y su familia, hace apenas unos meses le han diagnosticado cáncer en la médula a su madre, además su padre lleva un tiempo afectado por el Alzheimer. De vuelta en la compra de los zapatos, han ido toda la familia al centro comercial Baricentro, su padre, su madre, su hermano y él, y en un momento dado son los hijos quienes son conscientes de que hacía treinta años que no se repetía una estampa así, en la que todos juntos caminan por los pasillos del centro comercial que se construyó ante sus ojos.

Baricentro

Baricentro va más allá de un coming of age del autor, siendo en ocasiones su aparición tangencial en la novela y esta una exploración genealógica familiar de sus padres y su familia, una arqueología social de un pueblo y, sobre todo, de una plaza, una máquina del tiempo que nos ofrece cómo era la infancia y juventud pre-olímpica de un adolescente del extrarradio. Y, sin embargo, sin faltar a las primeras experiencias con la violencia callejera del barrio, a los primeros traumas, primeras pajas, primeros amoríos, … del protagonista.

Estructurado en tres partes y múltiples capítulos, Baricentro sigue prácticamente de forma cronológica los acontecimientos que acaecen en la vida de Hernán Migoya, desde su anécdotico nacimiento en Ponferrada pasando por sus confrontaciones con la realidad como charnego entre catalanes-catalanes y hasta su etapa universitaria y laboral. Un camino de experiencias y aprendizajes donde el autor se muestra sin caparazón, en que los miedos y las alegrías están al mismo nivel de importancia desnudándose así ante el lector sin idealizar, como se acostumbra, su infancia/adolescencia.

Fotografía infantil de Hernan Migoya junto a su familia

Fotografía de la familia tomada en los 80 compartido por el autor en redes

Guionista de cómics, escritor de novelas, director y guionista de cine, … él es un prolífico autor amante de la cultura popular y en Baricentro encontramos diferentes referencias culturales siendo testigos de este primer acercamiento al que ha sido el centro de su vida, desde las tardes de ver películas o escuchar rancheras las madrugadas de Nochebuena junto a su padre, hasta devorar novelas y cómics gracias a la oferta pública de la biblioteca de su pueblo. No faltan pasajes divertidos sobre su fanatismo por Freddie Mercury, de cómo toma como mantra motivador las primeras palabras de Conan el Bárbaro (Conan the Barbarian, John Milius, 1982) o sus primeras experiencias laborales en medios locales ejerciendo como crítico cinematográfico o de cómics hasta fichar por Ediciones La Cúpula como redactor.

También hay una oda por los centros comerciales, ya no solo por el que da título a la novela sino por todos aquellos que han sido la salvación para ciudadanos del extrarradio como él en España, Perú, Estados Unidos, Alemania… Oda que comparto con él porque asimismo vi construir centros comerciales como el extinto Heron City (ahora Som Multiespai) o La Maquinista tras largas caminatas, recorriendo sus pasillos y tiendas para echar la tarde, de escuchar discos de música, hojear cómics o extender una partida en la bolera durante horas…

No se trata de un ejercicio de nostalgia-exploitation, es más bien un viaje marciano a un tiempo en que el despertar sexual era viendo la tele de medianoche a escondidas en el salón mientras el resto de la familia estaba en la otra habitación, de quedar con una chica y esperar con incertidumbre de si al final vendrá, de patitos feos y matones en el parque.

Por un lado, Baricentro son unas memorias familiares en las que Hernán Migoya se muestra a corazón abierto pero otro, la novela puede ser por momentos contemplada incluso como un retrato generacional.


Portada de Baricentro
Cuando Hernán vuelve del Perú a casa, en la visita periódica a sus padres, algo ha cambiado. La enfermedad golpea con fuerza a la familia y quizá ya nada pueda ser como fue. Por ello se propone evocar sus años de formación en la periferia de Barcelona, en la ciudad dormitorio de Barberà del Vallès. Volver a la época que pasó a la sombra de un árbol genealógico huraño y al abrigo de un centro comercial protector. Unir entre sí, como una hilera de migas de pan, las experiencias que forjaron su carácter: la pasión por la cultura popular, el aprendizaje de los códigos del barrio, el desconocimiento sexual, la ética del buen hijo ante el sacrificio de una madre. Novela brutal y tierna, Baricentro es una travesía de regreso a los años cruciales. Sin embargo, nadie sale indemne de un viaje así, porque rendir cuentas a la infancia significa enjuiciar a la persona en que nos hemos convertido.
Formato: 264 págs. Rústica con solapas. 15,5 X 21,5 cm.
ISBN: 9788417910167
Editorial: Reservoir Books

© Imágenes: Reservoir Books